Con diálogo sería más fácil
Qué podemos hacer para reducir el tiempo de viaje cuándo la ciudad está vacía pero el tránsito sigue siendo caótico? Concentraría el foco en tres conceptos: previsibilidad, variedad y contingencia.
Todos los años los gobiernos concentran en esta época gran parte del esfuerzo de pavimentado, reparaciones e inversiones que requieren cortes. Es una decisión correcta: permite afectar a un menor número de pasajeros, y busca un menor impacto en el tiempo de viaje. Y aunque hay información al respecto, no es muy certera, no es clara, o no se cumple.
Tampoco se cumplen los cronogramas de servicios ni se informan. Por ejemplo: ¿cuál es grilla de los trenes suburbanos? ¿Y de los subtes? Ni hablar de las líneas de colectivos. Deberían existir, y deberían ser confiables. La información en tiempo y forma permite mejorar la decisión del pasajero y eventualmente, cambiar de medio de transporte o recorrido.
Luego, sabiendo que tendremos cambios a nuestra habitualidad, necesitamos variedad de medios de transporte. Tradicionalmente Buenos Aires es una ciudad de autos, colectivos, trenes y subtes. Últimamente vemos nuevos sistemas como el Metrobus y el de bicicletas públicas.
Podemos pensar en más: sistemas de autos compartidos, más metrobuses, mejores estaciones de transferencia para cambiar de un medio a otro de manera eficiente. Buenos Aires tiene una buena variedad de sistemas, pero debe seguir expandiéndose. Para cambiar una rutina es necesario tener opciones de calidad, si no la persona termina quedándose con lo malo, pero conocido.
Y las contingencias: ¿Quién puede oponerse a la protesta por un corte de luz que lleva más de lo sanamente soportable? Aunque me animo a decir que en nuestro suelo porteño, un corte de calle por un piquete no es una contingencia.
Ocurre todos los días, por lo que hay que tomarlos como parte del sistema y trabajar junto con las fuerzas de seguridad y operadores de colectivos para tener planes alternativos. ¿Por qué no podemos pensar en calles prioritarias para transporte público cuándo una avenida está cortada? ¿No debería haber un plan establecido y conocido para las 15 principales intersecciones de la ciudad en caso de un corte?
Debemos pedir más a nuestros gobiernos: en muchos casos no son inversiones faraónicas las que se necesitan para mejorar nuestra calidad de vida, sino coordinación y comunicación entre jurisdicciones, empresas de transporte público y los ciudadanos. Algo que no parece complicado, simplemente hay que proponérselo.
Director del Instituto del Transporte para el Desarrollo