
El encuentro Bohr-Heisenberg pone la física en el centro de la escena
En el Teatro San Martín se ensaya la obra de Michael Frayn que da vida a un controvertido episodio
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Primer acto
(Un físico está reunido con un grupo de teatro en torno de una mesa de utilería. Escenario de la Sala Casacuberta, Teatro San Martín.)
El físico, Juan Pablo Paz: -Los primeros 25 años del siglo XX eran un momento de crisis en el que no había una teoría firmemente establecida. Había modelos que explicaban una serie de fenómenos, pero eran incoherentes unos con otros. Por eso, Bohr y Heisenberg, además de grandes constructores de la nueva física, fueron grandes exterminadores...
El director, Carlos Gandolfo: -¿Cómo era el laboratorio?
Paz: -No mucho más grande que una pieza...
Un actor, Juan Carlos Gené: -¿Qué es un protón?
Paz: -Es una partícula que tiene una carga igual a la del electrón, pero una masa más o menos dos mil veces más grande. El núcleo del átomo de hidrógeno está constituido por un protón. El de uranio tiene 92 protones. Tiene una carga eléctrica que es 92 veces mayor que la del hidrógeno. Tiene 92 electrones dando vuelta en distintas distribuciones, como Bohr y Heisenberg dijeron que se distribuían. Pero se sabía que, además de protones, en el núcleo tenía que haber otra cosa. Esto fue todo un proceso hasta que James Chadwick descubrió el neutrón.
Otro actor, Alberto Segado: (Bromeando) -¡Ah, mi amigo de Inglaterra!
Gené: -¿Y qué son los isótopos?
Paz: -Son átomos que tienen el mismo número de protones, pero distinto número de electrones. Por ejemplo, el hidrógeno y el deuterio. Químicamente se comportan de la misma manera; por eso, el agua puede estar formada por dos deuterios y un oxígeno, y a esa agua se la llama agua pesada .
Gené: -Y las cantidades 235 y 238 que se le agregan al uranio, ¿a qué se refieren?
Paz: - Son dos variedades del mismo elemento: uno tiene átomos de 143 neutrones y otro, de 146. Cuando Bohr y Wheeler en el año 39 hacen su trabajo en Princeton y explican cómo es la fisión del uranio, se dan cuenta de que lo único que se fisiona es el uranio 235, el 238 no se fisiona.
Segundo acto
Esta conversación es parte de un intercambio de varias horas que el último viernes se registró -entre el director del Departamento de Física de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA, Juan Pablo Paz, y un grupo de gente de teatro- en una sala en penumbras del Teatro General San Martín.
Allí, el elenco dirigido por Carlos Gandolfo e integrado por Alicia Berdaxagar, Juan Carlos Gené y Alberto Segado, prepara la puesta de "Copenhague", la obra del dramaturgo inglés Michael Frayn que da vida a uno de los episodios más controvertidos de la física del Siglo XX: la enigmática reunión que, en septiembre de 1941, mantuvieron el físico alemán Werner Heisenberg y el danés Niels Bohr.
Heisenberg (premio Nobel 1932) viajó a la ciudad que le da nombre a la obra, y que por entonces se encontraba bajo ocupación nazi, para ver a su antiguo amigo, colega y maestro, Bohr (premio Nobel 1922). Ambos habían revolucionado la física, y sus contribuciones habían abierto el camino hacia las investigaciones atómicas. Pero en 1941 ambos estaban en bandos opuestos de la Segunda Guerra Mundial.
La reunión terminó con una discusión y, desde entonces, tanto historiadores como científicos se preguntan qué se dijeron. Heisenberg, director del esfuerzo atómico alemán, se veía a sí mismo como un héroe que había saboteado los intentos del Tercer Reich de construir una bomba atómica. Después de la guerra, dijo que había viajado a Dinamarca para compartir con Bohr sus dudas acerca de las armas nucleares.
Sin embargo, una serie de documentos de Bohr que acaban de hacerse públicos lo ponen en duda.
Tercer acto
En una carta que nunca llegó a enviar, éste asegura que Heisenberg no viajó porque tenía conflictos morales para impulsar un acuerdo de los físicos de ambos bandos contra el desarrollo de las armas atómicas. No se sabe por qué Bohr no envió la carta, pero existen varias versiones sobre el mismo tema que cinco años más tarde dictó a su mujer, Margarita, a varios asistentes y a su hijo Aage Bohr, también premio Nobel.
Todos estos documentos se dieron a conocimiento público a partir de la obra escrita por el documentalista y periodista Michael Frayn. Estrenada en 1998, "Copenhague" no sólo obtuvo numerosas distinciones (entre ellas, el premio Tony, en Nueva York), sino también notable atención de los físicos.
Quien desee interiorizarse personalmente de los pormenores de esta historia, puede comenzar por conocer la versión del físico danés sobre los hechos en la dirección electrónica www.nbi.dk .
"La obra ha renovado un ya intenso debate acerca de por qué Heisenberg vino a Copenhague y que ocurrió en esa reunión", afirma en un texto introductorio a los archivos de Niels Bohr el curador Finn Aaserud.
Y a partir del 5 de abril, fecha de estreno de la obra en Buenos Aires, también podrá asistir a un nuevo encuentro de Bohr y Heisenberg en el Teatro General San Martín. Allí, ambos revivirán sus fantasmas, en el escenario de la ciencia... y de la vida.
Los protagonistas
Niels Bohr
- Nació en Copenhague, el 7 de octubre de 1885.
- Se doctoró con un estudio sobre las propiedades de los metales.
- Recibió el Nobel en 1922 por su trabajo en la estructura del átomo.
Werner Heisenberg
- Nació en Würzburg, el 5 de diciembre de 1901.
- Gracias a una beca, trabajó con Niels Bohr, entre 1924 y 1925.
- Recibió el Nobel en 1932 por la creación de la mecánica cuántica.






