Viajar entre La Plata y la ciudad, una odisea desde que no llega el tren Roca
Por obras de electrificación, el ramal dejó de funcionar en septiembre de 2015; la terminal de ómnibus colapsa y los servicios son deficientes; los colectivos alternativos no dan abasto
LA PLATA.- El sol aprieta. En la terminal de ómnibus de esta ciudad las filas de gente se mezclan; algunas llegan a dar dos vueltas completas a las boleterías. Son las 7 y los inconvenientes seguirán por lo menos hasta las 10. Verónica Liso aguarda para subir a una unidad de La Nueva Metropol (ex Costera Metropolitana): hace media hora que llegó y no alcanza aún a tomar un colectivo. Prefiere no calcular, pero si lo hiciera sabría que cada mes pierde $ 1700 en su traslado diario de La Plata a la Capital. La suciedad, la falta de frecuencia y el viaje parada integran su trajín cotidiano.
Ella es apenas una de las 45.000 personas que unen por día ambas ciudades y, desde septiembre de 2015, padecen la interrupción del ramal de tren Roca que llega hasta La Plata desde Constitución. Para ellos, viajar se convirtió en una odisea con altos costos, grandes demoras y transbordos eternos, según el medio que se utilice.
Mientras unos 10.000 pasajeros se volcaron a los micros, según la Subsecretaría de Movilidad Urbana de La Plata, la gran mayoría combina los colectivos dispuestos por el Estado para el tramo La Plata-Berazategui con el tren Roca para el segmento Berazategui-Constitución. Si bien esta alternativa reduce sensiblemente los costos a $ 176 mensuales, los colectivos sólo salen cada 15 minutos y su capacidad es escasa en comparación con el caudal de gente que viaja en tren.
En la hora pico de la tarde, quienes regresan a La Plata se reparten en dos filas en Berazategui: una para viajar en colectivo sentados y otra para hacerlo parados. Quienes eligen esperar para asegurarse un asiento pueden sufrir hasta una hora de espera.
"Te agota cada vez más. No te das cuenta, pero te va chupando la energía. Lo tenés que hacer, así que no podés pararte a pensar en lo terrible que es porque no salís de tu casa", describió Verónica Liso, de 29 años, empleada del Ministerio de Justicia de la Nación.
Javier Ornella, que trabaja como jefe de proyectos en un grupo nacional de empresas y viaja entre ambas ciudades desde 2006, es otro afectado. "La falta del tren volcó a la gente a los servicios de Plaza y Costera. Sumado a la falta de inversión de los micros, colapsó todo modo de ir de Buenos Aires a La Plata. Y encima en el verano hay menos unidades", se indignó. Javier ya hizo más de diez denuncias ante la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT), pero no vio cambios.
En la terminal, las filas de La Nueva Metropol (línea 195) y de Plaza (línea 129) no discriminan: algunos de sus pasajeros se visten de traje, con zapatos caros y una prolija gomina en el pelo; otros llevan puesto overol y zapatillas, cómodos para trabajar en las obras en construcción. Todos buscan la forma de llegar a sus trabajos. Todos necesitan estar en la Capital lo más rápido posible.
Según datos de la CNRT, en todo 2016 se registraron 134 denuncias contra La Nueva Metropol: 67 por mal servicio con relación a la frecuencia o desvío en el recorrido de la línea, 43 por conducción imprudente, 18 por malas condiciones del vehículo y 6 por problemas en el descuento de la tarifa. Contra Plaza, la comisión -dependiente del Ministerio de Transporte de la Nación- recibió 487 denuncias: 226 por mal comportamiento del conductor, 139 por mal servicio de la línea, 103 por malas condiciones del coche y 19 por el costo de la tarifa.
Ornella enumeró lo que está mal en los micros: suciedad, asientos rotos, equipos de aire acondicionado que chorrean por tener tapados los desagües, ventanas fijas en pleno verano y vehículos sin aire.
"Somos conscientes de las denuncias. Se deben en su mayoría a las quejas de los pasajeros por viajar parados", admitieron a LA NACION desde La Nueva Metropol. Aclararon que en 2014 presentaron un pedido ante la Secretaría de Transporte provincial para aumentar el número de unidades, pero hasta hoy no tuvieron respuesta. El Grupo Plaza se negó a contestar las consultas de esta cronista.
Los 35.000 pasajeros que aún utilizan el servicio alternativo ofrecido por el Estado, que combina colectivo y tren, son pequeños estrategas. En Berazategui, cada día los pasajeros salen eyectados del tren para llegar primeros a la fila del colectivo que los deje, finalmente, en La Plata. Cuando ya no hay asientos libres, los choferes hacen subir a los que están en la cola de los resignados. Como se dijo, si apuestan a ir sentados pueden llegar a esperar una hora. Pero muchos igual así lo deciden porque ya viajaron parados en el tren y buscan poder descansar los pies en el colectivo, después de un largo día.
Otra opción son las combis. Yael Letoile, que trabaja en el hospital Garrahan, conoce todas las alternativas. Conoce, incluso, a los choferes de las combis y les manda mensaje de WhatsApp para consultar si queda algún lugar libre. Hay dos servicios y funcionan con abonos de $ 2200 por mes.