Nuevo Museo Islámico en Doha
Con proyecto del arquitecto estrella estadounidense de origen chino I. M. Pei, de 91 años, el edificio está situado en una de las islas artificiales de la capital. Su forma evoca el minarete de la mezquita Ibn Tulum, en El Cairo, y la pirámide escalonada de Sakkara
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DOHA (dpa). - Cuando se hicieron públicos los primeros y ambiciosos planes para abrir grandes museos en los Emiratos, no dejaron de circular rumores en los círculos profesionales: precisamente los jeques que con sus petrodólares han convertido sus mansiones y palacios en templos de lo "kitsch", con su grifería de oro en la que se han grabado "suras" del Corán o los caballos árabes galopando en los cuadros, eran los querían causar sensación en unos pocos años situándose a la cabeza mundial de los coleccionistas y los conocedores de arte. ¡Qué desmesurado orgullo les llevó a creer que entender sobre arte es algo que se puede comprar!
Sin embargo "poderoso caballero es don dinero" y las intenciones de los jeques eran firmes. En el Emirato de Abu Dhabi se abrirá una filial del Guggenheim y una sección de uno de los museos más conocidos de París, el Louvre. En Dubai se creará una isla de museos en medio del centro de la ciudad.
Nada de ostentaciones, sino más bien un aire contenido y minimalista es el que se puede encontrar en el museo de arte islámico en Doha. Este impresionante centro fue el primero de los nuevos museos en el Golfo que abrió sus puertas hace cuatro meses.
El actractivo del museo, cuya forma evoca el minarete de la mezquita Ibn Tulum, en El Cairo, y la pirámide escalonada de Sakkara, no sólo lo constituye su colección, sino también su sorprendente arquitectura. Con gran poder de convencimiento, los señores de los emiratos de Qatar consiguieron que el arquitecto estrella estadounidense I. M. Pei, de 91 años y de origen chino, construyera el edificio, situado en una de las islas artificiales levantadas frente a la capital, Doha.
El centro se erige como una moderna fortaleza que, sin embargo, desde el agua tiene un toque vaporoso y sobrio.
Los visitantes a menudo se pierden en las salas generosamente decoradas y en los pasillos del museo, pero los días de fiesta hay escaso tráfico. Turistas, lugareños y extranjeros que viven y trabajan en Qatar avanzan por el puente de acceso o se dejan llevar en minibuses blancos desde el párking hasta la entrada. Muchos de ellos son musulmanes, como la vigilante palestina, que cubre con un pañuelo oscuro su cabello y que en este soleado viernes se encarga de una sala iluminada con escasos puntos de luz sobre ediciones históricas del Corán.
Casi todos los musulmanes que acuden al museo encuentran algo de su país: azulejos otomanos de Iznik, un relieve de 1200 años de antigüedad de Mesopotamia, dagas de India, costosos tapices de Irán y Coranes de Afganistán. También algunas obras de arte de la época de florecimiento cultural de la andalucía morisca han llegado hasta el Qatar, donde los curadores quieren convertir el museo en "un puente entre el pasado y el futuro".
A los visitantes occidentales conocedores del arte islámico les ha impresionado la colección del centro. Todo aquel que desconozca el concepto de arte y belleza de los fieles musulmanes o no pueda simpatizar con ello, podrá disfrutar no obstante de la espectacular arquitectura del edificio.
Debido a sus prescripciones religiosas, muchos musulmanes están en contra de las imágenes de seres vivos y por ello el arte islámico se limitó en numerosas ocasiones a formas geométricas, motivos florales o el empleo de piedras preciosas y otros materiales valiosos. En Riad, la capital de la puritana Arabia Saudí, siguen a día de hoy sin exponerse figuras de animales en los parques de atracciones por estas consideraciones religiosas.
El museo de Arte Islámico de Doha no quiere ser tan estricto con esta prohibición de imágenes, que tiene su origen en la prohibición del culto de los ídolos. En uno de los paneles informáticos se explica al visitante: "Muchos creen que la exposición de seres vivos en el mundo islámico está prohibida. Si bien es cierto que se debe evitar la exposición de personas y seres vivos en un contexto religioso como las mezquitas o en el Corán, en los primeros tiempos del islam había imágenes en el ámbito privado, no en el religioso".
Link: www.mia.org.qa/



