xi muestra preocupación por covid en zonas rurales, pero dice que "la luz está por llegar"
(Agrega detalles, contexto y citas)
Por Bernard Orr
PEKÍN, 18 ene (Reuters) - El presidente chino, Xi Jinping, manifestó el miércoles su especial preocupación por la propagación de la ola de COVID-19 a zonas rurales con escasos servicios médicos, pero instó a perseverar en tiempos de tensión, afirmando que "la luz está por llegar".
Sus comentarios se produjeron mientras millones de trabajadores urbanos viajaban de regreso a sus ciudades de origen y se reunían con sus familias con motivo de las vacaciones del Año Nuevo Lunar, célebres antes del COVID como la mayor migración anual de personas.
"La prevención y el control del COVID en China se encuentran todavía en un momento de tensión, pero la luz está por delante, la persistencia es la victoria", dijo Xi en su mensaje de felicitación por el Año Nuevo Lunar transmitido por CCTV.
"Lo que más me preocupa son las zonas rurales y los agricultores. Las instalaciones médicas son relativamente débiles en las zonas rurales, por lo que la prevención es difícil y la tarea ardua", dijo Xi, añadiendo que los ancianos son una prioridad absoluta.
Xi había defendido la estricta estrategia de cierres y otras restricciones a la circulación que Pekín impuso durante tres años con un alto coste económico y psicológico, antes de abandonarla abruptamente a principios de diciembre, poco después de que se produjeran protestas generalizadas.
El virus ha afectado la producción fabril y el consumo en los dos últimos meses, pero algunos analistas creen que el impacto, más profundo de lo esperado, podría ir seguido de una recuperación más rápida de lo previsto.
Los economistas analizarán la temporada festiva en busca de indicios de recuperación del consumo en la segunda economía mundial, tras nuevos datos del PIB conocidos el martes que confirmaron la brusca desaceleración económica china.
Una desaceleración prolongada podría agravar los retos políticos a los que se enfrenta Xi, que debe apaciguar a una generación más joven y pesimista que lideró las protestas de noviembre contra las restricciones por el COVID.
Aunque algunos analistas creen que la recuperación será lenta y desigual, el viceprimer ministro chino, Liu He, dijo el martes en el Foro Económico Mundial celebrado en Suiza que China está abierta al mundo tras tres años de aislamiento.
Funcionarios de la Administración Nacional de Inmigración declararon que medio millón de personas había entrado o salido de China de media cada día desde la reapertura de sus fronteras el 8 de enero, según informaron los medios estatales. Se espera que esta cifra aumente a 600.000 al día una vez que las vacaciones comiencen formalmente el sábado.
No obstante, a medida que los trabajadores abandonan megalópolis como Shanghái, donde según las autoridades el virus ha alcanzado su punto álgido, muchos se dirigen a pueblos y aldeas donde los ancianos no vacunados aún no han estado expuestos al COVID y los sistemas de atención sanitaria están menos equipados.
"último kilómetro"
A medida que se intensifica la oleada de COVID, algunos olvidaban el virus mientras se dirigían a las puertas de embarque.
Los viajeros circulaban por las estaciones de ferrocarril y metro de Pekín y Shanghái, muchos de ellos con grandes maletas con ruedas y cajas llenas de comida y regalos.
"Antes estaba un poco preocupado (por el COVID-19)", dijo el trabajador emigrante Jiang Zhiguang, que esperaba entre la multitud en la estación de ferrocarril Hongqiao de Shanghái.
"Ahora ya no importa. No pasa nada si te infectas. Solo estarás enfermo dos días", dijo Jiang, de 30 años, a Reuters.
Otros volverán para llorar a sus familiares fallecidos. Para algunos de ellos, el duelo se mezcla con la rabia por lo que consideran una falta de preparación para proteger a los ancianos vulnerables antes del repentino giro de 180 grados de la política.
En zonas más aisladas y alejadas de los rápidos brotes urbanos, los trabajadores sanitarios del Estado están yendo esta semana de puerta en puerta en algunos pueblos periféricos para vacunar a los ancianos. La agencia oficial de noticias Xinhua describió este esfuerzo como de "último kilómetro".
Las clínicas de los pueblos y ciudades rurales están siendo equipadas con oxigenadores y también se han desplegado vehículos médicos en lugares considerados de riesgo.
Aunque las autoridades confirmaron el sábado un enorme aumento de las muertes -anunciando que casi 60.000 personas con COVID habían fallecido en hospitales entre el 8 de diciembre y el 12 de enero-, los medios estatales afirmaron que las autoridades sanitarias aún no están preparadas para proporcionar a la Organización Mundial de la Salud (OMS) los datos adicionales que ahora solicita.
(Reporte de Bernard Orr en Pekín y oficinas en Pekín y Shanghái; reporte adicional de Xihao Jiang en Shanghái; escrito por Greg Torode y Marius Zaharia; editado en español por Benjamín Mejías y Carlos Serrano)