Isozaki, Gehry, el Guggenheim y 5000 años de China
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De la misma manera que lo ha hecho en las dos sedes neoyorquinas del Guggenheim, el arquitecto japonés Arata Isozaki es el encargado de diseñar el montaje de la exposición China: 5000 años, en el Museo Guggenheim de Bilbao.
Esta exposición, la más importante de cultura china que se ha visto fuera de las fronteras del país asiático, muestra por primera vez una colección de arte y pintura chinos formada por 500 piezas, que abarca desde el neolítico hasta la producción artística contemporánea. Para mostrar con comodidad la exposición se fueron cerrando progresivamente diferentes salas del museo y el recorrido de los visitantes se vio sensiblemente restringido.
Isozaki ha querido preparar el montaje de China: 5000 años con la colaboración de Frank O. Gehry. Juntos han elegido la distribución y ambientación de las obras de arte, todas las que conformaron las dos exposiciones de Nueva York. Al parecer, Thomas Krens, el director de la Fundación Guggenheim de Nueva York, tuvo que hacer gala de su mejor capacidad de seducción para lograr que Isozaki aceptara el proyecto de Bilbao.
Krens es amigo personal del arquitecto y desde el principio de la idea quería contar con una persona de origen oriental para que la exhibición no pecara de artificiosidad y fuera fácil de ver. El resultado, señalan los organizadores, lleva al Guggenheim a sentirse orgulloso por haber organizado la muestra más completa sobre China en la historia, y la primera en Occidente en los últimos 150 años, con el agregado de exhibir objetos que nunca habían salido del país asiático y que se exhiben por primera vez.
Con una inversión de 900 millones de dólares, que incluye la celebración de una muestra de arte norteamericano en Pekín y Shanghai, la exposición del museo de Bilbao, que se inauguró el viernes último, permanecerá abierta hasta el 22 de octubre próximo.
Las reglas del éxito
BILBAO.- Juan Ignacio Vidarte, director artístico del Museo Guggenheim de Bilbao, respondió a algunas preguntas de La Nación ahora que el museo lleva meses funcionando:
-¿Cuál es, a grandes rasgos, el perfil de la colección del museo de Bilbao?
-La colección permanente de este museo tiene dos componentes principales. El fundamental son los fondos de las colecciones Guggenheim, que están en Nueva York y en Venecia y, en principio, la totalidad de esos fondos configuran la colección permanente del museo que no se expone simultáneamente, sino según un criterio de rotación. El segundo componente es la colección propia que se ha ido adquiriendo desde 1995 y la que se seguirá adquiriendo en los años sucesivos, según las directrices que se fijaron en el inicio.
-En el conjunto del proyecto se ha insistido mucho tanto en su rentabilidad cultural como en la económica.
-El museo, desde su propia concepción, es un proyecto que está ligado a un plan de desarrollo económico, de reactivación y regeneración económica de toda la zona. Surge como consecuencia de la constatación, de parte de las instituciones públicas vascas, de que para mejorar la competitividad económica de toda la zona es necesario acometer una serie de actuaciones en materia de infraestructuras, de mejora de las comunicaciones, mejora del medio ambiente, pero también de aumento de lo que es la centralidad cultural de Bilbao.
-Y el público, ¿viene a ver la colección del Guggenheim o el portentoso diseño arquitectónico de Frank Gehry?
-En todo caso, es una competencia sana. El museo va a ayudar a que la colección se vea mejor y la colección va a tener calidad mayor en ese espacio.
-Gehry ha dicho que ha concebido el museo como una caja de resonancia para el siglo XXI. ¿Coincide en esta apreciación?
-Hicimos un museo teniendo en cuenta este fin de siglo y es casi una obligación profesional pensar en el futuro. Gehry ha respondido al esfuerzo de hacer un museo con todas las capacidades tecnológicas que existen hoy en día y, con su percepción estética de lo que son las necesidades del arte moderno y contemporáneo, ha creado un espacio digno de exhibir ese arte. Espero que el Guggenheim sirva para exhibir el arte del siglo que viene.



