Los hombres identifican mejor el enojo; las mujeres, otras emociones
Se verificó de forma diferente la detección de gestos faciales
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NUEVA YORK (The New York Times).– ¿Tratando de llamar la atención? Parecer enojado puede ser la clave. El rostro que tiene más posibilidades de sobresalir en la multitud es uno pleno de ira, de acuerdo con un nuevo estudio, y los hombres son mejores que las mujeres para identificarlo.
Por otra parte, las mujeres son más hábiles para detectar expresiones que comunican felicidad, tristeza y sorpresa. “El efecto realmente interesante –dijo Mark A. Williams, autor principal del estudio, que acaba de publicarse en Current Biology– es la diferencia entre hombres y mujeres.”
El doctor Williams, posdoctorado del Massachusetts Institute of Technology, y su coautor, Jason B. Mattingley, profesor de psicología de la Universidad de Melbourne, Australia, se propusieron verificar qué tan eficientemente pueden identificarse las emociones expresadas por gestos faciales.
En el experimento, mostraron decenas de caras humanas a 78 hombres y 78 mujeres, utilizando fotografías con personas enojadas, temerosas, sorprendidas, disgustadas o neutrales.
Primero, se les mostraron a los participantes cuatro fotografías con tres individuos de expresiones neutrales y uno que estaba claramente enojado. Se les pidió a los sujetos que eligieran tan pronto como pudieran cuál era el que estaba enojado.
Después los científicos utilizaron el mismo procedimiento mientras mostraban siete cara neutrales y una que indudablemente estaba rabiosa. En algunos ejemplos, la fotografía mostraba a un hombre furioso; en otras, a una mujer furiosa. En el siguiente paso, hicieron los mismos tests utilizando las mismas pruebas, pero con caras temerosas en lugar de las enojadas. Entre cuatro u ocho caras neutrales había una de un hombre o una mujer con las cejas arqueadas, los ojos muy abiertos y los labios apretados –obviamente, una persona que estaba aterrorizada–.
Hombres y mujeres consistentemente detectaban las caras enojadas más rápidamente que las aterrorizadas. Pero la facilidad para detectar las caras enojadas dependía del sexo de la persona que estaba en la fotografía y también del sexo del observador.
El tiempo requerido para identificar la cara de la mujer se incrementaba con el número de fotografías. Pero no había diferencia en la velocidad empleada para encontrar al hombre enojado, no importa cuántas fotos se exhibieran. Detectar al hombre enojado en un mar de caras, dicen los autores, tiene ventajas para la supervivencia de ambos sexos. “Desde un punto de vista evolutivo –escriben–, la amenaza potencial de un hombre es mayor que la de una mujer.”



