
Abuso
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En ese contexto, el presidente estadounidense, Donald Trump, finge desinterés por el escándalo y deja el país para dedicarse a sus negocios en Escocia, frenando la posibilidad de conceder un indulto a Maxwell, la antigua socia de Jeffrey Epstein, el financiero caído en desgracia que las autoridades dictaminaron que murió por suicidio en 2019, mientras esperaba el juicio por cargos de delitos sexuales.
Mientras, el diario The Wall Street Journal sigue desenterrando primicias sobre los negocios del financiero con prácticamente toda la élite de los últimos veinte años.
"No tengo nada que ver con ese hombre", aseguró el presidente estadounidense a los periodistas en la Casa Blanca, reiterando que nunca había puesto un pie en las islas donde Epstein y sus asociados celebraban sus fiestas.
"(Bill) Clinton debe haber estado allí unas veinte veces", acusó luego el magnate, aprovechando que The Wall Street Journal acaba de publicar la carta del expresidente con motivo del 50° cumpleaños de Epstein.
"Es reconfortante, ¿verdad?
Haber durado tanto tiempo, a través de todos estos años de aprendizaje y conocimiento, aventuras y [palabra ilegible], y también tener la curiosidad infantil, el impulso de marcar la diferencia y el confort de los amigos", es el cariñoso mensaje escrito con la distintiva letra de Bill.
Un portavoz del demócrata se negó a hacer comentarios, refiriéndose solo a una declaración anterior de que Clinton había cortado lazos más de una década antes del arresto de Epstein en 2019 y no estaba al tanto de sus crímenes.
La lista incluye también otros nombres de personas que seguirán con interés los acontecimientos de estos días.
Entre ellos se encuentran el multimillonario de Wall Street Leon Black, la diseñadora de moda Vera Wang y el magnate de los medios Mort Zuckerman.
En cuanto a la supuesta carta obscena que supuestamente Trump escribió al financiero en la misma ocasión, el presidente sigue sosteniendo que no sabe nada al respecto, incluso planteando la hipótesis de que alguien quiso incriminarlo escribiendo el mensaje y firmándolo con su nombre.
"Ha sucedido a menudo en el pasado", dijo, repitiendo que todo el escándalo no es más que "un engaño" y una "caza de brujas" orquestada "por la izquierda radical".
Sobre un posible indulto a Maxwell, sin embargo, todavía no quiere tomar partido: "Es algo en lo que no he pensado".
Por otra parte, ni siquiera el abogado de la británica quiere hablar explícitamente de indulto.
En el segundo día de entrevistas con el fiscal general adjunto Todd Blanche en el tribunal de Tallahassee, Florida, el abogado David Oscar Markus dijo simplemente que su cliente "respondió todas las preguntas con veracidad, honestidad y lo mejor que pudo" y que las dos entrevistas habían sido muy productivas.
Ciertamente no ocultó que el objetivo de esa colaboración era obtener algún beneficio, si no la cancelación de su sentencia de 20 años.
En los próximos meses, además, el Tribunal Supremo tendrá que pronunciarse sobre el recurso presentado por Maxwell, que hasta hace poco había contado con la oposición del propio Departamento de Justicia.
"Ghislaine ha sido tratada injustamente durante cinco años", afirmó el abogado, subrayando que las condiciones penitenciarias de su cliente "son terribles". (ANSA).




