"Pachamama santa tierra, kusilla, kusilla, kusilla, haz que este año haya buena cosecha, pasto para los animales, lluvia, trabajo, comida y paz para nuestra familia", ruegan los miembros de las comunidades andinas y los vecinos que acompañan cada año los rituales de la Fiesta Nacional de la Pachamama. Mientras la mayoría de las tradiciones ancestrales de los pueblos originarios se fueron perdiendo, la veneración a la Madre Tierra sigue vigente.
Este año se realiza la edición número 20 de la Fiesta, que tiene su sede principal en San Antonio de los Cobres, Salta. Los festejos comienzan el primer día de agosto y buscan recordar que todo lo creado proviene de la tierra: es origen y fin de todas las cosas. Ese día se sahúman casas, comercios y oficinas públicas para purificar el ambiente ahuyentando los malos espíritus.
A nivel comunitario la costumbre es "convidar" a la Pachamama: el ritual consiste en cavar un hoyo en la tierra y taparlo con hojas de coca, cigarrillos, chicha, alcohol y botellas de vino como ofrenda a la Pachamama. Después se suele danzar alrededor del hoyo para expresar la hermandad de los pueblos mientras se piensa en positivo. Por último se cierra la excavación esperando buenaventura.
Este ritual de agradecimiento no sólo se realiza en el noroeste argentino, sino también en varios países Latinoamericanos, donde vivieron los pueblos aymaras y quechuas. En todos los lugares la persona encargada de dirigir el ritual suele ser la de mayor edad o autoridad moral de la comunidad.
Agosto es el mes más hostil para los pueblos de la Puna, que tanto dependen de la naturaleza. Durante ese período que se registran temperaturas muy bajas y escasean las lluvias, lo que perjudica las nuevas cosechas. Por eso, los rituales buscan volver a estar en armonía con la tierra para que la agricultura rinda sus frutos.
En Argentina, las actividades se realizan con mayor ímpetu en la provincia de Salta, en Campo Quijano, Coronel Moldes, Guachipas, La Caldera, San Carlos, San Lorenzo, Tartagal, San José de los Cerrillos y Vaqueros; y en la Quebrada de Humahuaca, en Jujuy. Este año, el cierre está previsto para el 31 de agosto en el Cerro Sagrado de Tolar Grande, uno de los pueblos más aislados del país que se ubica a 3500 metros de altura, y estará a cargo de la comunidad Kolla y la Municipalidad.
La tradición dice que quienes no puedan asistir a las ofrendas y quieran agradecer a la Pachamama por todo lo que nos da y tener salud y buena suerte, deben beber en ayunas caña con ruda. ¡A brindar!
Encontrá en el mapa todos los lugares en los que se lleva a cabo la celebración.
Por Deborah Maniowicz. Nota publicada el 31 de julio de 2015.