
Los piojos cada vez resisten más
Un trabajo norteamericano confirma que el efecto de los fármacos fue decreciendo con el tiempo
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Entre el 40 y el 80 por ciento de los chicos argentinos (según las estimaciones de pediatras y dermatólogos) tiene pediculosis y las perspectivas de eliminar fácilmente el insecto que ataca sus cabezas no son muy alentadoras. Según un estudio difundido ayer por The New York Times, los piojos han creado resistencia a los champúes que los combaten, generando niveles crónicos de pediculosis. Localmente, los médicos argentinos recomiendan volver al tratamiento tradicional (enjuagar el pelo con vinagre blanco y usar el peine fino de acero) y evitar la utilización de ciertos medicamentos por su toxicidad.
En el país del Norte se estima que existen entre 6 y 12 millones de casos anuales, cuyas principales víctimas son las niñas, cuatro veces más afectadas que los varones. La diferencia se asocia con el uso del cabello largo y el mayor contacto físico de los juegos femeninos.
El trabajo, publicado en la revista científica Archives of Dermatology , destacó que en los últimos 10 años varios estudios realizados en la República Checa, el Reino Unido, Francia e Israel habían advertido sobre el incremento de la resistencia del piojo a la permetrina , el ingrediente activo de los champúes más recomendado por los pediatras.
Visita indeseable
El piojo es un insecto del tamaño de una semilla de sésamo que succiona la sangre de la cabeza del niño para alimentarse y coloca sus huevos en el cuero cabelludo. Este parásito acompañó al ser humano en todo el mundo desde tiempos inmemoriales y continúa siendo un problema sanitario y social difícil de resolver, según los especialistas.
Para la doctora Rita García Díaz de Pierini, dermatóloga del Hospital de Pediatría Juan P. Garrahan, la permetrina (al 2 por ciento, o en loción, al 5 por ciento) es recomendable, pero no en champú. "En general los champúes no sirven, dado que no permanecen en la cabeza el tiempo necesario para matar al piojo. En cambio, las cremas de enjuague son más efectivas", comentó. Estas actúan entre una y seis horas, de acuerdo con la edad, o bien toda la noche en los mayores.
"La resistencia a los medicamentos o insecticidas es alta", dijo la pediatra. Por eso recomendó volver al tratamiento tradicional, consistente en lavar la cabeza y enjuagarla con vinagre blanco y, luego, utilizar un peine metálico a contrapelo, con el fin de eliminar las liendres.
Contrariamente a lo que se creía, el piojo no busca cabellos que lucen sucios o malolientes. Sin embargo, la higiene personal es muy importante porque previene las infecciones que pudieran surgir al rascarse la cabeza. "Cuando el cuero cabelludo parece pegoteado, duele, pica y huele mal, está infectado", dijo.
Hay niños que poseen una mayor predisposición al contagio. Esto puede estar asociado -según la dermatóloga- con menores concentraciones de ácidos grasos y secreciones de olores corporales, explicó.
Las armas
La ex presidenta de la Asociación de Dermatología Pediátrica, Silvia Pueyo, propuso combatir el parásito sólo en forma externa. "No se justifica el riesgo de administrar fármacos por vía oral, generándole mayores riesgos al paciente. No podemos ser más agresivos que los insectos", afirmó.
Los medicamentos orales están desaconsejados, y los tratamientos externos utilizan plaguicidas que pueden ser tóxicos, alertó Pueyo.
"Los productos que se usan por vía externa son plaguicidas (organoclorados, organofosforados y piretrinas)", explicó. Para la profesional, la mejor manera de combatir los piojos es manualmente, como lo hacían nuestras abuelas.
En pediculosis, el problema más grave es la reinfestación y aún no está resuelto: "Los niños tratados reiteradas veces en forma indiscriminada y anárquica tienen piojos resistentes, no así los que no habían recibido tratamiento previo", dijo la especialista.
Según la coordinadora de Dermatología del Hospital Materno Infantil de San Isidro, la mayor prevalencia de pediculosis se da en los niños preadolescentes, no encontrándose diferencias por edad, sexo ni estrato social. "El contagio puede ser directo (cabeza a cabeza) o a través de peines, sombreros y vinchas", informó.
El piojo es muy resistente y puede vivir en piletas de natación sin que lo afecte el cloro. De modo que los médicos recomiendan que los peines y otros elementos que estuvieron en contacto con el insecto sean sumergidos en agua hirviendo durante 10 minutos, o en alcohol (de 70°).
El secretario general de la Sociedad de Dermatología Pediátrica, Ramón Fernández Bussy, sugirió mezclar vinagre en el champú para prevenir la reincidencia del piojo. "El insecto vive siete días, y en ese lapso pone entre 15 y 20 huevos. Esta es la razón por la que los padres deben hacer el tratamiento dos veces por semana durante 21 días", explicó Bussy.
Según el médico, el nivel de pediculosis en el país es muy alto. "Una encuesta realizada por la Cátedra de Dermatología del Hospital Centenario, de Rosario, reveló que en esa localidad y sus alrededores la pediculosis es la primera dermatitis en los niños pequeños.






