Saint Tropez, Coconor y el Parque de las Américas
En ese predio funcionó uno de los últimos balnearios de la Costanera porteña
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El predio donde se levanta el nuevo complejo de deportes extremos es el mismo en el que estuvo situado Saint Tropez, uno de los últimos balnearios que tuvo la Costanera Norte -el otro era Carrasco-, que dejó de ser de uso público en 1988, cuando el intendente porteño Facundo Suárez Lastra lo dio en concesión a la empresa Complejo Costa Norte (Coconor) por un período de 19 años.
Saint Tropez tuvo su época de oro en la década del 70 y Coconor, el centro recreativo que lo sucedió, abrió sus puertas en diciembre de 1988.
Coconor contaba con dos piletas de 2500 metros cuadrados, un polideportivo con dos canchas de paddle, una de voleibol, una de básquetbol y otra de fútbol. Además, para los chicos, ofrecía un sector de juegos con puentes colgantes, toboganes, cuerdas y escaleras.
Los primeros tiempos del balneario fueron tranquilos, pero un par de años después "explotó", al convertirse en cita obligada de las mejores fiestas, escenario de programas de televisión y lugar de encuentro de políticos de la década menemista.
El conflicto de Coconor con la Ciudad se inició el 12 de mayo de 1998, cuando el entonces jefe de gobierno porteño Fernando de la Rúa dispuso la caducidad de la concesión por incumplimiento del contrato.
La concesionaria no había cumplido con una de las cláusulas, que indicaba que debía construir un sector de libre acceso, un complejo de parrillas y una senda aeróbica.
Tampoco cumplió con otras obligaciones contractuales, como la apertura del complejo a excursiones de escuelas y un día de pase gratis para los jubilados. Además, se supo que recibía alrededor de 70.000 pesos mensuales por varias subconcesiones del terreno, mientras pagaba a la Ciudad un canon de apenas 1716 pesos por mes.
El interventor de la Dirección General de Privatizaciones y Concesiones, Virgilio Loiácono, se presentó en el lugar para hacer cumplir la norma, pero después de más de 12 horas de incertidumbre, en las que no faltaron algunos incidentes, las autoridades debieron retirarse.
El predio sólo volvió a la órbita de la ciudad de Buenos Aires en octubre de 2001, después de que la Cámara del Crimen porteña fallara a favor de la Ciudad rechazando la medida cautelar interpuesta por la concesionaria.
En febrero de 2002, el jefe de gobierno porteño Aníbal Ibarra inauguró allí el Parque de las Américas, un espacio verde gratuito con una senda peatonal, baños con duchas, baños para discapacitados, vestuarios y una playa de estacionamiento. Sin embargo, con los años quedó en el olvido.
Desde entonces, circularon varios proyectos para "recuperar" las tierras, pero nunca se concretaron. Lo último que hubo en el lugar -recuerdan los memoriosos- fueron cinco canchas de fútbol 5, ya desaparecidas. Como excepción y casi una curiosidad, la discoteca Pachá es la única construcción "ajena" que se mantiene en pie, sobreviviente y testigo de los vaivenes del predio donde funcionará a partir de octubre en nuevo complejo deportivo.



