La mayor isla de las Antillas es mucho más que La Habana y sus atractivas playas. De Oriente a Occidente, entre Santiago de Cuba, Baracoa y Cienfuegos, hay más de una decena de cascos coloniales intactos, donde el tiempo transcurre en cámara lenta, al ritmo del son y con la gracia natural de los cubanos.
Pocos países despiertan tanto interés y opiniones encontradas como éste. Es un caso sui generis. Un gran experimento. Un milagro. Como los autos que nos cruzamos en el camino, modelos norteamericanos de la década del 50 que en otras partes están en el garaje de coleccionistas, y acá circulan de a montones.
Un viaje al interior de la isla, un recorrido por caminos y ciudades de los que no tenemos postal ni referencias y que son tan cubanos como el mojito.
SANTIAGO DE CUBA
"Hola mi vida; chau mi amor", se gritan los santiagueros de vereda a vereda. En menos de dos cuadras, un grupo de hombres juega al ajedrez en una plaza, los más jóvenes hacen cola en la heladería, hay una clase de tai chi chuan, alguien grita que "llegaron los huevos" y una señora se abraza en la calle a su primer lavarropas.
Sopla una brisa cálida en el Castillo del Morro, sobre la bahía. No muy lejos se oye un canto. Viene de la capilla, nos avisan. Cuatro mujeres sentadas en un banco entonan a capella "Chan Chan", el himno de Compay Segundo: "De Alto Cedro voy para Marcané. Llego a Cueto voy para Mayarí". El gran Compay nació en Santiago y heredó el arte de los trovadores de esta ciudad, que es cuna del son y el bolero.
Sobre el altar está lo que quedó del Cristo que se partió al medio con el huracán Sandy, en octubre de 2012. Los vientos se ensañaron con la ciudad entera y, por un tiempo, Sandy será mala palabra en esta costa oriental. Por suerte, tuvo sus excepciones. Como la Catedral del Parque Céspedes: era número fijo para los derrumbes porque está construida sobre una falla, azotada varias veces por las llamas y siempre en reparación, pero el superciclón la perdonó.
Lo mismo pasó con la Casa de Diego Velázquez, de 1515. En peligro de derrumbe desde hace años, esta vez no perdió ni una teja. La guía de la casa es bajita y tiene la voz aguda. Trabaja acá desde hace 30 años. Me muestra el techo de cedro y habla de la influencia morisca.
BARACOA
El único Mc Donalds de la isla está a pocos kilómetros de la carretera central que va hacia Baracoa. Se encuentra dentro de la base naval de Guantánamo, sobre la bahía del mismo nombre. La que Estados Unidos ocupa desde 1903 y Cuba siente como una espina en su interior. La que fue convertida en prisión tremenda de torturas y vejaciones. La que Obama prometió cerrar cuando era candidato a presidente.
Pero Guántanamo es, por lejos, mucho más que la base naval. Es la provincia más oriental de la isla, la del hit "Guantanamera" de Joseíto Fernández. Es por donde sale primero el sol, con montañas verdes y ríos caudalosos. Su extremo es la ciudad de Baracoa, más cerca de Haití que de La Habana, a 900 km. Fue la primera villa de Cuba, fundada por Diego Velázquez en 1511.
Para llegar, hay que atravesar el viaducto La Farola, un espectacular camino de montaña que penetra un denso bosque vegetal de helechos, donde los locales se arriman a ofrecer bolas de cacao y cucuruchos, una mezcla de ralladura de coco con manzana o guayaba envuelta en conos de hojas de palma.
Hasta 1965, cuando se construyó el viaducto, Baracoa estaba aislada del resto de la isla. Y algo de eso le quedó: un aire de tierra aparte y detenida en el tiempo que, para lo que es Cuba, es mucho decir. En el pueblo hay más carros tirados por caballos que autos, varios talleres de artistas plásticos y bailes típicos como el nengón y el kiribá. En la catedral está la Cruz de la Parra, la que supuestamente trajo Colón y la única que sobrevivió de las 29 que plantó en América.
Baracoa es virgen y salvaje, un paraíso del ecoturismo con puro mar alrededor y playas anchas. El Yunque es su montaña sagrada con forma de meseta. Su río Toa es el más caudaloso, y el cercano Parque Nacional Alejandro Humboldt es el área protegida más importante de Cuba, 700 km2 de monte tropical, con miles de aves, reptiles y mamíferos como el almiquí, un insectívoro con aspecto de rata y trompa larga que sale a cazar de noche.
Hay una fábrica de chocolate que fue inaugurada por el Che en 1963 y sigue siendo el motor industrial de la zona. Dicen que Baracoa tiene el microclima de las "3 C": el coco, el café y el cacao. Además de crecer en sus campos, estos productos son esenciales en la mesa baracoense, con exquisiteces de sello propio como el "calalú" (vegetales y pescado con leche de coco), el "chorote" (bebida espesa a base de cacao) y el bacán (especie de tamal hecho de plátano verde y carne).
A orillas del río Toa, probamos el tetí, un pez exquisito del tamaño de una semilla. El origen de este animal es el gran misterio de la región: avanza en cardúmenes que parecen bolas gelatinosas que llegan del mar a los ríos baracoenses, cuando la luna es menguante, en febrero, julio y noviembre.
BIRÁN
En esta finca azucarera de la provincia de Holguín nació Fidel Castro el 13 de agosto de 1926, el tercero de los siete hijos de la cubana Lina Ruz y Ángel Castro, un inmigrante gallego devenido en terrateniente. El conjunto histórico comprende la réplica de la casa natal (la original se prendió fuego en 1954), el correo, el bar La Paloma y la escuelita donde los Castro aprendieron las primeras lecciones junto a los hijos de los trabajadores de la finca.
El guía señala el pupitre donde se sentaba Fidel y comenta que "era un niño revoltoso, charlatán y lo sentaban solo y adelante para que no se dispersara". Pienso que es un buen perfil infantil para un líder en potencia. También desliza que "era el preferido de su padre". En el cuarto donde dormía el entonces "Titín" con su hermano Raúl, hay un impacto de bala en el techo. "Fidel jugaba con un arma y se le escapó un tiro", explica.
¿Y qué sabemos del Fidel adulto? Que era fanático del béisbol, que dormía poco (no más de cuatro horas), que le gustaba mucho la sopa de tortuga y que era muy supersticioso. El número 26 era su número de la suerte. Asaltó el cuartel Moncada el 26 de julio a los 26 años y preparaba sus discursos más importantes el día 26 de cada mes.
Lo de la superstición no resulta extraño. Por la cantidad de atentados que sufrió en su vida, Castro debería entrar en el libro Guinness. Los numerólogos aseguran que fue blanco de 634, sin distinguir cuáles se ejecutaron, fueron simples planes o no pasaron de especulaciones. Los hubo de todo tipo y color: en 1963 le mandaron de regalo un traje de buzo impregnado con bacilo de tuberculosis; hubo complots de emboscadas con francotiradores durante sus larguísimos discursos en la Plaza de la Revolución, hasta planes para lanzar una pelota de softball con explosivos a su auto. Pero dicen que la vez que estuvieron más cerca de matarlo fue cuando intentaron envenenarlo con un batido de chocolate en el hotel Habana Libre.
HOLGUÍN Y GUARDALAVACA
Mónica, la guía, es de Holguín, la ciudad de los parques, famosa por los desfiles de las Romerías de Mayo, del casabe (pan de yuca) y por un burro que toma cerveza, insólita atracción que puede verse en el hotel Mirador de Mayabe.
A menos de una hora, Gibara es sede del Festival de Cine Pobre, simpática manera de llamar al cine de autor o independiente. Acá también hay un cine, el Martí. Me acerco a ver qué están proyectando. El Tigre Blanco. "Es una película rusa de guerra, pero moderna", aclara la chica de la boletería. A la tarde, en el Parque Calixto García, los chicos andan en bici y suena "Imagine" de John Lennon en los parlantes del ayuntamiento.
Mónica me invita a su casa. Me presenta a sus padres, Dalia y Luis, me convida una porción de tarta de coco y una taza de café, "un auténtico cubano hecho en casa, bien dulce". En Cuba, a todo se le pone mucha azúcar: es económica y sabrosa, y uno de los pocos recursos que abundan en la isla. "El azúcar es todo", dice José mientras recarga su tacita.
En Guardalavaca cambiamos de chofer. El nuevo se llama Raúl Díaz Leiva. Es "medio tiempo", como le llaman a las personas que rondan los 50 años. Alto y delgado, de bigotes negros, habla muy rápido y cada tanto le pasa una franela al volante de su Mercedes Benz. Pregunta si no nos molesta la música, y pone un cd con temas de Roxette y Rod Stewart.
Las playas de Holguín tienen buena fama, como todas las del norte. Guardalavaca es la más buscada, paraíso de arenas blancas rodeado de montañas y llena de mieleros, donde una simple pulserita permite acceder a la vida all inclusive. Así es en el Meliá Sol Río de Luna y Mares, con 464 habitaciones, siete restaurantes, seis bares y animación permanente.
Uno de los atractivos de estas playas es el acuario Bahía Naranjo en done se puede nadar e intentar hacer piruetas con delfines.
BAYAMO Y CAMAGÜEY
La primera canción romántica de Cuba, "La Bayamesa", surgió en Bayamo y devino en el himno nacional cubano. En la Casa de la Trova tocan otros hits más contemporáneos y moviditos, como "El Cuarto de Tula" y "Rico Vacilón". Al final se ofrece mesa por mesa el combo clásico: el cocktail de la casa, una mezcla dulzona de ron y guayaba, y el CD de la banda.
Bayamo es la capital de la provincia de Granma y "una de las ciudades cubanas con mejor calidad de vida", asegura Mónica. Tiene una catedral muy ornamentada y la casa natal de Carlos Manuel de Céspedes, héroe de la independencia junto a José Martí.
Del bulevar, llama la atención un local lleno de butacones de madera donde lustran zapatos. "Acá nos gusta tener los zapatos limpios, porque eso nos da presencia", dice Roberto Piñeiro, uno de los lustradores. No importa si los zapatos están gastados o destruidos, él jura que los dejan nuevos.
Hasta ahora encontré casas de reparación de todo: de relojes, bicicletas, cafeteras, colchones, televisores y batidoras de aluminio. Después de la caída de la Unión Soviética, en 1991, cuando dejó de llegar la ayuda financiera, los cubanos se volvieron expertos en el arte de pegar, atar y emparchar. Lo que se rompe, lo arreglan. Lo que no tienen, lo inventan. Hacen antenas con agujas de tejer y generan electricidad con ventiladores. Se las ingenian para que el café rinda una colada más y convierten manteles en ropa. La creatividad no tiene límites.
Desde Bayamo, el viaje sigue tierra adentro por rutas más precarias y a cada rato aparecen grupos de personas "haciendo botella" (dedo). En estas zonas rurales viven los "guajiros" (los gauchos cubanos) en casas construidas con troncos y hojas de la palma real.
Y así llegamos a Camagüey, en el centro de la isla. Es la ciudad natal del poeta Nicolás Guillén y uno de los cascos históricos más grandes y mejor conservados. Un laberinto de calles circulares y angostas que convergen en pequeñas plazas con iglesias.
Para recorrerla, me subo al bicitaxi de Yunieski. Su nombre es de "la época de las ye": la moda de los nombres rusos durante la década del 80. Hay Yoanky, Yosvany, Yoan, Yomcra, Yosnel, Yaim, etc.
En la plaza San Juan de Dios están los restaurantes y en la plaza del Carmen están "Las Chismosas", la escultura en bronce de Martha Jimenez que representa a tres mujeres voluptuosas que se sientan a tomar café y chismosear. Al lado hay otra escultura de un hombre que lee el diario. El modelo, un hombre llamado Norberto Subirat Betancourt posa desde hace 15 años junto a su estatua de bronce. "Martha me dijo que lo quería hacer porque los abuelos leen los diarios después de jubilarse", cuenta.
Al llegar al Parque Agramonte se embotellan los bicitaxis, justo frente al bar El Cambio, donde sirven los mejores mojitos. Doy una vuelta a pie y descubro un mural del Che jugando al ajedrez en la academia José Raúl Capablanca. Nos cuenta un empleado que el rosarino era un ajedrecista meticuloso y se enteró de la existencia de Cuba por su admiración a Capablanca, campeón mundial en 1921.
TRINIDAD
Mientras subimos por las calles de empedrado irregular, entre casas de color pastel, me pide Mónica que advierta que "este canto rodado no es apto para tacos". Hay que encararlas con paciencia, al ritmo de los trinitarios que viven sin apuro, de puertas y ventanas abiertas. Están tan acostumbrados a la presencia de los turistas que no es raro que los inviten a pasar a sus casas a mirar la novela del momento.
Trinidad es bella y romántica. A su casco peatonal apenas se le dio un lavado de cara después de que fuera declarado Patrimonio de la Humanidad en 1988. Caminar la Plaza Mayor, custodiada por dos galgos de bronce, es como recorrer un museo de arquitectura colonial: farolas, balcones de hierro forjado, portones de madera y tejas coloradas que se encienden más al brillo del sol.
Las mansiones más espléndidas y lujosas son el resabio de una época de fortunas amasadas gracias a la explotación de los ingenios azucareros y la esclavitud. Algunas fueron transformadas en paladares (restaurantes de puertas cerradas) y otras funcionan como museos, como el antiguo palacio Cantero. Es imperdible la vista desde su torre. Se distinguen las ruinas de la ermita de la Candelaria, al pie del Cerro de la Vigía, el mar y la playa Ancón –la más popular del sur–, y los cafetales que inundan de verde los alrededores de la ciudad.
La noche trinitaria hay que vivirla. Trova, son, mambo, chachachá y otros ritmos afrocubanos suenan entre la Casa de la Trova y la escalinata al aire libre, con ambiente asegurado hasta pasada la medianoche. En algún momento se puede hacer una escala en La Canchánchara, la taberna donde sirven el cóctel típico de los mambises, los soldados insurrectos de la isla en tiempos de la colonia. Consiste en aguardiente, miel, limón y mucho hielo, con música de fondo, por supuesto.
CIENFUEGOS
En el Parque José Martí la banda provincial ensaya "El Danubio Azul". Un cienfueguino me cuenta que los músicos se juntan acá todos los jueves, a la sombra de los árboles, aunque los pocos turistas que llegan a esta ciudad conocida como "la Perla del Sur" crean que se trata de un show especial.
Cienfuegos es très jolie. Es la única urbe americana fundada por franceses bajo la corona española y conserva mucho de ese esplendor a la europea. "A ver –dice Mónica– no es que esto sea París. Pero en las reminiscencias se ve algo que no es típicamente cubano". Se refiere a los edificios de impronta neoclásica y los cafés con toldos que abundan como en la capital francesa.
Cuando baja el sol, se impone la caminata por el Malecón hasta la Punta Gorda, el viejo barrio de la clase alta, con un Yacht Club y chalets de estilo norteamericano.Frente al mar se encuentra el Palacio del Valle, una joyita de estilo "Las mil y una noches" que el ex dictador Fulgencio Batista pretendió convertir en casino. Estamos en la terraza y un grupo de turistas polacos baila salsa.
SANTA CLARA
Cuántas imágenes del Che Guevara vimos antes de llegar a Santa Clara: en brazos tatuados, en murales, en remeras y en afiches. En cemento y en bronce. Tengo grabada su mirada hacia el horizonte como profeta, la foto que le sacó el cubano Alberto Korda en 1960.
En Santa Clara no hay nada de esa "liturgia cheísta". Esta tranquila ciudad del interior es el reducto sagrado del Comandante, donde lo recuerdan con más emoción, donde él dirigió a fines de 1958 la acción más decisiva de la Revolución Cubana, que fue el asalto y descarrilamiento del tren blindado. Doce horas después de la toma de Santa Clara, Batista huyó del país y se cambió de paradigma en Cuba.
En el mausoleo donde se guardan sus restos y los de sus compañeros caídos en Bolivia, uno de los guardias me reconoce el acento: "eres argentina, como el papa Francisco". Me quedo atónita. "Y como el Che también", le digo. Me retruca: "Bueno, es que el Che pasó a ser cubano para nosotros".
Unas horas más tarde seguimos en Villa Clara, pero lejos del Che. Estoy en el cayo Ensenachos, uno de los 500 islotes que se desprende al norte de la gran isla. En el Iberostar Cayo Ensenachos cada uno está en la suya. Mi mayor preocupación es si me tomo un mojito o una piña colada, y más tarde será si ceno en el restaurante buffet o en uno de los "temáticos". Es una oda al dolce far niente y una de las experiencias más exclusivas en las playas cubanas.
LA HABANA
Al puerto no llegan cruceros desde que existe el bloqueo económico de los Estados Unidos. Pero La Habana Vieja igual está llena de turistas. Se sacan fotos en el Capitolio. Revuelven libros de segunda mano en la Plaza de Armas. Recorren el Paseo del Prado arriba de un viejo Cadillac. Caminan por la elegante calle Oficios. Escuchan trova en la Casa de la Música o en el jardín del Hotel Nacional. Y se pelean por conseguir un asiento en la Bodeguita del Medio, donde no se sirve el mejor sino es el más famoso, porque Hemingway lo tomaba allí.
Hay vida fuera de la capital, pero en La Habana es donde pasan las cosas. De los once millones de habitantes de la isla, más de dos vive en la gran ciudad. Y aunque la oferta turística se ciña a las calles del coqueto casco histórico, a pocas cuadras hay un interesante detrás de escena, con ropa que cuelga de los balcones, habaneros que bailan en las veredas y viejitos encantadores que juegan al dominó en la calle.
Cuando cae la tarde, arde de gente el Malecón. Son más que nada jóvenes que vienen de hacer su "girita" de domingo por la zona de Vedado: el helado en Coppelia, la peli en el cine Yara y, al final, se sientan sobre este grueso muro descascarado por el tiempo. Comen palomitas, toman ron (no el Havana Club, sino uno mucho más barato) y miran el mar.
La última noche en La Habana, subo hasta la fortaleza San Carlos de la Cabaña. Como todos los días, unos minutos antes de las nueve, un grupo de hombres con trajes militares y peluquines blancos llega marchando para recrear una tradición que se remonta al siglo XVIII. Uno de ellos se acerca al público y grita: "Sileeencio. Que nadie salga de esta ciudad. Fogonero, prenda la mecha". Y a la cuenta de tres, se dispara el cañonazo. Los turistas aplauden y los habaneros ajustan sus relojes porque, dicen, el cañonazo de las nueve no falla.
DATOS ÚTILES I CUBA
La moneda turística local es el CUC. Conviene llevar euros que no tienen gravamen (el cambio de dólares tiene un gravamen del 10%).
CÓMO MOVERSE
Transtur. T: + 53-7 835-0000. Con oficinas en el aeropuerto de La Habana y en las principales ciudades, esta empresa de transporte alquila autos y ofrece servicio de ómnibus.
Viazul. T: + 53-7 881-1413. Empresa de ómnibus que conecta toda la isla, desde La Habana hasta Baracoa. Hace paradas en Camagüey, Santiago de Cuba, Guantánamo, Trinidad, Cienfuegos, Santa Clara, etc.
ViaCar T: +53 5 249-9705. surcuzzan@yahoo.es Alquilar auto es posible, pero es caro y las carreteras están en muy mal estado. Prefiera vehículos altos y reserve con anticipación. Es probable que le pidan que haga una transferencia a España; no se asuste: las empresas son mixtas (entre privados y el estado cubano) y para cobrar es normal que lo hagan a través de agencias españolas como Cubacation.
SANTIAGO DE CUBA
DÓNDE DORMIR
Meliá Santiago de Cuba. Av. de las Américas y Calle M. En un edificio de 15 pisos, con vista de la ciudad y la Sierra Maestra, son 225 habitaciones con aire acondicionado y wifi. Tiene pileta, bar exterior y animación. La doble desde 170 CUC con desayuno buffet.
DÓNDE COMER
El Morro. Carretera del Morro s/n. T: + 53-22 69-1576. Cocina criolla con vista al mar. Ubicado en la península, es ideal para los días de calor y tiene una linda terraza. Todos los días, de 12 a 22. Aceptan tarjetas de crédito.
La Casa de Don Antonio. Calle Aguilera s/n. T: + 53-22 65-2205. En la plaza de Dolores, platos cubanos típicos, a base de pescado, carne, arroz y verduras.
La Juliana. Padre Pico 359, entre San Basilio y Santa Lucía. T: +53-22 62-6671. Paladar sobre una calle tranquila, a pasos de las escalinatas. La especialidad es la langosta a la plancha con banana frita y ensalada mixta.
Pavo Real. Circunvalación y Autopista. T: +53-22 64-2579. Es el restaurante del cabaret Tropicana de Santiago, que también abre cuando no hay show. Menú de dos o tres platos de cocina criolla.
PASEOS Y EXCURSIONES
Casa de la Trova. Calle Heredia 208. T: +53-22 62-3943.Trova tradicional santiaguera, son y bolero en vivo. Conviene llegar temprano para conseguir mesa. Los shows suelen comenzar a las 21.30.
Mausoleo de José Martí. Cementerio Santa Ifigenia. El monumento es impactante y está lleno de simbología. El cambio de guardia es todos los días de 8 a 17, cada media hora.
Casa de Diego Velásquez. Francisco Vicene Aguilera. T: +53-22 65-2652.
Museo Histórico 26 de Julio. Avenida Moncada y Trinidad. T: +53-22 62-0157. Es el nombre del museo del cuartel Moncada. Hoy funciona allí una escuela y hay una muestra muy interesante sobre los hechos que se produjeron en el lugar el 26 de julio de 1953, cuando un grupo de opositores al gobierno de Fulgencio Batista, encabezados por Fidel Castro, asaltó el cuartel militar. Aunque fue reparado, conserva los impactos de bala en su fachada.
BARACOA
DÓNDE DORMIR
Villa Maguana. Carretera a Moa, Km 22 ½. T: +53-21 64-1204. Son 16 cabañas de madera con vista al mar, sobre la playa Maguana, la mejor de Baracoa. Tienen aire acondicionado y televisor.
DÓNDE COMER
La Casona. Calle Martí, esquina Maraví. Este paladar sirve langosta, camarones, pulpo y la pesca del día. Cocina Johny Cabreja y suele haber música en vivo. Calcule 5 CUC por persona.
PASEOS Y EXCURSIONES
Finca Duaba. Carretera a Moa. T: +53-21 64-5224. Dedicada al cultivo del cacao, es una oportunidad única de conocer las diferentes variedades de cacaotales que se cultivan en la zona y la forma en la que los campesinos de Baracoa preparan el chocolate. Incluye, al final, un almuerzo y degustación del cacao.
BIRÁN
PASEOS Y EXCURSIONES
Conjunto Histórico de Birán. La casa natal de Fidel y Raúl Castro puede visitarse de martes a sábados de 9 a 16 y los domingos de 9 a 12.
HOLGUÍN
DÓNDE DORMIR
Sol Río De Lunas y Mares. Playa Esmeralda. T: +53-24 43-0060. Cuatro estrellas familiar, con animación y variedad de restaurantes. Habitaciones con balcón y vista al mar.
PASEOS Y EXCURSIONES
Acuario Bahía Naranjo. Reserva Natural Bahía de Naranjo. El show con lobos marinos y delfines es todos los días a la 12.
Parque Cristóbal Colón. T: +53-24 43-3311. Complejo ecoturístico para pasar un día campestre, con cabalgatas, mini zoológico y demostraciones de rodeo y tradiciones de los "guajiros", como se conoce a los campesinos cubanos. Tiene restaurante.
Mirador de Mayabe. Alturas de Mayabe, Km 8. T: +53-24 42-5498. Es el hotel donde vive el burro "Pancho", al que le dan de tomar cerveza y es la principal atracción del lugar. Dicen que antes hubo otro burro que tomaba ron.
BAYAMO
Hotel Sierra Maestra. Carretera Central, Km 1 ½. T: +53-23 42-7970. Restaurante buffet, sobre la ruta. Arroces, pollo, ensaladas y sopas.
PLAYA SANTA LUCÍA
Brisas Santa Lucía. Av. Tararaco, Nuevitas, Camagüey. T: + 53-32 33-6317. comerc@brisas.stl.tur.cu All inclusive sencillo con 400 habitaciones y acceso a una playa muy linda y tranquila. Restaurante buffet, animación infantil y shows nocturnos.
SANCTI SPIRITUS
El Mesón de la Plaza. Máximo Gómez 34. T: + 53-41 32-8546. Cocina hispánico-criolla. Pruebe la sangría de la casa y la "ropa vieja" (carne estofada con salsa de tomate, ají, pasas y maíz). Todos los días, mediodía y noche.
TRINIDAD
Iberostar Grand Hotel Trinidad. Calle José Martí y Lino Pérez. T: + 53-41 99070. Es el gran lujo de Trinidad, perteneciente a la cadena Iberostar. Funciona en una casona colonial del siglo XVI, restaurada con muy buen gusto. La mayoría de las habitaciones tienen un pequeño balcón que da a una plaza arbolada. Tiene un muy buen restaurante.
DÓNDE COMER
Don Antonio. Gustavo Izquierdo 114 y Simón Bolívar. T: + 53-41 93198. Pescados y mariscos en una casona colonial de estilo. Calcule 12 CUC, con bebidas y café.
La Canchánchara. Calle Real del Jigüe s/n. T: + 53-41 6537. Para tomar el cocktail de la casa en la taberna más popular de la ciudad. Siempre hay música en vivo. De 9.30 a 2.30.
CIENFUEGOS
DÓNDE DORMIR
Hotel Jagua. Calle 37 Nº 1, Punta Gorda. T: + 53-43 55-1003. reservas@jagua.gca.tur.cu. Cuatro estrellas de 149 habitaciones con vista al mar, en el extremo de la península Punta Gorda. Pileta y wifi. El restaurante buffet tiene un menú acotado y muy sencillo. En frente, en el restaurante del Palacio del Valle, ofrecen platos más elaborados.
SANTA CLARA
DÓNDE COMER
Los Caneyes. Av. Eucaliptos y Circunvalación. T: + 53-42 21-8140. Buffet muy bueno y variado, a pocas cuadras del mausoleo del Che Guevara. Todos los días, mediodía y noche.
PASEOS Y EXCURSIONES
Mausoleo del Che. Reparto Raul Sancho. T: + 53-42 20-5878. Junto a la tumba del Che y de los 33 caídos en la selva boliviana, está el museo, que es imperdible. Exhibe el clásico uniforme verde oliva y una de sus boinas, el inhalador que usaba en Sierra Maestra cuando lo atacaba el asma, el plato del que comió por última vez antes de ser fusilado.
CAYO ENSENACHOS
DÓNDE DORMIR
Iberostar Ensenachos. Cayo Ensenachos. T: + 53-42 35-0301. All inclusive de lujo, con acceso a las dos playas más exclusivas del norte cubano: Ensenachos y Megano. El complejo está concebido al estilo europeo, con sobriedad y elegancia. Son 506 habitaciones, 46 de ellas son villas con servicio de conserjería. Spa completo y sector de piscinas para niños y adultos. La gastronomía es muy buena, aún en el restaurante buffet. Dentro de los temáticos, se destaca el japonés.
LA HABANA
DÓNDE DORMIR
Hotel Nacional. Calle 0 esq. 21, Vedado. T: + 53-7 836-3564 al 67. Joya arquitectónica de 1930 con larga lista de huéspedes célebres, frente al Malecón. Aunque no se hospede allí, vale la pena recorrer sus salones para admirar las losas mudéjar, las lámparas y techos de viga isabelinos, y tomar algo en el jardín, con música en vivo. De noche, funciona allí el Cabaret Parisién.
Iberostar Parque Centra l. Neptuno, entre Prado y Zulueta. T: + 53-7 860-6627. Cinco estrellas en inmejorable ubicación, frente al Capitolio y el Paseo del Prado y a pasos del bar El Floridita. Es un perfecto mirador de la Habana Vieja, sobre todo desde la piscina ubicada en la terraza.
DÓNDE COMER
Iván Chefs Justo. Aguacate 9, esquina Chacón. T: +53 7 8639697 Uno de los mejores paladares de La Habana, a cargo de Iván Rodríguez, propietario también de Al Carbón, en la misma esquina. Precios altos, pero que merecen la inversión.
El Patio. San Ignacio 54, esq. Empedrado. T: + 53-7 867-1034. Frente a la plaza de la Catedral, en una casona del siglo XVIII, sirve platos cubanos tradicionales.
Jardín del Oriente. Amargura y Oficios Mercaderes. En un patio íntimo y arbolado, típica comida cubana.
Paladar La Guarida. Concordia 418, entre Gervasio y Escobar. Centro Habana. T: + 53-7 863-7351. El paladar insignia de la ciudad, escenario de la película Fresa y chocolate. Ambiente cálido, luz tenue, cubiertos de alpaca, velas y buen jazz. Imprescindible reservar.