Estudian los restos momificados de un perezoso hallados en los Andes peruanos
Durante la reunión anual de la Asociación Paleontológica Argentina, realizada en la ciudad entrerriana de Diamante, un paleontólogo francés del Museo Nacional de Historia Natural de París, el licenciado François Pujos, anunció el hallazgo de restos momificados de una nueva especie de perezoso gigante que vivió hace algunas decenas de miles de años en los Andes peruanos a casi 4000 metros de altura.
De este animal, que estaba emparentado con el megaterio de la llanura pampeana ( Megatherium americanum ), se conocen una uña del pie y dos de la mano, además de estiércol fósil (coprolito) con su parte orgánica inalterada y los huesos del pie y de la mano. El estudio de estos restos momificados permitirá conocer los hábitos alimentarios y las relaciones de parentesco de esta nueva especie.
En realidad, el inusual descubrimiento fue realizado hace cuarenta años por el arqueólogo francés Frédéric Engel en la gruta Tres Ventanas, a 65 kilómetros al sudeste de Lima. Pero los huesos, las uñas y el coprolito permanecieron guardados durante todo este tiempo en el Museo de la Universidad Agraria de Lima sin ser estudiados.
Además del megaterio, Engel halló también huesos de otro perezoso gigante: un celidodonte ( Scelidodon ). Ambos fósiles estaban en un nivel de la cueva ubicado por debajo de unos sedimentos de 10.000 años de antigüedad con evidencias de una antigua ocupación humana. La edad de estos perezosos no se pudo cuantificar debido a que es mayor de 35.000 años, la máxima que se puede determinar con un error aceptable utilizando el método del carbono 14.
El megaterio andino era de tamaño relativamente pequeño. Pujos estima que el largo total de este animal era de unos 2,5 metros, mientras que su peso posiblemente no superaba los 1500 kilogramos.
"Los huesos del Scelidodon -explica Pujos- corresponden a un ejemplar juvenil, mientras que los del megaterio son de una nueva especie, a la que estoy describiendo." De acuerdo con los estudios que está realizando el paleontólogo, este megaterio, al igual que su pariente gigante de las pampas, pertenece al género Megatherium .
Pujos sacó muestras de las uñas para estudiar su estructura y compararla con las de los perezosos actuales y con ciertas uñas fósiles que provienen de la Patagonia chilena y que se encuentran en el Museo de La Plata.
Descubrimiento excepcional
Este tipo de descubrimientos es excepcional y se produce en zonas áridas con bajas temperaturas, ya que con esas condiciones climáticas se evita la putrefacción.
Un antecedente en América del Sur es el realizado a fines del siglo XIX en una caverna -a la que se conoce como Cueva del Milodonte- ubicada cerca del Seno Ultima Esperanza, en el sur de Chile, donde se hallaron varios restos momificados de otro perezoso gigante, al que se denomina Mylodon , incluyendo coprolitos, uñas con su materia orgánica y parte de la piel con su pelo. Otro descubrimiento similar fue en la Cueva de Yeso, a 30 kilómetros de Las Vegas, Estados Unidos. En esta gruta se hallaron coprolitos de 20.000 años de antigüedad que se atribuyen a otro perezoso fósil, el Nothrotheriops .
El estudio de los coprolitos de los perezosos de la Patagonia y de Las Vegas demostró que se alimentaban exclusivamente de vegetales. Las observaciones preliminares del estiércol fósil del perezoso hallado en Perú sugieren el mismo hábito alimentario, lo que contradice la hipótesis de que los megaterios podrían haber sido carnívoros.