Camacho-Quinn, bronce en 100 con vallas; Amusan, 2 récords
EUGENE, Oregon (AP) — Hace aproximadamente un año, le dio a Puerto Rico su segunda presea de oro en la historia de los Juegos Olímpicos. Ahora, es la primera mujer de la isla que sube al podio en un Mundial de atletismo.
En una competición durísima que incluyó dos récords mundiales por parte de la rival que se llevó el oro.
Parece que Jasmine Camacho-Quinn cumplió con la misión de enorgullecer a los habitantes de la tierra de donde es originaria su madre.
“Estoy agradecida por ganar esta medalla. Lo único que yo quería era seguir compitiendo y ganando carreras para Puerto Rico, por mi mamá”, dijo en inglés la vallista.
La boricua, nacida en Estados Unidos, rescató el bronce el domingo en los 100 metros con vallas, que deparó un actuación asombrosa por parte de la nigeriana Tobi Amusan.
En la semifinal, Amusan quebró el récord mundial, al parar el reloj en 12,12 segundos. La marca fue por demás efímera.
Un par de horas después, la velocista nigeriana, cuarta en los Juegos Olímpicos del año pasado, mejoró su hazaña con 12,06.
¿Se enteró Camacho-Quinn del primer récord?
“Sí, estaba al tanto. Miré la TV y dije: ‘¡Bueno, eso tenemos’”, respondió.
En la final la jamaiquina Britany Anderson cruzó la meta en 12,23 y Camacho-Quinn quedó una milésima de segundo detrás.
En la antesala del Mundial, Camacho-Quinn había advertido que uno de sus retos principales era lidiar con la presión que se derivaba de su condición de campeona olímpica vigente.
El domingo, resistió quizás a la mejor carrera de esta modalidad en la historia, en su primera participación dentro de un Mundial —se perdió la cita en Doha 2019 por una lesión.
“Sí, había algo psicológico”, dijo. “Hubo un récord... Fue una gran carrera. El bronce estuvo ahí en una competencia donde el estándar se elevó. Tan sólo estar ahí con gente que corrió tan rápido me hace estar agradecida.
“Aprecio simplemente el hecho de correr”.