Kicillof se proyecta en la interna del PJ: “No se trata de volver mejores, sino de mejorar para volver”
Tras el acto de Cristina Kirchner en Merlo, el gobernador se presentó este sábado en la Costa atlántica bonaerense; “se siente, se siente, Axel presidente”, cantaron dirigentes y militantes
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SANTA CLARA DEL MAR.- Casi diez meses después del último paso por las urnas se volvieron a respirar aires de campaña. El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, reunió aquí a tropa propia entre gabinete, intendentes, legisladores y sindicalistas y devolvió ese clima de previa de elecciones con un encendido discurso al que más de 3.000 asistentes le respondieron con los primeros pasos de un lanzamiento que empieza a asomar: “Se siente, se siente, Axel presidente”, le cantaron dentro y fuera del polideportivo de esta localidad balnearia.
“No se trata de volver mejores esta vez sino de mejorar para volver”, afirmó el gobernador con la mirada puesta en el futuro cercano, con elecciones legislativas el año próximo, para lo cual llamó a crear “un escudo y una red” que cuide y proteja a los agredidos” por las políticas del actual gobierno. Y, a la par, llamó a construir desde la provincia de Buenos Aires “una alternativa de futuro que nos permita revertir la destrucción en curso y encontrar un camino de desarrollo”.
Más de una hora habló de logros de gestión y de las emergencias que la provincia a su cargo comienza a atender como resultado de su explícito enemigo de ocasión: el presidente de la Nación, Javier Milei, y su plan de gobierno que se ocupó de criticar de punta a punta.
“No es abandono ni ausencia solamente, sino deserción”, dijo sobre la desatención de la administración nacional sobre servicios esenciales como salud, educación o vivienda, y citó la Constitución que entiende que el jefe de Estado no cumple. “Es un intento de disolución nacional”, lo acusó y le recordó que las provincias ceden a la Nación parte de sus ingresos “no para caprichos del Presidente sino para que se cumplan obligaciones”. “Milei, estamos obligados a hacerte cumplir la Constitución Nacional”, insistió.
Fue el orador central de este acto que se presentó bajo la consigna “La provincia se organiza, la patria no se vende” y que aparece surgido de un encuentro de un grupo de intendentes que solicitó repetir un circuito de plenarios de intercambio, con distintas escalas según sección electoral. En este caso, el debut, tocó a la Quinta Sección.
Esta presentación llega menos de 24 horas después de la reaparición pública de la expresidenta Cristina Kirchner, que también aprovechó ese espacio para despacharse largo y fuerte contra Milei.
Sobre el escenario lo acompañaron la vicegobernadora Verónica Magario y casi 30 intendentes. En primera fila, parte de sus ministros y funcionarios más cercanos y varios dirigentes sindicales. Entre ellos, al centro y frente al estrado, se destacaba el titular del Sindicato Único de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (Suteba), Roberto Baradel.
Se notó, también, ausencia de referentes fuertes de la estructura partidaria nacional e incluso menciones directas al movimiento justicialista. Hubo ausencia de referentes de kirchnerismo más puro. Incluso los más cercanos desde lo geográfico, como la marplatense ex diputada y titular de Anses Fernanda Raverta. Salvo una única mención perdida, no se escucharon citas a Cristina Fernández. Y mucho menos alguna otra vinculada a la gestión de Alberto Fernández.
Kicillof ingresó con Magario, saludaron con brazos en alto y luego el gobernador dominó el centro de la escena. En remera enfrentó esta exposición en la que destacó logros de su gestión, el respaldo que tuvo en los últimos comicios al lograr su reelección y los efectos de estos primeros nueve meses de gobierno de Milei.
“Que ganó en el ballotage es tan cierto como que estamos frente a la más inmensa estafa electoral que haya habido en Argentina”, aseguró al citar y comparar proyectos que el actual jefe de Estado anunciaba en campaña y las medidas que está tomando desde que llegó a la Casa Rosada.
Lo comparó con Alfredo Martínez de Hoz, Domingo Cavallo y Mauricio Macri. “La política es con los mismos de siempre y plan de siempre”, dijo y preguntó con respuesta implícita: “Cómo esperan que le vaya a la Argentina”.
Allí apuntó a la composición del actual gobierno nacional, donde pasó lista a la integración del gabinete y habló de un “estafa” no solo por el ajuste en marcha sino por quienes son los funcionarios que eligió para su gestión. “Son los que salieron terceros: la Bullrich (Patricia), Sturzenegger (Federico) y Caputo que nadie los voto para que vuelvan a hacer los desastres que ya hicieron”, dijo.
Entre bombos, redoblantes y trompetas que acompañaron gran parte de su discurso, Kicillof se tomó un tiempo para armar una lista de incumplimiento del gobierno no solo en su plataforma electoral sino en respuestas frente a necesidades, algunas de ellas urgentes. Le recordó a Milei la nula ayuda que brindó a Bahía Blanca cuando en diciembre sufrió daños gravísimos por un tornado o el actual recorte de subsidios al transporte, que la provincia intenta compensar.
“Buscamos amortiguar frente al abandono y el ataque, pero nuestro presupuesto tiene límites”, reconoció el mandatario y si bien denunció que hay una ausencia de federalismo en la política nacional, consideró que en el caso puntual de Buenos Aires los recortes son más extremos “en venganza porque la provincia no lo votó”.
“Milei, la patria no se vende”, dijo firme y disparó el eslogan de esta cita, con lo que logró el coro del público para acompañar ese reclamo y, pronto, saltar de canto como quien cambia de sintonía con un simple clic: “Se siente, se siente, Axel Presidente”, se gritó fuerte y el momento llevó a Kicillof a quitarse la campera y, ya en remera, avanzar con críticas cada vez más duras al gobierno nacional.
Se mostró por encima de límites políticos por los convenios firmados con otras provincias, algunas gobernadas por otras fuerzas, para colaborar con incendios o en seguridad. “Esto no es sálvese quien pueda”, acusó ya casi disfónico, tras tres cuarto de hora frente al micrófono.
Las críticas, sobre el final, se enfocaron en situaciones muy recientes. Habló de decisiones “irracionales, caprichosas y con anteojeras ideológicas” y defendió frente a ello las movilizaciones que se dieron frente a medidas del gobierno nacional. “Estas cuestiones que hacen a los derechos, al trabajo, la educación, la salud y las empresas se defienden en la calle y con la lucha”, remarcó.
Frente a las dificultades que afronta su administración, en particular económicas, volvió a culpar al Presidente. Recordó que anticipó que iba a “fundir a las provincias” y en este sentido insistió que el pueblo “sabe que las dificultades y problemas tienen un único responsable exclusivo y no son intendentes ni gobernadores, es el presidente de la Nación, es Javier Milei”.
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