El acceso principal al Zoo recupera su antigua imagen
La Ciudad invertirá cinco millones de pesos en las obras; el Arco de Tito, sobre la avenida Las Heras, será revalorizado
Por estos días la fisonomía del ingreso principal del Zoológico de Buenos Aires luce distinta. Varios obreros que ocupan el sitio donde habitualmente se mueven vendedores ambulantes y niños están realizando la remodelación de las boleterías y el acceso principal al predio. Pero el proyecto colocó al Zoo porteño en el centro de una polémica.
El pliego de bases y condiciones de la concesión que en 2012 quedó en manos de Jardín Zoológico de Buenos Aires SA por cinco años dice que todas las obras realizadas en el predio de 18 hectáreas deben correr por cuenta del concesionario. Sin embargo, el gobierno porteño destinó 5.498.643 pesos para ese proyecto y se reserva otros 2.000.000 para futuros trabajos, según dijo a LA NACION Eduardo Epszteyn, auditor general de la Ciudad.
Las obras, que está realizando la empresa Rol Ingeniería SA, según se publicó en el Boletín Oficial (BO) el 5 de diciembre último, incluyen la demolición de las instalaciones del acceso que habían sido construidas en anteriores concesiones, "en forma anárquica y sin unidad conceptual", explicaron a LA NACION desde el Ministerio de Desarrollo Económico.
"Para volver a la mirada histórica de nuestro zoológico se están empleando los materiales originales. La reja se reubicará tal cual su instalación original, lo que generará mayor amplitud de espacio público y mejor circulación", añadieron. El Arco de Tito será integrado al cerco y volverá a funcionar como acceso principal al parque.
Voceros del ministerio explicaron que el gobierno se encargó de la remodelación, ya que "el concesionario no está obligado a realizar obras en el acceso al predio". Aunque sí le corresponde invertir en la "restauración del patrimonio arquitectónico, programas de mejoramiento de la oferta educativa e investigación científica y la preservación y valorización de la infraestructura y los servicios generales", según consta en el pliego de bases y condiciones de la subasta.
Sin embargo, el plan de obras trazado por la concesionaria estuvo lejos de ser cumplido. Así lo hizo saber en su carta de renuncia el ex director del Zoo, Claudio Bertonatti, en abril de 2013. "[La renuncia] se desencadenó cuando miembros del directorio me comunicaron que la situación económica no les permite desarrollar el «Plan para renovar la visión, misión, compromisos y objetivos del Zoológico en el período 2012-2017»", dijo al dimitir.
"Cuando comenzó la concesión, surgió la necesidad de hacer las obras de restauración dentro del Zoo. Y el gobierno de la ciudad ofreció hacerse cargo del exterior para conservar su valor patrimonial histórico", aclaró a LA NACION el director del predio, Juan Pablo Guaita.