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“El colectivo de la discapacidad tiene una deuda pendiente en materia de visibilidad. Necesita ser nombrado, pero si cuando se lo nombra es para descalificarlo, se profundiza la exclusión que venimos padeciendo históricamente”, dijo Daniela Aza, referente en diversidad y discapacidad, en alusión a los dichos de este mediodía del presidente Javier Milei, quien utilizó el término “minusválido” para descalificar a los militantes de izquierda.
“Es muy triste porque el lenguaje reproduce un mundo. Perpetúa una mirada que nos considera deficientes o fallados”, expresó Aza. “Decir ‘minusválido’ es decir que alguien es menos válido que otro. Es poco empático e inclusivo”, agregó la licenciada en Comunicación y consideró que este tipo de expresiones profundizan la segregación y la exclusión.
Muestra la basura que es la izquierda en todos lados, que son unos cobardes, que son unos minusválidos en el aspecto que los mires...”
Milei fue entrevistado en el programa “Empezar el Día”, que conduce Amalia Yuyito Gónzález. Durante la charla también comparó el ser de izquierda con tener “algún tipo de problema mental”. “Ser de izquierda es una enfermedad del alma. La izquierda se construye sobre la base de la envidia, el resentimiento, el trato desigual ante la ley y la violencia”, expresó.
“Uno espera de un presidente que se posicione como una autoridad para promover la aceptación y la empatía hacia otros colectivos”, analiza Aza. “Pero el problema no es nuevo, no es de esta gestión. Si bien hay colectivos que han avanzado en sus luchas y sus reivindicaciones, las personas con discapacidad tenemos desafíos por delante. Si no nos nombran bien, ¿qué podemos esperar en materia de inclusión educativa o laboral?”, expresó.
Desde la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia también se pronunciaron al respecto. “Utilizar definiciones como “problema mental” a modo de insulto refuerza creencias negativas y estigmatizantes”, sostuvo la institución. Desde allí también consideraron que la palabra “minusválido” es un término en sí mismo peyorativo, que ya no se utiliza para denominar a nadie, ya que hace referencia a que existen personas “menos valiosas” que otras por sus características individuales.
En algún momento creí que ser de izquierda implicaba algún tipo de... que era un problema mental... algún tipo de traba que no les permite ni siquiera ver los números... yo lo que descubrí es que ser de izquierda es una enfermedad del alma...”
Belén Arcucci, coordinadora del programa Derechos de las Personas con Discapacidad de ACIJ, recordó que tanto las formas de nombrar, como el uso que se hace del lenguaje, tiene un impacto concreto en la forma de entender el mundo, en la construcción de imaginarios y culturas, y por lo tanto también moldea las prácticas y las políticas. “Este impacto es más relevante aún en el caso del lenguaje que utiliza un funcionariado público y figuras de autoridad”, analizó la especialista.
Daniela Aza coincide con ella: “Las palabras importan y mucho. Necesitamos reformular muchas cosas como sociedad y una de ellas es el lenguaje. Es la única manera para que cualquier colectivo pueda insertarse en la sociedad de una manera plena y más empática”, concluyó Aza.
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