Fobias: cuando el miedo paraliza
Cuatro especialistas describen los orígenes y los tratamientos de estos tipos de trastornos de ansiedad, que afectan al 25% de la población mundial
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Oscar tiene 32 años y es contador. Cuando tuvo que elegir su carrera universitaria no lo hizo por una fascinación con los números o la tarea contable sino porque era la que menos exámenes orales tenía a lo largo de la currícula. Durante la secundaria, no podía afrontar esas instancias. Siempre conseguía buenas notas en las pruebas escritas, pero sólo lograba aplazos cuando tenía que expresar sus conocimientos en forma oral. No podía enfrentar la situación de estar frente a otros y ser el centro de atención porque se ponía colorado, le temblaban las manos y la voz se entrecortaba al límite de no poder hablar. Esos signos demostraban su nerviosismo y eso lo hacía sentir vulnerable al juicio de los demás.
Situaciones como estas pueden pasar inadvertidas para algunas personas o causar un leve malestar en otras. Sin embargo, pueden llegar a ser paralizantes para aquellos que padecen alguno de los tantos tipos de fobia.
La psicóloga Teresa Cleris, miembro y fundadora del Grupo Phobos, especialistas en este tipo de trastornos, explicó a LA NACION LINE que las fobias forman parte del grupo de los denominados trastornos de ansiedad y constituyen una forma patógena o disfuncional de manifestar ansiedad, proyectada hacia un objeto o un tema. "La ansiedad es el motor del aparato psíquico. Todos tenemos ansiedad. El problema es cuando se transforma en trastorno. Cuando no la podemos manejar porque nos inhibe, nos paraliza y nos desorganiza de manera tal que nos invalida", señaló.
Oscar sufre lo que los especialistas denominan fobia social, por la que el individuo tiene miedo a interactuar con otra gente. Sin embargo, el terror paralizante también adquiere otras formas como la agorafobia, que es el miedo a estar en lugares o situaciones donde podría presentarse una crisis de pánico, y las llamadas fobias específicas, que incluyen el pánico a volar, a ciertos animales, a prácticas médicas y también a diversos lugares, entre muchas otras.
El origen
Las causas de estos trastornos son variadas e involucran factores biológicos, psíquicos, históricos y ambientales del individuo. El psiquiatra Enzo Cascardo, director del Centro de Investigaciones Médicas en Ansiedad comentó que los hijos de padres extremadamente cuidadosos u obsesivos son proclives a padecer alguna fobia. Además, la vertiginosidad de la vida actual y el stress contribuye a desencadenar cuadros que están latentes. La licenciada Cleris agregó que también pueden ser provocados por traumas severos, duelos inconclusos, abusos psicológicos o sexuales.
El psicólogo Danial Bbogiaizian, presidente de la Asociación Ayuda aclaró que los individuos tienen una predisposición genética a responder de forma ansiosa a determinado tipo de estímulos. A esto, se suman factores como la educación y la crianza, pues existen muchos temores que tienen su origen en los miedos de los propios padres, es decir, se teme a algo que los progenitores también temían.
El miedo es uno de los sentimientos básicos del ser humano. Sin embargo, lo difícil es establecer el límite entre un temor común y aquel pánico irracional que lleva, incluso, a la paralización total. Para Cascardo, el punto principal para esclarecer esta cuestión radica en analizar hasta que punto el miedo afecta la vida diaria del paciente. Así, el temor se transforma en enfermedad "cuando afecta nuestro desempeño como seres sociales, como trabajadores."
Las personas que padecen algún tipo de fobia pueden llegar a situaciones extremas, desde elegir una carrera que no le gusta hasta recluirse en su casa para no subirse a un colectivo. En el medio existen muchos grados, ya que ciertos síntomas aparecen en forma específica sólo en determinado tipo de situaciones. Sea cual fuera la intensidad, lo que no hay que dejar de tener en cuenta es que todo cuadro fóbico implica una simbolización. "Los miedos nos son racionales. Tienen explicaciones emocionales y psíquicas. Lo que es una cosa insignificante para mí, para el fóbico tiene un significado que justifica el nivel de miedo que tiene. Hay algo que no se va a calmar con explicaciones racionales", precisó Cleris.
No obstante, tampoco se debe caer en la falsa analogía entre timidez y fobia. "Una persona tímida podría hacer las cosas con cierto grado de malestar. En un fóbico social, esa timidez está exacerbada a tal punto, que está impedida de hacerlo", ejemplificó Cascardo.
Hacer frente al miedo
A pesar de que en la Argentina no existen estudios epidemiológicos sobre el tema, diversos trabajos realizados en otros países del mundo demostraron que entre el 20% y el 25% de la población mundial sufrió algún tipo de trastornos de ansiedad a lo largo de la vida. Así lo informó el psiquiatra Alfredo Cía, presidente de la Asociación Argentina de Trastornos de Ansiedad.
Para vencer al pánico, desde esa institución se recomienda un tratamiento que tiene dos aspectos: el farmacológico y el terapéutico. Según descripciones del psiquiatra, en una primera instancia se realiza un diagnóstico a través de un cuestionario, para determinar el tipo de trastorno que padece el paciente. Le sigue la etapa de la psicoeducación, que no es otra cosa que informarle tanto al individuo como a los familiares cuál es la enfermedad que está padeciendo, sus características y el tratamiento.
Finalmente se completa con una terapia cognitiva-comportamental, que, según reveló Cía, "ha demostrado estadísticamente ser muy eficaz en este tipo de males, con un 70% de resultados positivos y con efectos persistentes a lo largo del tiempo".
Según esta concepción, se trabaja tratando de identificar cuales son los grupos de ideas distorsionadas que estás afectando a la persona. Se busca la forma de modificar las creencias y esquemas que deforman la manera en la que el paciente procesa la información y se hacen además modificaciones en el campo conductual, a través de la prescripción de una serie de tareas para afrontar la situación y para prevenir que la ansiedad llegue a picos que el paciente no pueda tolerar.
Aparte de esta perspectiva, existen otros encuadres psicológicos como el caso del Grupo Phobos, que trabaja con una línea básicamente gestáltica, pero combina estrategias de las terapias cognitivas y de la bioenergética. Además, Cía recomendó el uso de técnicas de terapia grupal, donde se escenifican distintas situaciones. El individuo va adquiriendo seguridad y practicando afuera una vez que lo ensayan en el grupo las situaciones difíciles que les tocan vivir.
Tipos de fobias
Fobias sociales. Temor a ser evaluado negativamente por los demás, Problemas para interactuar con el otro, hablar en público o relacionarse con personas desconocidas.
Fobias específicas. Pueden ser de tipo ambiental, situacional, a los animales, a la sangre, las heridas o a los procedimientos médicos u odontológicos.
Agorafobia. Temor a los lugares en los que, hipotéticamente, en caso de sufrir una crisis de pánico, no se pueda escapar. Miedo a caminar solo por la calle, viajar en colectivo, ir al cine, estadios u otros lugares.
Links:
Grupo Phobos: www.grupophobos.com.ar
Asociación Ayuda: www.asociacionayuda.org/revista_viva.htm
Asociación Argentina de Trastornos de Ansiedad: www.ansiedad-aata.org
Centro de Investigaciones Médicas en Ansiedad: www.centroima.com.ar



