“Por noche, vemos cientos de personas durmiendo en las calles de la Ciudad”
Mónica De Russis es presidenta de la asociación civil Amigos en el Camino, una de las pocas organizaciones sociales que, en medio de la pandemia por el COVID-19, aun realiza recorridas nocturnas por la Ciudad para ayudar a las personas en situación de calle. Como testimonio de lo que ven cada noche, comparten videos en sus redes, donde hombres y mujeres hablan de falta de asistencia, del hambre y el miedo ante la imposibilidad de protegerse. Son la parte más excluida y expuesta de la población: los sin techo, esos miles de argentinos que ni siquiera tienen dónde cumplir con la cuarentena obligatoria.
"¿Me puedo ir a dormir tranquila sabiendo que en una esquina hay alguien que no tiene dónde dormir ni qué comer y que está en riesgo?", se pregunta Mónica. Amigos en el Camino forma parte de un grupo de varias organizaciones de ayuda comunitaria que salen y recorren habitualmente las calles de la ciudad de Buenos Aires para repartir viandas y dar otro tipo de asistencia, pero son muy pocas las que pudieron mantener las salidas nocturnas durante el aislamiento. Mónica y su equipo decidieron seguir, aunque con un grupo reducidísimo y otra dinámica: en lugar de salir de lunes a viernes con sus casi 120 voluntarios divididos por días, lo hacen solo son cinco voluntarios, que visitan distintos barrios en uno o dos autos. "Dos personas por vehículo y en diferentes circuitos", aclara Mónica, como forma de cuidado.
Dado que muchos de quienes integran Amigos en el Camino son, a su vez, parte de los grupos de riesgo, ayudan desde sus casas, preparando las viandas, hirviendo huevos y armando kits de higiene. Desde que se decretó la pandemia y el aislamiento obligatorio, extremaron los cuidados: mantienen la distancia y se limpian todo el tiempo con alcohol en gel y vaporizadores de alcohol. Además, Mónica cuenta que hace dos días por primera vez usaron unas máscaras de plástico que les fabricó una compañera con botellas recicladas.
"Seguimos a pesar del riesgo porque es mayor la angustia que nos provoca ver entre 120 o 300 personas desamparadas, dependiendo los barrios que lleguemos a recorrer", asegura. Para su tarea, cuentan con los permisos de circulación que otorga el Gobierno de la Ciudad. El último martes a la noche estuvieron en las calles de San Cristóbal, Montserrat, Constitución y San Telmo, donde vieron a más de 120 personas. Y ayer, la misma cantidad en Parque Centenario, la zona del hospital Durán, Agronomía y Chacarita.
Cada uno de los "amigos" –como los llama Mónica– con los que estuvo esta semana, les planteó situaciones similares: "Todos tenían hambre por no haber comido y la queja era que no pasó la camioneta de Buenos Aires Presente (BAP) para darles comida y elementos de higiene". Muchos, además, ante la llegada de las noches más frescas, pedían frazadas.
Según el último censo realizado por el Gobierno porteño, de abril de 2019, había al menos 1146 personas en situación de calle. Sin embargo, la cifra que hoy manejan las organizaciones de la sociedad civil es casi siete veces mayor: 7251 personas, de las cuales 871 son niñas, niños y adolescentes.
Caminos Solidarios es otra de las organizaciones que integra la Red y suele hacer recorridas, aunque en este momento no sale. Su presidenta, Mariela Fumarola, advierte que "la situación es muy complicada, hay muchos que no tienen lugares adonde estar ni comer. Y la línea 108 está desbordada, por más que se abrieron nuevos lugares, como el parador de Parque Chacabuco. No dan abasto, están sobrepasados". En ese escenario, Mónica De Russis agrega que "la respuesta del BAP es tardía. En algunos casos pasaron más de cuatro o cinco horas y en otro ni fueron". Por eso, uno de sus principales pedidos es que las políticas públicas sean más efectivas.
La titular del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat porteño, María Migliore, hizo hincapié en que "el objetivo principal es que no haya personas en situación de calle durante la cuarentena por el coronavirus", y aseguró: "Estamos redoblando nuestros esfuerzos para que todas las personas tengan un lugar donde quedarse, poder dormir, comer y estar más protegidas".
El ministerio informó que, a raíz de la emergencia sanitaria, en la última semana habilitaron siete nuevos paradores con 780 camas, que se suman a las 2100 dispuestas en los 33 Centros de Inclusión Social que están distribuidos en los diferentes barrios. "Esto permitió que al martes 31 de marzo, más de 680 personas en situación de calle ingresen a los paradores", detalló el organismo porteño. Además, aseguraron haber fortalecido los equipos de atención de la línea 108 y que 100 personas del BAP recorren la Ciudad durante la noche "para ayudar a quienes no quieren ir a los paradores".
Hoy, cuando muchos en sus casas se estén preparando para ir a dormir, Mónica, que tiene 55 años y hace 10 que recorre la Ciudad de noche, volverá a salir junto a otros voluntarios. Para ella, tender una mano a los que más lo necesitan es crucial. Cree que lo más importante es generar un vínculo con las personas que visitan, conocerlos e intentar ayudarlos, sin juzgarlos, más ahora, con la amenaza del coronavirus.
¿Cómo ayudar?
Amigos en el Camino: necesitan barbijos, máscaras protectoras, guantes, alcohol fino, alcohol en gel y lavandina. Además, lazaron una campaña permanente de kit de higiene: se pueden comprar 10 kits, 30, 60 o 100. La organización se ocupa de retirarlos por el proveedor y los entrega en las recorridas. También necesitan con urgencia vajilla descartable para poder repartir los alimentos. En Facebook se puede conocer más del trabajo que hacen. Para contactarse amigosenelcamino@gmail.com; tel.: (011) 15-5838-7458
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