
Divorciados: conflictos y soluciones en torno de las vacaciones de los hijos
Respetar los sentimientos de los niños es lo más importante
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"¿Con quién voy a pasar las vacaciones?"..."¿Porqué papá no me llama para arreglar qué vamos a hacer?"... "¡Mamá, vos trabajas, me quiero ir con papá de vacaciones!"..."No te voy a dejar salir del país con nuestra hija. ¡No me das dinero para alimentos y me decís que te vas a Miami!"
Estas son algunas de las expresiones que escuchamos cuando se acercan las vacaciones. Cuatro de cada diez niños nacidos entre 1980 y 1990 pasaron parte de su niñez con una familia de un solo padre. En la Argentina, de cada 100 parejas que se han casado cinco viven bien integradas, 25 se separan y 70 viven en conflicto.
La separación es un duro proceso para la pareja pero lo es también para los hijos, que reaccionarán frente al divorcio de diferentes maneras según algunas variables: grado de acuerdo, flexibilidad frente a los cambios, y habilidades sociales de los padres. Esto es: acuerdos básicos relacionados con las funciones normativas y nutritivas, flexibilidad para adaptarse a los diferentes cambios que están implicados en el proceso de separación, habilidades sociales como adecuada comunicación, habilidad en la interacción, expresión de sentimientos, cooperación, manejo del estrés, planificación, defensa de los propios derechos y persuasión. También influyen la reacción de acuerdo con la edad de los niños y su temperamento y la etapa del proceso de divorcio (pre-ruptura, ruptura, familia uniparental, arreglo de la pareja, re-matrimonio, familia reconstruida o ensamblada).
Las investigaciones muestran que el divorcio puede afectar tres grandes áreas: rendimiento académico, estado anímico y relaciones interpersonales. Los niños pueden reaccionar, o bien acercándose a uno de los padres, distanciándose de ambos, sintiéndose culpables o responsables de los acontecimientos de la separación y en algunos casos dicho evento puede llegar a influir en la propia forma de vivir sus futuras relaciones de pareja.
La llegada de las vacaciones suele ser un acontecimiento esperado, un descanso de horarios, ida al colegio, cambio de actividades. Pero también supone mucho estrés. Esto no escapa en las decisiones a tomar en familias de padres divorciados. Tras la separación se inicia una relación diferente entre padres e hijos, en la cual el régimen compartido del tiempo de ocio es un tema importante.
Ya sea durante los fines de semana como durante las vacaciones ambos padres tienen que asumir la necesidad de desarrollar el rol parental con sus hijos. Y el afrontar las vacaciones es todo un trabajo. En ese período, una serie de estrategias pueden ayudar a preveer posibles conflictos y situaciones de estrés.He aquí algunas:
- Pongase de acuerdo con su ex marido / mujer acerca de dónde, cuándo, cómo y con quién van a pasar sus hijos las vacaciones. Defina con él / ella cómo se lo van a decir y quién lo hará.
- Avise a su hijo sobre los proyectos de las vacaciones.
- Una vez definidos planifique con ellos qué van a hacer. Esto los ayudará a sentir que forman parte de los proyectos.
- Comente con ellos las expectativas de cada uno para armar criterios sobre las reglas de la casa durante las vacaciones.
- Ponga límites apropiados. Es importante no olvidar que ser hijo de padres separados no implica tener papás condescendientes.
- Evite trasladar a su hijo su enojo, incomodidad u opiniones sobre su ex. No interconverse con él/ella como si fuera un par.
- Si ve a su hijo solo, acérquese. Dele un espacio para que expresen sus sentimientos (por ejemplo, tristeza por extrañar a su otro progenitor)
- Esté atento a las necesidades de sus hijos más que a las propias. Recuerde que la separación es de la pareja, pero no de la función parental. Esto evita confusiones en los niños.






