Más de 127 millones de personas conviven en un territorio de 377.972 km², ocupado en un 70% por montañas, y sólo Tokioconcentra más de trece millones y medio de habitantes. Es el país más distante del lejano oriente; llegar hasta ese confín es constatar que se trata de un país limpio en extremo, muy activo, sorprendentemente silencioso y seguro. Antes que Tokio, fue Kioto (desde el año 794 hasta 1868) la capital imperial. Visitarlas es el primer paso para sumergirse en los misterios de una cultura antigua y única. Japón, ejemplo de sociedad exitosa y confiable, es una experiencia que inspira a reincidir.
Para viajar y también poder quedarse
- Los argentinos NO necesitan visa.
- El gobierno del Japón puso en marcha el programa de Vacaciones y Trabajo Working Holidays, que permite prolongar hasta un año la estadía. Pensado para jóvenes de entre 18 y 30 años, el programa no exige una autorización laboral para trabajar. Como requisitos básicos, quienes deseen anotarse tienen que ser argentinos, vivir en la Argentina en el momento de iniciar el trámite, y tener pasaje de ida y vuelta. Las consultas pueden hacerse en la sección novedades de la página de la Embajada del Japón en Argentina.
Cuándo ir
La mejor época es la primavera, de marzo a fines de abril. Hay que evitar la temporada de lluvias, que es en junio y julio. Y cuando empieza a llover, llueve intensamente todos los días.
Cómo moverse
No bien se pisa territorio japonés hay que comprar un chip para el celular y bajar la app Hyperdia: es imprescindible para moverse en todo tipo de trenes, empezando por el subte. Para tener wifi gratis, está la app Travel Japan WiFi.
- El tren: Es necesario tener Rail Pass; el tren es de alta eficiencia –puntual, rápido, ultracómodo– pero muy caro. El rail pass no se puede comprar en el destino, hay que tramitarlo a través de la agencia de turismo JTB Corp (Córdoba 836, piso 11, oficina 1107. T: 4393-0755. info@japanasiacenter.com.ar), la única autorizada en todo el país para realizar este trámite, que no demanda más de un par de días, o tres, a partir del momento que se realiza el trámite por transferencia bancaria. Existen dos categorías, Green (primera) y Ordinary (económica) y se emiten por días consecutivos (7, 14, 21); para saber cuánto cuesta se debe consultar por mail. Cada rail pass es personal. Una vez en Japón, hay que validarlo en una estación ferroviaria; en el interior del pase está la lista de los lugares donde poder hacerlo.
- El subte: La red de Tokio tiene 13 líneas y transporta cerca de ocho millones diarios de personas. Hay dos compañías independientes que las operan: Tokio Metro y Toei. El boleto de una no reemplaza al de la otra, pero sí se pueden comprar boletos combinados con un descuento. El valor de cada boleto depende del recorrido: hasta 6 km cuesta u$s 1,55; de 7 a 11 km, u$s 1,80; de 12 a 19 km, u$s 2,20. Por el día en Tokio Metro, u$s 5,50; en Toei, u$s 6,40, y para ambas redes, u$s 7,30. Hay que estar muy atentos en las estaciones grandes; equivocarse de salida no significa aparecer en la vereda de enfrente o a la vuelta de la esquina, sino en otro barrio.
- Las calles: El sistema de identificación de las calles no se corresponde al occidental. Tokio (y Osaka también) son ciudades donde, salvo las arterias principales, las calles no tienen nombre. En cambio, en Kioto (igual que en Sapporo), casi todas las calles están identificadas. En cualquier caso, tampoco hay numeración par e impar a ambos lados de la calle. La clave son las manzanas, que están numeradas. Por eso, cuando se toma taxi, es fundamental entregarle al conductor un impreso con la dirección –escrita en japonés– del lugar de destino. En Japón, la dirección se escribe así: nombre de provincia, nombre de barrio, nombre de ciudad y, número de manzana, en este orden.Con buen sentido de la orientación, lo más económico es moverse con transporte público y GPS.
- Los aeropuertos de Tokio:Narita, en oposición a Haneda, queda muy lejos de la ciudad. Además de costar una pequeña fortuna, se corre el riesgo de no llegar a tiempo por la congestión del tránsito en horas pico. El tren es un excelente medio, pero muy incómodo si hay mucho equipaje para acarrear. Un medio más eficaz y de costo muy razonable es el servicio de autobuses de Limousine Bus que opera con ambos aeropuertos desde diferentes puntos de Tokio. Se puede pagar con tarjeta. Personal de la empresa se encarga de manipular el equipaje puerta a puerta. Los buses salen con puntualidad japonesa, y todos tienen wifi.
- Colectivos en Kioto: Si bien hay subtes, el servicio de buses urbanos es muy bueno; la red es amplia y se pueden sacar abono por el día.
A la hora de comer
- Comer en Japón: No es más caro que en la Argentina. Al margen de los súper restaurantes, una comida se resuelve bien entre 15 y 25 dólares.
- El sushi: Si bien la oferta es fuerte, no es la dieta básica de Japón. Ni el ramen, una sopa que pusieron de moda los jóvenes occidentales en los últimos años. El pescado es casi omnipresente y es, en términos generales, muy bueno.
- Propinas: No se dan ni en restaurantes ni en cafeterías. Si uno insiste, la devuelven.
- Horarios: Los restaurantes cierran temprano por la noche. Después de las 10 y antes de las 11 ya no aceptan comensales.
- Izakayas: En Tokio son muy populares. Se trata de pequeños reductos con mostrador y taburetes muy populares al que acuden empleados y ejecutivos después que salen de la oficina y antes de volver a sus hogares. El rito es sencillo; se sientan, largan el maletín, se aflojan la corbata, fuman, socializan con el vecino o el empleado que atiende, beben sake o cerveza, comen pinchitos (suelen ser de cerdo) que preparan en el momento, y hasta se permiten reírse. Los hombres son mayoría en los izakaya, que se activan a partir de las siete de la tarde y a los que también acuden los turistas. Se come muy sencillo y exprés, son paradas económicas y de ambiente muy animado, en especial en la zona de Omoide Yokocho, "la" contraseña. También hay izakaya en Ginza, uno de los barrios más occidentales de la capital japonesa; se los detecta justo debajo del viaducto de tren Yurakucho.
- Comida falsa: La mayoría de los restaurantes de las grandes ciudades suelen exponer los platos, tal cual se sirven, en reproducciones hiperrealistas hechas en cera y en material plástico. Sampuru es el nombre de esta técnica, un trabajo absolutamente artesanal que parte, en la mayoría de los casos, de insumos reales para sacar los moldes. Después se añaden los detalles necesarios, se pinta y se expone. Es casi imposible notar la diferencia entre el plato de muestra y el que se sirve. Japón vende sampuru a otros países.
- Sobre los palitos: Se llaman ho-hashi en japonés, e igual que sucede con los cubiertos occidentales rige un protocolo para usarlos correctamente. No funcionan como tenedor, por eso está muy mal visto pinchar los alimentos; los palitos tienen la función de pinzar, incluso cuando es necesario partir algún bocado (tofu, un vegetal cocido…). También es de mala educación sostenerlos entre bocado y bocado (se toma el alimento, se lleva a la boca y se dejan los palitos apoyados en el posapalitos sin cruzarlos). Usarlos para servirse (si no queda otra, las buenas maneras prescriben que debe hacerse con los extremos contrarios). Revolver la sopa. Lamerlos o morderlos. Acercar los platos con ellos. Gesticular y señalar con ellos (como sucede con los cubiertos occidentales). Chocarlos con los de otro comensal o entre sí. Usarlos como elemento de percusión.
- El fugu: Pez muy apreciado por los japoneses que contiene una gran cantidad de tetrodotoxina, cuyos efectos son letales para el ser humano. La ley exige que la persona a cargo de manipularlo con la debida licencia, dado que el procedimiento de fileteo y eviscerado es meticuloso en extremo. Después de un severo entrenamiento de tres años de teoría y práctica se otorga dicha licencia. La mayor concentración del veneno está en el hígado, en la bolsa de hiel. Si esta se daña por un gesto negligente y el cuchillo toca la carne del fugu, asegura la muerte por asfixia de quien la come. La piel también contiene tetrodotoxina. Consumir fugu estuvo prohibido varias veces a lo largo de la historia de Japón, pero su valor gastronómico es tan alto que la gente reincide. Este plato emblemático suele servirse entre noviembre y febrero, la mejor época para consumirlo… o perecer en el intento.
- El mercado mayorista más grande del mundo: Se trata del mega mercado de pescados y frutos de mar con sede en Tokio. Hace un par de años se anunció el cambio de domicilio de este mercado grandioso al que llegan y en el que se procesan más de 450 especies, pero son los portentosos atunes el motivo de atracción para muchos turistas. El mercado está todavía en Tsukiji, y a partir del próximo 11 de octubre funcionará en el barrio de Toyosu. Dada la alta demanda, las visitas están reguladas, deben concertarse con antelación e implican madrugar. La futura sede está en: 6-chome Toyosu Koto-ku Tokyo. Hay que bajarse en la estación de Shijomae, línea Yurikamone.
Otros imprescindibles
- Llevá efectivo: No todo se puede pagar con tarjeta.
- No fumes caminando: Esto implica que la colilla va a parar al suelo. Hay lugares específicos en la vía pública con grandes ceniceros donde arrimarse a fumar sin ser reprendido… por otro ciudadano.
- Las fotos y la gente: A los japoneses en general no les molesta que les saquen fotos, y a los jóvenes en particular les encanta. Con pedir permiso, basta.
- Ponete un kimono: Su nombre significa "vestimenta" y vale para ambos sexos. Si bien su uso está restringido a ocasiones especiales (ceremonias oficiales, casamientos) hay quienes lo tienen incorporado a su diario vivir. En Tokio se ven pocas mujeres con kimono (suele ser usado como ícono, el traje folk en algunos establecimientos, como la bombacha del gaucho en algunos restaurantes de Buenos Aires), pero en Kioto no; en la antigua capital imperial es muy común ver jóvenes, sobre todo los fines de semana y en días festivos, ataviadas con kimonos preciosos. Esta prenda se confecciona a partir de una sola pieza de tela (generalmente seda) que se corta en ocho partes y se vuelven a coser; de esta manera se puede reemplazar cualquier parte sin desarmarla. El atuendo completo se compone de kimono propiamente dicho, nagajuban (enagua), datejime (faja), obi makura (cinturón con almohadón), obidome (sujetador del obi), tabi (zoquetes blancos con el dedo gordo separado), haneri (suele ir en la parte del cuello). Solapas grandes sobre las mangas significa que lo visten las solteras; solapas cortas, las casadas. Cualquier turista que quiera saber qué se siente estar vestida con kimono lo puede alquilar; dos horas cuesta unos u$s 22,70, y se pueden devolver en el hotel a la mañana siguiente. Hay guías que explican el paso a paso de cómo ponérselo.
- La basura: En Tokio no hay tachos de basura. Fueron eliminados después del atentado a las torres gemelas para que ningún ciudadano quedara expuesto a un posible ataque terrorista. Pero la gente come y bebe en los lugares públicos, así que cada cual vuelve a su casa con el envase, la bandejita y la bolsita de la vianda.
- Nara: Es la escapada natural de Kioto. Esta apacible ciudad, que también fue capital del imperio nipón desde el año 710 hasta finales del siglo VIII, alberga un parque del mismo nombre. En él se emplaza el magnífico templo Todaji, arquitectura de madera erigida en el 745, que aloja al Gran Buda de bronce. Hay ciervos sika que habitan libremente en el parque y son muy confianzudos: la gente los alimenta. Los fines de semana está demasiado lleno de gente y hay colas infinitas para entrar al templo.
- Monte Fuji: Icono nacional, es la montaña más alta de Japón (3.376 msnm). En días despejados su silueta se aprecia perfecta desde cualquier edificio alto de Tokio que mire al noroeste. A sus pies se extiende la región de los Cinco Lagos, popular destino de verano. Es famoso el lago Kawaguchi, en el centro de esta región, porque refleja la cara norte del Fuji invertida. Se lo puede trepar del 1° de julio al 31 de agosto. El Fuji es parte del Parque Nacional Fuji-Hakone-Izu, y está a menos de 100 km de la ciudad. Escapada por el día desde Tokio: Hakone, pueblito con aguas termales.
- Geishas en Kioto: Una geisha no se define por un kimono. Para verlas es fundamental pasear por Gion, donde a veces también se ven maidos, las aprendices de geisha. Estas mujeres, adiestradas en el arte de la discreción, rehúyen hábilmente la voracidad de los turistas. Con la cara pintada de blanco, el maquillaje que les corresponde, suelen aparecer y desaparecer en auto, o a veloces pasitos breves por las callejuelas interiores del barrio.
- Si alquilás departamento: En los edificios de las ciudades grandes no suele haber portería. Las puertas de la calle están sin llave o se abren con claves. Si hay vecinos, no se manifiestan. El silencio es el oxígeno de los japoneses, y cuando no les queda más remedio que hacer ruido (limpieza, alguna reparación) avisan el horario.