En Belgrano, cerró el clásico bar La Imprenta
El café se declaró en quiebra y abrió sus puertas por última vez el 31 de diciembre
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Los vecinos del barrio de Belgrano que por estos días vuelven de sus vacaciones se encuentran con una sorpresa: el cierre definitivo e inesperado del emblemático café La Imprenta desde el 31 de diciembre.
Desde su puerta, este café que abrió en Migueletes 866 hace unos 20 años, afirmaba ser "el clásico de Belgrano" con un cartel que daba la bienvenida. Y muchos vecinos estarían de acuerdo con esa leyenda.
"Era un lugar mítico en la zona. Acá conocí a mi mujer y los mozos vieron crecer a mis hijas. Con su cierre, perdemos un ícono del barrio" expresó el abogado Jorge Heuck, quien desde hace 20 años vive muy cerca de La Imprenta.
"Después de tantos años cerramos nuestras puertas. Fue un gran honor formar parte de sus vidas y agradecemos a todos y a cada uno de ustedes. Hasta siempre", se lee ahora en un cartel pegado en la entrada. Adentro se ven sillas apiladas, algunas botellas y la pizarra con el menú del día, que aún espera a sus clientes.
A pesar de que Almenir SRL, la empresa a nombre de la cual se encuentra el café, se declaró en quiebra el 12 de diciembre pasado, el cierre parece haber tomado por sorpresa a la mayoría de los vecinos de Belgrano. Al cierre de esta edición, en Almenir SRL no habían respondido a la requisitoria de LA NACION.
"Yo me fui a fin de año y cuando volví me encontré con el café cerrado. No lo podía creer, porque siempre estaba lleno de gente y no cerraba nunca", afirmó Marcos, quien atiende la florería que está al lado del café.
Ayer por la tarde todavía se podía ver gente que pasaba por la vereda del local y que se resistía a creer lo que veía: la inminente desaparición de un auténtico ícono de la zona. "Los vecinos hablan del tema y me transmiten malestar y sorpresa", describió Marcelo, quiosquero de la esquina de Migueletes y Maure.
Por el momento, el futuro del local es incierto, y eso ha desatado diferentes rumores. "Dicen que se van a levantar unas torres", compartió una vecina; "nosotras escuchamos que van a poner un Café Martínez", retrucaron las recepcionistas del gimnasio lindero. Mientras tanto, Belgrano ya guarda en su memoria el que fue uno de sus enclaves predilectos.



