Centrista Nasralla y conservador Asfura se disputan palmo a palmo presidencia de Honduras
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Por Laura García
TEGUCIGALPA, 2 dic (Reuters) -
El candidato del centrista Partido Liberal, Salvador Nasralla, y el contendiente del conservador Partido Nacional, Nasry Asfura, se disputaban el martes, palmo a palmo, la presidencia de Honduras, luego de que el árbitro electoral reanudó el procesamiento de los votos tras más de 24 horas, una demora que había generado angustia y denuncias de fraude. Según datos preliminares del Consejo Nacional Electoral (CNE) al 62%, Nasralla tenía 39,96% de los votos y Asfura cosechaba el 39,80%, una diferencia de alrededor de 3.000 votos. Rixi Moncada, del gobernante izquierdista LIBRE, se situaba en un lejano tercer lugar, con el 19% del respaldo y la mitad de los votos de sus contrincantes.
Más temprano, por el estrecho margen, el Consejo Nacional Electoral (CNE) describió la contienda como un "empate técnico" y llamó a la calma tras explicar la demora en el procesamiento de los sufragios.
"El servicio contratado para el portal de divulgación de la información estadística y de las actas de las Juntas Receptoras de Voto (JRV) confrontó problemas técnicos en la jornada de ayer (lunes)", dijo el CNE en un comunicado.
En un intento por apaciguar los ánimos, el CNE habilitó un acceso público alterno para que los medios de comunicación y los partidos políticos puedan seguir en tiempo real el procesamiento de la información.
La autoridad electoral agregó que concluirá con la declaratoria de resultados dentro del plazo fijado por la ley electoral, que es de 30 días. "Concluiremos y cumpliremos con nuestra responsabilidad, nadie dijo que esta tarea fuese fácil. Llevamos meses sorteando dificultades y problemas", dijo su presidenta, Ana Paola Hall en rueda de prensa. Minutos antes, su colega, la consejera Cossette López-Osorio, había denunciado un intento del oficialismo por boicotear el evento.
En las semanas previas a las elecciones, una serie de acusaciones cruzadas de fraude amenazaron con empañar el proceso electoral, donde también se eligieron a los 128 miembros del Congreso unicameral, alcaldes y otros miles de cargos públicos.
TRUMP
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien llamó a votar por Asfura, volvió a comentar sobre los comicios hondureños la noche del lunes en una publicación en redes sociales en la que alegó, sin pruebas, que Honduras estaba "tratando de cambiar los resultados de sus elecciones presidenciales".
"¡Si lo hacen habrá un infierno que pagar! El pueblo de Honduras votó en números abrumadores el 30 de noviembre", dijo Trump en su plataforma Truth Social.
La mañana del martes, el expresidente Manuel Zelaya respondió a Trump: "Señor Donald Trump, a nosotros no nos intimida. Hemos resistido golpes de Estado, fraudes monumentales, asesinatos políticos y persecución. Si sobrevivimos a la
narco dictadura, ¿cree usted que nos va a doblar un tuit suyo?", escribió en X Zelaya, esposo de la saliente mandataria, Xiomara Castro, y quien fue depuesto a mediados de 2009 por un golpe de Estado promovido por una alianza de militares, políticos y empresarios de derecha.
"Ni Washington ni la oligarquía pueden decidir por nosotros", agregó. Estados Unidos es el mayor socio comercial de Honduras y el país centroamericano -uno de los dos más pobres de América- depende fuertemente de las remesas enviadas por migrantes que viven en Estados Unidos.
La exsecretaria de Estado, Hillary Clinton, reveló en su libro "Decisiones difíciles" que Washington influyó para impedir que Zelaya regresara al poder.
Estados Unidos ha estado profundamente involucrado en la política hondureña durante muchas décadas. A principios de la década de 1980, el Pentágono y las agencias de inteligencia estadounidenses mantuvieron una estrecha relación con la dictadura militar hondureña y utilizaron a Honduras como plataforma para intervenir en países vecinos, en particular en Nicaragua, donde Washington apoyó firmemente a la contrainsurgencia de derecha.
En 2017, el gobierno estadounidense respaldó la reelección de Juan Orlando Hernández a pesar de las masivas acusaciones de fraude, confirmadas por observadores electorales.
El lunes, el expresidente Hernández, del Partido Nacional, fue liberado de una prisión estadounidense, donde cumplía una condena de 45 años de prisión por narcotráfico y posesión de armas.
Su liberación se produjo días después de que Trump instara a los votantes hondureños a votar por Asfura y dijera que indultaría a Hernández.
FANTASMAS DEL PASADO
Los hondureños no olvidan la crisis y protestas letales que se produjeron tras las elecciones presidenciales de 2017, donde Hernández logró una polémica reelección en medio de denuncias de fraude. En aquella contienda, hubo un lapso de días en que no se difundió información de los resultados después de que un primer reporte preliminar colocaba a la cabeza al entonces rival de Hernández, el presentador de televisión, Nasralla.
Hernández tomó la delantera al reanudarse el recuento y tras un apagón eléctrico en el país.
Los comicios del domingo se desarrollaron en medio de una alta participación electoral y en un clima, en su mayoría, pacífico, según la Organización de Estados Americanos (OEA), que observó la votación. El organismo hemisférico dijo en un comunicado que "pudo constatar que la votación se desarrolló con normalidad, salvo incidentes aislados en algunos municipios del país".
Por su parte, la misión de observación electoral de la Unión Europea (MOE-UE) aseguró que las elecciones se realizaron en un ambiente "tenso y muy polarizado" y que el sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP) debe ser "mejorado para el bien de la democracia".
Conforme avanzaba el tiempo, crecía la preocupación a que el ambiente electoral tan cargado pueda desembocar en protestas y posibles actos de violencia.
Castro, la primera mujer en gobernar Honduras, culminará su mandato en enero de 2026. Dejará la presidencia habiendo aumentado la inversión pública y el gasto social. Bajo su administración, la economía ha crecido moderadamente y la pobreza y la desigualdad han disminuido, aunque ambas se mantienen elevadas.
La tasa de homicidios también ha caído a su nivel más bajo en la historia reciente, pero la violencia persiste. Grupos de derechos humanos han criticado a Castro por mantener un prolongado estado de emergencia en algunas partes del país y por continuar con la política de militarización de su predecesor.
Nasralla, un presentador de televisión de 72 años que se postuló el domingo por tercera vez a la presidencia, enfatizó durante su campaña la lucha contra la corrupción y propuso una política de seguridad de línea dura similar a la del presidente salvadoreño, Nayib Bukele. Además, planteó una reforma electoral, reducción del gasto público, un fortalecimiento de las relaciones con Estados Unidos y una flexibilización de las leyes laborales.
Asfura, por su parte, propuso fortalecer las fuerzas armadas y la policía, crear empleos verdes, emprender reformas económicas y legales para atraer inversiones y promover la descentralización otorgando a los municipios un mayor control sobre los recursos y servicios públicos.
El resultado electoral también era seguido de cerca por China. Tanto Asfura como Nasralla dijeron que, de ganar, podrían retomar las relaciones diplomáticas con Taiwán, rotas por el gobierno de Castro en 2023. El cambio representaría el mayor revés diplomático en la región para China desde 1990, cuando el gobierno nicaragüense de Violeta Chamorro restableció sus propias relaciones con Taipéi.
(Reporte de Laura García en Tegucigalpa y Diego Oré en Ciudad de México; Reporte adicional de Laura Gottesdiener en Ciudad de México y Aída Peláez-Fernández)
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