
La división de Microsoft y el futuro del mercado
El fallo del juez Jackson dio paso a una guerra de suspicacias y declaraciones, pero nada parece definitivo
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Dos Microsoft? ¿Alguien imaginó ya un mundo con dos Microsoft? Ambas preguntas comenzaron a cobrar sentido en el mismo momento en que se conoció la orden del juez de la Corte de Distrito de los Estados Unidos, Thomas Penfield Jackson, de dividir a Microsoft en dos compañías, además de imponerle rigurosas restricciones en el desarrollo de nuevos productos. Como el proceso de división -al cual Microsoft, claro, ya apeló- podría durar unos diez años, el efecto más inmediato que notarán los clientes del vendedor de software más popular del planeta, es que éste ha recibido un duro castigo. Para empezar, sus acciones cayeron un 40%. No es una noticia menor cuando se habla de un gigante como Microsoft. Nada es menor cuando la noticia afecta al dueño de Windows y su galaxia de productos, alianzas y adquisiciones.
Los hechos indican que tal vez Microsoft ya no pueda mantener -como hasta ahora- su sistema operativo Windows preinstalado en más del 80 por ciento de las computadoras personales que se venden en el mundo. ¿O sí? Esta pregunta es la que sus competidores querrían responder.
"Estas compañías tenían miedo a las represalias de Microsoft -explica Michael Morris, consejero general de Sun-. Ahora no se sienten tan vulnerables." Según el diario Los Angeles Times, el hombre de Sun desestimó la sugerencia de que Microsoft haya sido la empresa que marcó la pauta en el sector y señaló que con la sentencia "la gente estará libre de la intimidación ilegal y habrá un ambiente mejor y más competitivo".
Otro testimonio significativo resultó el del ex director ejecutivo de Netscape. Jim Barksdale dijo: "Nos sentimos reivindicados. Esto demuestra que Microsoft compitió contra nosotros de forma agresiva e ilegal". La réplica de Gates fue advertir que "éste es el comienzo de un nuevo capítulo en este juicio. Tenemos argumentos muy fuertes para apelar, y esperamos resolver estos asuntos a través del proceso de apelaciones, dejando atrás este caso de una vez por todas".
Lo cierto es que las consecuencias económicas han sido muy duras para la empresa de Gates. En primer lugar, perdió su puesto como "compañía más valiosa del mundo". Hoy, el podio lo ocupa Cisco. Como segundo castigo, más bien narcisista, Bill Gates dejó de ser el hombre más rico del planeta. Su lugar, según la revista Forbes , lo ocupa ahora su archienemigo: el yuppie californiano fundador de Oracle, Larry Ellison. Encima, como dice el tango, a Gates hasta los amigos se le dan vuelta: Paul Allen, cofundador de Microsoft y eterno compañero de Bill, vendió la semana última dos millones de acciones de la multinacional.
Pero no hay que exagerar: en el peor de los casos, la posición de partida de las dos empresas que se crearían no está nada mal. La encargada de los sistemas operativos dominaría una cuota de mercado del 82% y la dueña de los programas y aplicaciones disfrutaría de un 94%. Estos hechos suscitaron un debate sobre la conveniencia de romper un monopolio para crear dos. Tal vez por eso ya están quienes solicitan la creación de tres Microsoft sumando una solamente para Internet, mientras que otros se inclinan por la división en empresas con los mismos productos para fomentar la competencia entre sí. Comienza aquí un momento de definiciones para la compañía de software más poderosa del planeta.





