Se espera que el intercambio comercial vaya de un modelo de transición a un giro de 180°
Para exportar más y también incrementar la cantidad de empresas que logra hacer envíos al exterior, la Argentina necesita políticas económicas que eliminen trabas y retenciones e incentiven las ventas externas; el camino trazado es solo un primer paso
Siguen las repercusiones por las medidas difundidas por el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, y algunas precisiones publicadas en el Boletín Oficial. Tal como publicó LA NACION, el economista anunció el aumento provisorio del impuesto país a las importaciones y a las retenciones de las exportaciones no agropecuarias (aunque luego sí se impusieron). Aseguró que, con el dólar oficial a $800, se benefician los exportadores con mejor precio.
También hizo referencia a que con los derechos de exportación para todos, se equipara la carga fiscal para los distintos sectores.
En 2006 había 15.076 empresas exportadoras, pero en 15 años un tercio dejó de vender al exterior
El Gobierno publicó luego en el Boletín Oficial los nuevos valores del dólar para las operaciones de comercio exterior, “con una combinación del 80% de la cotización oficial y el 20% de la que surge del Contado con Liquidación (CCL) para transacciones alcanzadas por el Programa de Incremento Exportador (PIE), en tanto subió del 7,5% al 17,5% la alícuota del Impuesto Para una Argentina Inclusiva y Solidaria (PAIS) que rige para las importaciones”, informó la agencia Télam.
La primera de la medidas fija un contravalor de exportación equivalente a un 80% de la cotización del Mercado Libre de Cambios (MLC), que ahora es de $800 por dólar estadounidense, en tanto el 20% será “con valores negociables adquiridos con liquidación en moneda extranjera y vendidos con liquidación en moneda local”.
En base al cierre del mercado del martes, el nuevo valor del dólar exportador se ubicaría en el orden de los $849 por dólar, al que habrá que descontarle el cargo de los Derechos de Exportación (15%, con excepción del 30% para la soja).
El economista Marcelo Elizondo estima que las últimas medidas son un modelo de transición. “Está claro que la agenda de fondo del Presidente es de desregulación y apertura, con un tipo de cambio libre y de mercado; no a la administración del comercio; no a la brecha, pero dada la emergencia, ha puesto en vigencia durante algunos meses un proceso de ordenamiento del régimen anterior”.
Para Elizondo, el tipo de cambio a $800, más el CCL, favorece las ventas aunque es cierto que sobre esto hay que cargar las retenciones. “Pero, el principal problema que teníamos era la brecha cambiaria, que hoy no desaparece, queda en un 40%, pero era del 150%.Hay un avance, aunque será mejor cuando el tipo de cambio sea de mercado y libre.”
Analiza que es una medida positiva si se logran los objetivos buscados: una estabilización de la economía. El objetivo es que no haya retenciones, que es un gran incentivo para hacer negocios.
La deuda de los importadores supera los US$25.000 millones, por lo que el Gobierno informó que se ofrecerán instrumentos financieros para que los importadores puedan cancelar sus deudas comerciales. El Directorio del BCRA dispuso -a través de la Comunicación A7918- la emisión de uno o más títulos en moneda extranjera que podrán ser eventualmente suscriptos con pesos, con el objetivo de asegurar la disponibilidad de divisas en fechas y por montos específicos.
Más medidas se van acumulando minuto a minuto, pero ninguna como solución definitiva al caos en el que está inmerso el comercio exterior en este momento.
Productividad desfavorable
Un paper elaborado por Fernando Navajas, economista jefe de FIEL, explica que la Argentina refleja un desempeño comparativo en materia de productividad muy desfavorable en el largo plazo, con una tasa del orden del 0.5% anual, lo que permite acumular solo un 40% de mejora de productividad en más de siete décadas, muy por debajo de los estándares promedio del mundo y la región.
Por supuesto que hay consecuencias. La CERA informa que en 2006 había 15.076 empresas exportadoras, pero en 15 años un tercio dejó de vender al exterior. La Cantidad de exportadores no manufactureros cayó 21% y la de manufactureros, un 36%.
Los datos que recopila el especialista en negocios internacionales, Marcelo Elizondo, muestran el enorme déficit que hay en la Argentina no solo de empresas exportadoras, sino también de empresas que vendan por un monto superior a los US$100 millones: son solo 60 “En 2022, aun habiendo logrado el récord nominal de exportaciones, fuimos apenas el 44 país del mundo en el ránking de exportaciones de manufacturas.
En la UIA, que delineó políticas impresas en su Libro Blanco, estiman que se podrían crear 7400 empresas exportadoras para alcanzar el máximo de 3,7 empresas cada 10.000 habitantes y brindar sostenibilidad a un proceso de crecimiento en materia de sector externo.
Hablan de: eliminación de derechos de exportación para bienes industriales y alimentos procesados y/o dosificados al por menor; aumento de reintegros a la industria (que compensen impuestos internos, con mayor reintegro para productos que certifiquen calidad/ incorporen marca país/ producidos por economías regionales), celeridad en los cobros, entre otras medidas necesarias.
Las pymes, a las que se les dificulta exportar, entienden que producir más y mejor es de importancia vital. Desde la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) celebraron que el Gobierno “haya puesto como objetivo alcanzar el déficit cero”. Agregó la entidad que la devaluación provocará un cambio sustancial en los precios relativos de la economía que, sumado a la quita de subsidios y a los recortes de inversión en infraestructura, impactarán de manera significativa en la capacidad de consumo de la ciudadanía. “No podemos dejar de lado el hecho de que las pymes operan mayoritariamente en el mercado interno y que estas medidas repercutirán ineludiblemente en el nivel de actividad”, comunicaron.