Comenzaron las obras de ensanchamiento de veredas en la avenida Corrientes
Se trata de la primera etapa de un plan de intervención integral de la avenida; buscan favorecer a los peatones y desalentar el uso del auto
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Un hombre espera un colectivo parado casi en la mitad de la avenida Corrientes, en su intersección con Esmeralda. En medio de las obras, las paradas de colectivos de la tradicional “calle que no duerme” quedaron tapadas por vallas y grúas.

El proyecto Corrientes peatonal, que acaba de comenzar, prevé intervenir la avenida en su primera fase desde Carlos Pellegrini hasta Florida ensanchando veredas, incorporando áreas de descanso y reconstruyendo ochavas. Más adelante se modificará el tramo entre avenida Callao y Libertad. En la mano izquierda habrá dos carriles para vehículos particulares que serán de uso exclusivo peatonal entre las 19 y las 2 de la madrugada. En la acera derecha funcionarán durante las 24 horas carriles exclusivos para colectivos y taxis. Un bulevar verde delimitará la división..

El objetivo es fomentar el paseo peatonal nocturno en la zona que concentra algunos de los más importantes teatros, librerías y restaurantes de la iconografía porteña.

“La avenida Corrientes es sin duda una de las calles más emblemáticas y transitadas de la ciudad y de nuestro país, tanto durante el día como durante la noche”, explicó Eduardo Macchiavelli, ministro de Ambiente y Espacio Público. Y agregó: “Queremos que todos puedan caminarla cómodos: los que vienen a trabajar y a hacer trámites y los que se acercan a disfrutar de los más de 100 teatros que hay sobre ella”.

La iniciativa se inscribe dentro del marco de ordenamiento del espacio público y desaliento del uso de vehículos particulares que lleva adelante el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta . Desde el oficialismo mencionan que buscan mantener la línea de las reformas aplicadas en el microcentro, en las estaciones de Retiro y Once y en la zona de Tribunales.
En apenas cinco años, del 2011 al 2016, bajó un 85% la cantidad de autos particulares que ingresan al centro porteño (de 15.000 autos por día a sólo 2500).

Gabriela Moras trabaja en un puesto de diarios en Corrientes y Maipú. Consultada por las obras en su cuadra, afirmó que es una locura hacer coincidir a las máquinas de arreglos de las veredas con el tránsito. "Deberían trabajar los fines de semana nada más, o de noche. Las grúas de a ratos van por carriles que ni siquiera están anulados. El otro día vi como un auto chocaba una grúa". También se quejó por la gran cantidad de indigentes que duermen en la zona, ya que piensa que la situación va empeorar si hay más vereda disponible: "Creen que van a atraer peatones porque amplíen las veredas y la gente no viene por eso. La gente viene si la calle está limpia, si no hay personas durmiendo en la calle, si hay seguridad y si ofrecés algo de calidad".
Mario Villalba es empleado de un tradicional teatro. Piensa que todo el proyecto no tiene mucho sentido si implica restarle dos carriles de auto a una de las avenidas más transitadas de la ciudad. "Vos venís con un auto: ¿dónde lo ponés? No tenés estacionamiento. Si construyen más lugares para estacionar, o restringen por horario la entrada de vehículos, o prohíben camiones, es otra historia. Si no es plata gastada inútilmente", opinó.

Los autos que deban ingresar a garages privados en la mano derecha (que será carril exclusivo para colectivos y taxis) tendrán permitida la circulación con un permiso especial. Los garajistas de la zona ya reclaman que perderán muchos clientes ocasionales. Quienes realicen operaciones de carga y descarga contarán con dársenas específicas para operar.
Hasta el momento, las obras comenzaron entre Suipacha y Carlos Pellegrini, donde se hicieron dársenas, canaletas, soterrado de cables, arreglo de ochavas y rampas. Cada vereda tomará 2,6 metros de la calzada para ampliar el espacio para peatones. El ensanchamiento de veredas permitirá incorporar mobiliario que refuerce la propuesta de paseo. Además, la iniciativa establece el trabajo en un proyecto de ley para la regularización de cartelería y marquesinas.

La circulación está reducida de ambos lados de la avenida. En algunos tramos quedan apenas dos carriles libres. Autos, colectivos y bicicletas circulan con relativa normalidad entre grúas que pican los cordones de vereda. La situación no llega a ser caótica por la época del año. Se estima que las obras de la primera fase terminarán en junio de 2018. La obra en general, en 2019.







