
Desarrollarán transistores de tamaño infinitamente pequeño
En qué trabaja el grupo de la Facultad de Ciencias Exactas asociado con Motorola
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"Transistor: dispositivo de estado sólido para amplificar, controlar y generar señales eléctricas."
El transistor fue inventado por Shockley, Bardeen y Brattain hace más de cinco décadas, pero alrededor de diez años depués ingresó de lleno en nuestra vida cotidiana al hacer posible un amplio rango de equipos electrónicos que va desde las calculadoras y las radios de bolsillo hasta los robots industriales y los satélites de comunicaciones.
Los transistores se hicieron imprescindibles, entre otras cosas, por su tamaño reducido. Al empleárselos en circuitos integrados hicieron posible la miniaturización que dio lugar, por ejemplo, a las computadoras. Pero ahora un grupo de investigadores argentinos del Laboratorio de Electroquímica Molecular de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA a cargo del doctor Ernesto Calvo -después de atravesar una rigurosa selección que le permitió llegar a un acuerdo con la empresa Motorola- se dispone a dedicar los próximos tres años al diseño de un transistor millones de veces más pequeño que los actuales: un transistor molecular.
"Este tipo de dispositivos es la base de la futura revolución tecnológica, un área de importancia estratégica que se está investigando intensamente y que brindará beneficios de largo plazo a la industria -explica Sherry Gillespie, directora de investigación externa de la empresa norteamericana-. Permitirá integrar trillones de transistores, tan rápidos que su velocidad se medirá en teraherz (1.000.000.000.000 de herzios), de capacidad infinita y costo cero."
Máquinas diminutas
Según la científica, que también forma parte del directorio del Centro de Ciencia y Tecnología de la Universidad de Texas, en Austin, este nuevo avance permitirá construir objetos medibles en nanómetros (una millonésima de milímetro).
Inspirada en los seres vivos -cuyas máquinas celulares tienen dimensiones equiparables y pueden almacenar información, convertir energía o fabricar moléculas con mayor eficiencia que cualquier dispositivo inventado por el ser humano-, la electrónica molecular promete ofrecer "desde microtransistores con enormes capacidades de memoria hasta minúsculos biosensores para el medio ambiente, el tratamiento o el diagnóstico... En fin, en este punto ni siquiera estamos en condiciones de enumerar todas las oportunidades que podrían abrirse -anticipa Gillespie-. Pero cuando los dispositivos se hacen más y más pequeños, se llega a un punto en que se hace muy, muy difícil lograr que funcionen bien; surgen tremendos problemas de fabricación."
En el mundo, la investigación en electrónica molecular es eminentemente interdisciplinaria. Ese fue, precisamente, uno de los argumentos decisivos en el momento de elegir al equipo de Ciencias Exactas. "Estábamos buscando un grupo con el que pudiéramos trabajar bien y que estuviera encarando la investigación de un modo similar a como se hace en la industria, donde hay que ser versátil en muchas ciencias -explica Gillespie-. El doctor Calvo ha cultivado ese enfoques y eso es algo muy difícil de encontrar; no es lo típico. Para hacer buen trabajo en un campo como la electrónica molecular no sólo hay que entender de electrónica, sino también de física, de química, de matemática, de biología."
Beneficios compartidos
El grupo de Exactas, con publicaciones reconocidas internacionalmente, trabaja en áreas relacionadas con la electroquímica desde hace 15 años. "Aquí tenemos una tarea especial, muy precisa, y se espera que produzcamos ciertos resultados específicos -afirma Calvo-. Una parte de mi grupo estará dedicado a esto, pero habrá otros trabajos en paralelo. Desde el punto de vista de la química y la física, no hay fronteras entre Motorola y otros intereses científicos, porque los temas de estudio se superponen."
En cuanto a los derechos sobre la propiedad intelectual de los conocimientos, señaló: "Hemos seguido los mismos procedimientos que son usuales entre las universidades de los Estados Unidos. Los abogados discutieron los términos del contrato y está todo muy bien definido. La universidad y los participantes mantendrán sus derechos de invención y Motorola guardará los derechos comerciales. Lo bueno de este acuerdo es que beneficia a ambas partes; no es unilateral. Nuestra tarea no es producir equipos electrónicos, sino entrenar gente y producir conocimiento. Espero que esto demuestre su valor económico".






