Valorización del símil piedra
Conocido también como piedra parís, es un material clásico en vías de extinción
Durante años, los paramentos de fachada y de ciertos interiores de muchos de los edificios que se construyeron en Buenos Aires y otras zonas del país fueron revestidos con revoques aparentes que imitaban otros materiales o revestimientos naturales, detalla el arquitecto Marcelo Magadán en su artículo titulado Revoque símil piedra, la recuperación de un clásico en vías de extinción . Magadán reivindica las técnicas de recuperación de este material frente a la pérdida que representa para muchos edificios de valor histórico y patrimonial las tareas de arenado, pintura o reemplazo por otros materiales aparentes con los que se intenta reacondicionar algunos frentes.
Uno puede verse movido, aclara el autor, a pensar que los errores cometidos en este campo son el resultado de tratar de obtener un ahorro en el precio de la intervención, cuando el análisis de costos entre una correcta pintura y la restauración de un símil piedra demuestra la inexistencia de diferencias significativas.
Entre los muchos casos de intervención sobre el material también conocido como piedra parís , Magadán rescata su participación en edificios como el Centro Naval, la Casa Matriz del Banco Francés y, más recientemente, el Kavanagh.
En la actualidad, se están efectuando tareas de restauración en las terminales ferroviarias; en la de Plaza Constitución se enfrenta una situación compleja por cuanto se trata de núcleos construidos en distintas épocas, desde 1887 hasta la década del sesenta, con materiales disímiles en cuanto a su composición y estado de conservación. Las tareas, realizadas bajo el asesoramiento del doctor Felipe Monk -un experto en la materia, cuya afinidad con este material se remonta a la época en que ayudaba a su padre, un especialista en la ejecución del símil piedra-, prevén la restauración de este material, hoy colapsado, o su recomposición con un acabado calcáreo-cementicio, intrínsecamente compatible con el sustrato y perfectamente reversible.
Previamente deberá procederse al lavado y eliminación de las pinturas efectuadas en intervenciones precedentes, evitando la posible rotura o desmoronamiento de elementos estructurales o decorativos altamente afectados por la corrosión y la falta de mantenimiento.
Sucesivos mecanismos de control
Los proyectos de restauración y remodelación de las terminales ferroviarias en ejecución, fueron, en todos los casos, acordados con los organismos de control en el nivel nacional y del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, lográndose un ajuste de los proyectos originales que compatibilizara cada requerimiento específico con consideraciones urbanísticas, reglamentarias y de preservación.
Un ejemplo destacable en este sentido lo constituye la intervención sobre la calle Lima de la estación Constitución (ver nota de tapa), donde el concesionario y las autoridades coincidieron en la conveniencia de demoler el edificio de dos pisos, realizado en los años setenta, que ocultaba el remate de la bóveda original.
Se recuperará, así, la vista del frente original del edificio, enmarcado en un atrio de acceso de nueva construcción. Se espera inducir, también, a una mejora del otro frente de la calle Lima, muy degradado hoy.
Las características de un material tradicional
Su deterioro es, a veces, irreversible
El recubrimiento conocido como símil piedra o piedra parís es un mortero formado por un aglomerante, en general cal y/o cemento, con el agregado de arena de diferente granulometría y diversos minerales molidos, como la mica, la dolomita o la calcita.
Las modificaciones en las combinaciones y proporciones de los componentes son las que le otorgan su color y aspecto característico. Si bien el empleo de materiales naturales limitaba la paleta de colores a gamas de grises y ocres, se obtenía, en cambio, una integración cromática de los edificios, aunque tuvieran entre sí discordancias de tamaño, diseño o estilo.
Las causas más comunes de su deterioro obedecen a acumulaciones superficiales de diferentes tipos de suciedades, disgregación, erosión mecánica, corrosión, fisuración y agrietamiento. En el trabajo de recuperación de los edificios de Plaza Constitución, el doctor Felipe Monk y los arquitectos Silvia Rickert y Jorge Bozzano, que trabajan en la obra, pudieron comprobar la simultaneidad de casi todos estos factores, unidos a la ausencia de mantenimiento.