
Tejidos para implantes made in casa
Procesa y criopreserva tejidos que luego se utilizan en intervenciones quirúrgicas
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Hasta hace cinco años, el hall del aeropuerto de Ezeiza se convertía a menudo en una sala de espera. Allí se aguardaban los aviones que, desde el Royal Bompton Hospital de Londres, Gran Bretaña, traían arterias y válvulas cardíacas criopreservadas -homoinjertos- indispensables para salvar vidas de niños con enfermedades congénitas del corazón.
Hoy, gracias al Banco de Homoinjertos del hospital Garrahan, el primero del sector público y el único que funciona en un hospital pediátrico, el panorama cambió. Hay válvulas disponibles. Y made in casa. Es más: con el esfuerzo de científicos argentinos, este banco se ha convertido en uno de los más destacados del mundo: por cantidad de corazones procesados, ocupa el lugar número 14 de un total global de 85 y ya tiene en su haber 505 homoinjertos implantados y 268 en stock.
Su actividad no se circunscribe al hospital: más de la mitad de los homoinjertos procesados en el Garrahan se emplea en otros centros de salud del país. Las técnicas para el tratamiento de los tejidos permiten otorgarles una vida útil de diez años. Sin embargo, el crecimiento del banco depende, en gran parte, de la comunidad. Las arterias y válvulas que allí se guardan sólo pueden obtenerse por un acto de solidaridad: la donación de órganos.
Trabajo en equipo
"Los homoinjertos son los grandes vasos cardíacos (las arterias aorta y pulmonar) y sus respectiva válvulas, extraídos de corazones cadavéricos humanos adecuadamente procesados para conservarlos viables, estériles y con más del 70% de su arquitectura tisular resguardada, que son aptos para ser implantados", explica el doctor Horacio Vogelfang, director médico del banco y jefe de trasplante cardíaco del hospital Garrahan.
Existen otros tipos de válvulas, como las mecánicas y las fabricadas a partir de tejidos animales, "pero la ventaja de las humanas es que duran más tiempo y los pacientes no necesitan estar anticoagulados de por vida", afirma el doctor Oscar Schwint, director técnico del Banco. El equipo se completa con la bióloga Carolina Benthan y la secretaria Gisella Abad.
Las investigaciones y el empleo de homoinjertos comenzaron hace 30 años. En la Argentina la historia es más reciente. En 1991, el doctor Vogelfang visitó al director del Banco de Homoinjertos de Londres, Robert Parker, con quien aprendió la técnica de criopreservación de válvulas humanas, que hoy permite mantenerlas durante diez años a una temperatura de 190 grados bajo cero hasta el momento de su implantación.
Con gran esfuerzo, el banco se fue montando en el hospital Garrahan entre 1992 y 1995. La inauguración oficial se produjo en 1996.
Solidaridad
"Las válvulas del banco se utilizan en operaciones de chicos con malformaciones cardíacas y también de adultos que necesitan reemplazar sus válvulas cuando se dañan por enfermedades como la endocarditis (infección en el nivel de la válvula aórtica) o la fiebre reumática", contó el doctor Schwint.
Según los especialistas, en el mundo existen 85 bancos de homoinjertos. Los países líderes son Francia (con 13 bancos), Reino Unido (10), Italia (6), y los Estados Unidos (5). En 2000 se procesaron en el planeta 10.200 corazones de los que se extrajeron 17 mil válvulas. En los últimos tres años, la actividad creció un 37 por ciento.
"La Argentina tiene en total cuatro bancos y es considerada líder en esta actividad en América latina"-dijo Vogelfgan-. Además, hay sólo 18 bancos en el mundo que procesan entre 50 y 99 corazones por año. El nuestro está muy cerca: el año pasado procesamos 95".
El procesamiento incluye algunos pasos previos a la criopreservación: "Primero sacamos las válvulas del corazón, las colocamos en una solución que mantiene vivas a las células y las descontaminamos con antibióticos", dice Schwint.
Los pasos para la donación de válvulas cardíacas son similares a los que implica la donación de órganos y está fiscalizado por el Incucai.
El organismo tiene como prioridad a los pacientes que deben someterse a un trasplante cardíaco. "Pero hay corazones que no son aptos para trasplante aunque pueden procesarse para obtener sus válvulas. La ventaja que tenemos en este caso es que podemos esperar hasta 24 horas después del fallecimiento del donante, un lapso enorme para la trasplantología, que favorece la cantidad de donantes potenciales", afirma Vogelfgan.
Para el doctor Schwint, "hay que informar a la población sobre la importancia de la donación de órganos y también de otros tejidos, que pueden salvar a muchas personas".
Los 321 operativos de procuración en los que el banco participó desde su creación y el hecho de que el 56% de los homoinjertos haya sido implantado en otros hospitales indican que la tarea solidaria está en marcha. Que la tecnología y los recursos humanos para obtener estos tejidos están disponibles en la Argentina. Y que el quinto aniversario de esta experiencia made in casa es digno de ser festejado.






