“¿Y a mí cuándo me van a venir a buscar?”: el pedido de un chico con síndrome de Down que espera ser adoptado

Nadando crol de punta a punta de la pileta, un caluroso día de verano. Con sus anteojos de marco azul, haciendo la tarea de la escuela. Junto a un arbolito de Navidad, con la sonrisa de oreja a oreja. Cargando una bandeja repleta de panchos. Con una nariz roja de payaso, animando el cumpleaños de uno de sus compañeritos. Las fotos y videos de Ciro lo muestran siempre así: alegre, risueño, solidario y atento a los demás.

Tiene 14 años y vive en un hogar de la provincia de Buenos Aires desde que tenía cuatro. Durante todo este tiempo las personas responsables del hogar lo llenaron de afecto y contención. Ciro aprendió a nadar, a andar en bicicleta, cuidar sus mascotas y ser responsable con las tareas de la escuela especial a la que va. Hoy, este preadolescente que tiene síndrome de Down, continúa con la esperanza intacta de sus primeros años: encontrar por medio de la adopción una familia donde pueda seguir desarrollándose.

“Cuando entró al hogar, todavía usaba pañales y apenas caminaba. No había recibido ningún tipo de estimulación para hablar, gatear o empezar a caminar. Acá comenzó con un montón de terapias y fue ganando cada vez más independencia”, recuerda Karla, una de las responsables del hogar donde vive Ciro. “Él vio irse a varios chicos en adopción y sabe que se van con una familia nueva. Hace poquito se fue un niño de cuatro años y Ciro decía: ‘Se fue con mamá y con papá. ¿Y a mí? ¿Cuándo me van a venir a buscar?’”, cuenta la mujer con angustia.

Para restituirle a Ciro −su nombre fue cambiado en esta nota para preservar su identidad− el derecho fundamental a vivir en una familia, el Juzgado de Familia N°4 del Departamento Judicial San Martín y el Registro Central de Aspirantes a Guardas con Fines de Adopción de la provincia de Buenos Aires, lanzaron una convocatoria pública para aquellas personas que quieran y puedan asumir la responsabilidad de ahijarlo; o para quienes deseen convertirse en sus referentes afectivos, tutores u otras figuras de cuidado.

Quienes más lo conocen a Ciro, destacan que le gusta la música, bailar, los animales y jugar a la pelota. “Es divino, le gusta andar en bici y todo lo que es mover el cuerpo”, cuenta la jueza Silvina D’Amico, quien está siguiendo su caso. Explica que su adopción se decretó en 2015, y que por más que se buscaron en numerosas oportunidades postulantes en los registros de adopción de todo el país dispuestos a adoptarlo, no hubo resultados positivos. Por eso, se lanzó la convocatoria que actualmente sigue abierta.

“Durante todos estos años, del hogar se fueron muchos chicos, pero él sigue ahí”, cuenta la jueza. Y agrega: “Incluso hemos probado convocatorias donde propusimos ser referentes afectivos, que lo acompañen en sus actividades, que él tenga alguien fuera del hogar que piense en él, que lo llame por teléfono, que le festeje sus cumpleaños”. Hasta ahora, no tuvieron éxito.

¿Por qué aún no se pudo encontrar una familia para Ciro? Las cifras hablan por sí solas. Según los últimos datos de la Dirección Nacional del Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos (Dnrua), hoy hay 2929 legajos de personas y parejas inscriptas para adoptar en el país. De ellos, casi el 90% están dispuestas a ahijar a pequeños de hasta tres años, pero apenas el 0,14% (solo cuatro postulantes) a chicas y chicos de 14 años o más. Por otro lado, solamente el 17% del total de inscriptos aceptaría a niñas y niños con alguna problemática de salud o discapacidad.

Las convocatorias públicas surgieron como el último recurso para darle respuesta a las infancias y adolescencias que desde hace más tiempo esperan. Cuando las juezas y los jueces agotan todas las instancias de búsqueda dentro de la red de registros de postulantes a guarda adoptiva, se recurre a estos llamados a toda la comunidad que se propone encontrar una familia para los chicos a los que más cuesta hallarles una.

¿Cómo funcionan? Los interesados deben comunicarse con los registros o juzgados para solicitar más información y postularse, luego de lo cual atraviesan un proceso de selección, con entrevistas y evaluaciones. Los especialistas recuerdan que postularse a una convocatoria no es “un acto de solidaridad” ni algo que deba realizarse forma impulsiva ante lo conmovedor que pueden resultar estas historias, sino que implica el deseo profundo de iniciar junta a esas niñas y niños la construcción de un vínculo familiar por medio de la adopción, con los enormes desafíos que eso implica.

Acompañarlo en su singularidad

“Por la edad que tiene Ciro y sus condiciones personales, me imagino una familia que pueda acompañarlo en su singularidad, que pueda estar abierta a recibir todo el cariño y la alegría que él puede dar. Porque más allá del amor que él se merece, también tiene mucho para dar”, subraya la jueza.

En el hogar donde vive Ciro, conviven 16 niñas y niños, muchos de los cuales tienen problemáticas de salud o discapacidades. Karla describe al chico como “musiquero”. Dice que “se sabe todas las canciones de moda”. Y cuenta: “Se siente muy contento cuando hay música y estamos todos disfrutando. Siempre quiere compañía y necesita una familia que le dedique tiempo y que le guste la música, que es para él un gran medio de conexión. ¡Sabe bailar salsa!”, dice la referente. Para ella, no importa cómo esté conformada la familia que desee ahijar a Ciro: “Lo importante es que le den cariño”, resume.

Karla agrega que al chico le encanta pintar, jugar al básquet y los animales. En el hogar tienen gallinas y Ciro es el responsable de darles agua y comida todos los días. “Además tenemos una pileta y sabe nadar solo, sin flotador”, cuenta. Y concluye: “Nos gustaría que Ciro pueda, como muchos otros chicos que se fueron del hogar, tener la oportunidad de una familia. Lo necesita. Todavía no la encontramos, pero no perdemos las esperanzas de que se vaya en adopción y sea feliz”.

Quienes decidan asumir el compromiso de ofrecerle a Ciro el afecto y protección que necesita, pueden comunicarse con el Juzgado de Familia llamando a los teléfonos 011-4713- 9533/011-47557041 o escribiendo a juzfam4-sm@jusbuenosaires.gov.ar También es posible comunicarse con el registro a los números 0221-4104400 o 0221-4224114, internos 42897 y 56299 o por correo electrónico escribiendo a regcentraladopcion@scba.gov.ar utilizando el formulario que se encuentra haciendo click aquí

Más información

• Adoptar no es un acto de solidaridad. La adopción es una institución que nació para garantizar el derecho fundamental de todas las niñas, niños y adolescentes a vivir en una familia. Por parte de los adultos, implica el deseo profundo de ahijar y el poder asumir una enorme responsabilidad, que es para toda la vida. En el especial Quiero una familia de LA NACION podes encontrar desde preguntas frecuentes y los pasos a seguir si estás interesado en inscribirte en un registro de postulantes a guarda adoptiva, hasta las convocatorias públicas que actualmente se encuentran abiertas para niñas, niños y adolescentes de todo el país que esperan tener una familia. Además, en la web de la Dnrua hay una guía sobre la adopción en la Argentina, servicios en línea y se realizan charlas informativas de forma mensual. Por otro lado, en este link podés conocer el listado de los registros de cada jurisdicción para saber cuál es el que te corresponde.
• Para conocer otras formas de involucrarte con las chicas y los chicos que viven en hogares, hacé click aquí.

Conmovedor. “¡Viniste!”, el grito de alegría de mi hijo el día en que nos conocimos

La única posibilidad no es la adopción: ¿Cómo involucrarse con los chicos que esperan una familia?

Infancias sin familia: por qué hay niños que esperan cuatro años o más en los hogares