Descontrol en la zona roja de travestis en los lagos de Palermo
Unos 150 ofrecen sexo antes del horario permitido y se cruzan con chicos que toman el colectivo; además, los clientes usan el espacio verde como albergue transitorio
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La zona roja habilitada en el parque Tres de Febrero altera cada vez más el escenario verde que antes podían disfrutar sin sobresaltos las familias que por allí pasean o las personas que practican deportes.
La demanda de los servicios sexuales que ofrecen los travestis deriva en la incesante aparición sobre el césped de preservativos usados y en la invasión de las áreas parquizadas por vehículos estacionados, usados como albergues transitorios, pero sobre ruedas. El aumento de la presencia policial en el lugar no impide que estas irregularidades se repitan. Y nada indica que haya una solución encaminada.
El Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño, responsable del mantenimiento y el ordenamiento del parque, culpa al vandalismo por la desaparición de los troncos que impedían el avance de los autos sobre el césped y a la Policía Federal de no controlar las infracciones.
Si bien hay un cesto de basura cada 15 metros, las plazoletas Florencio Sánchez, Wvsockl y William Morris amanecen repletas de profilácticos usados. "Cada día junto más de 300 preservativos, porque las personas que vienen a la noche no usan los tachos", dijo Jorge Juárez, un empleado de limpieza.
La zona roja establecida entre las vías del ferrocarril Mitre y la plazoleta Florencio Sánchez, en los bosques de Palermo, surgió hace casi seis años, luego de que mudaran allí sus actividades los travestis y algunas prostitutas que hasta entonces utilizaban el Rosedal.
Aunque circulan cerca de 5000 vehículos por jornada, no todos son clientes de los más de 150 travestis que trabajan en tres turnos. Los tocones de madera que impedían que los autos subieran al césped fueron retirados y el descontrol vehicular se apoderó de los espacios verdes, que se observan raleados y con grandes extensiones de barro.
En 2008, los travestis acordaron con las autoridades que empezarían a trabajar a las 21. Sin embargo, nadie hace cumplir esta restricción: antes del atardecer, ya se ubican en sus puestos cerca de las paradas de colectivos que utilizan los socios de algunos clubes de la zona.
Tampoco se respeta el acuerdo original que incluía limitar la oferta sexual sobre la calle Agustín Méndez. Desde hace años, se extendió a la avenida De los Ombúes, frente al Lago de Regatas; la calle Andrés Bello, frente a plaza Israel, y la sede San Martín del club GEBA.
Las irregularidades no parecen tener una solución a la vista. "Desde principios de año, colocamos 250 tocones en la zona roja. Calculamos que la mitad ya fueron sacados por el vandalismo", dijo a LA NACION Alejandro Pérez, gerente del parque Tres de Febrero y responsable de ese cuidado.
Respecto de la falta de baños químicos, el funcionario argumentó que "fueron retirados porque no eran usados de forma adecuada por los travestis ni por sus clientes"
Además, Pérez explicó que la Policía Federal tiene la responsabilidad de controlar que los autos no circulen sobre las plazas y no cometan infracciones. Fuentes de la comisaría 51a., con jurisdicción en el lugar, invitaron a "realizar la denuncias que se crean necesarias".
Quejas desde ambos lados
Vecinos de Palermo y socios de clubes de la zona aseguran que la oferta de prostitución le quitó la tranquilidad al parque Tres de Febrero. "Trato de venir a correr de día, porque a partir de las 18 llegan las primeras travestis y con ellas, los clientes. Aumenta el tránsito y se pierde la calma en la zona", dijo Miriam Lago, una vecina.
"Aunque nunca hubo problemas con los travestis, es un espectáculo desagradable que presencian los chicos que salen más tarde del club", explicó Silvia, que desde hace 50 años juega al tenis en GEBA.
Algunas entidades presentaron amparos en 2008 para impedir que se estableciera la zona roja. "Lamentablemente no prosperaron y cada vez hay más travestis. Cuando organizamos torneos son recurrentes los comentarios negativos del público que viene con sus hijos", dijeron fuentes del Buenos Aires Lawn Tennis.
Los travestis también se quejaron por el descuido de la zona que ocupan. "Primero se pusieron tres baños químicos, luego quedaron sólo dos. Ahora vamos a reclamar porque no hay ninguno", dijo a LA NACION Marcela Romero, presidenta de la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros de la Argentina (ATTA).
"Prometieron hacer veredas y obras para que desagote rápido el agua, pero hasta el momento las compañeras se empapan cada vez que llueve. Cuando pasan los autos por los charcos, las mojan", agregó.
Daniela, un travesti de 34 años, describió: "No tenemos problemas con nadie. La policía nos deja trabajar y no nos molesta. Las personas que vienen a hacer deporte ya nos ignoran. Cada tanto, algunas señoras nos dicen que es muy temprano para que estemos en la calle".
Los números del abandono
- 5000 autos por noche: Entre clientes y curiosos, se estima que esta cantidad de vehículos circula cada noche por la zona roja donde hay 150 travestis
- 1000 preservativos: Cada uno de los tres barrenderos de la cuadrilla recolecta más de 300 profilácticos usados cada mañana
- 250 tocones de madera: Ese número había a principios de año para evitar que los autos ingresaran sobre el césped; hoy queda la mitad


