El poder de la seducción
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LA moda y la seducción se han convertido en temas inevitables para los especialistas en marketing , pero también para los científicos. La licenciada Silvia Cornejo asistió en México al IV Encuentro de Psicología, que en esa ocasión versó sobre "Identidad femenina: incidencia de la moda y la publicidad". En esta entrevista sintetiza algunas de las conclusiones de los participantes.
-¿Cómo encararon el estudio de la moda en el congreso al que asistió?
-Se la enfocó desde el punto de vista sociológico y, por supuesto, no sólo se habló de la moda, sino también de la seducción. Siempre que se habla de la mujer, se dice que es esencialmente seductora. Se trataba de ver hasta qué punto esto es cierto.
-¿No le parece que la mujer está perdiendo precisamente esa característica?
-En la medida en que renuncie a dos rasgos femeninos hasta ahora tan tradicionales como la seducción y la contención -es decir, el cuidado del hombre en general- podría desviarse un poco de su femineidad.
-¿La seducción es un arma importante para la mujer?
-Por supuesto. Estoy de acuerdo con que se defiendan los derechos femeninos, con que la mujer ocupe cargos importantes. Pero a veces se corre el riesgo de que descuide otros aspectos esenciales. La seducción es el arma femenina que atraviesa el deseo, que atraviesa el goce, que va más allá de lo sexual, de lo productivo. Por eso confiere tanto poder.
-Actualmente la prensa oral y escrita le da mucha importancia a la seducción.
-Sí, pero hoy esa seducción está mucho más cargada de sexo que antes. Se ha perdido la capacidad de sugerir, de jugar con el azar, con el erotismo. ¿Recuerda el primer desnudo de Marilyn Monroe? Antes los desnudos revelaban y escondían a la vez. Faltaba la ropa, pero los cuerpos aparecían envueltos en juegos de luces y sombras de un modo mucho más inquietante y elaborado que en la actualidad. Ahora los desnudos están más ligados a la cultura del sexo, diría, a la pornografía. Hay una apelación más directa a lo sexual. La seducción, en cambio, no se refiere tan crudamente a la genitalidad; por el contrario, se maneja en un plano más irreal. Hoy, en cambio, se muestran especialmente algunas partes del cuerpo: los pechos, las nalgas. Es una visión fragmentada del cuerpo, que no seduce, que carece de una visión integradora de lo femenino.
-¿Qué papel tiene la moda en este proceso?
-Muy importante. A través de la moda se sugiere y se promueve. No debemos olvidar que, a través de las vestimentas, se diferencian los sexos. Hice un estudio en el que abordo estos aspectos desde la Edad Media hasta nuestros días.
-El hecho de que algunas prendas hasta no hace mucho reservadas para los hombres, como los pantalones, sean usadas por las mujeres; o que los varones se maquillen y utilicen cosméticos, ¿no significa una pérdida de las diferencias entre los sexos?
-Es cierto que los hombres se preocupan mucho más que antes por su aspecto, que usan cremas, que se cuelgan aros de sus orejas. Pero sigue existiendo una diferencia. No hay una uniformidad cultural tan grande desde el punto de vista sexual como se dice. Yo no veo esas modas como una tendencia al unisex. Como dice Madame Héritier: en la igualdad están las diferencias.
-¿Cómo ve la evolución del tema sexual en nuestra cultura?
-Es difícil hacer pronósticos. En la Argentina, por ejemplo, la situación de la mujer es bastante diferente -a pesar de lo que creemos- de la que se vive en las sociedades más desarrolladas. Aquí todavía hay una actitud más tradicionalista, y por lo tanto más contradicciones, aun en los movimientos de liberación femenina. Por un lado se busca que la mujer gane espacio; por otro, que conserve ciertos rasgos muy conservadores. Todavía existe una situación ambigua. También es importante establecer ciertos matices entre lo que sucede en la Capital y lo que pasa en las provincias, aún más tradicionales que Buenos Aires.
-¿Cómo es la situación de la mujer en México?
-Se trata de una sociedad machista. Hay un mayor sometimiento femenino al hombre que en la Argentina.
-¿Cuáles son las distinciones que puede establecer con respecto a la seducción?
-Estoy de acuerdo con la oposición que hace Baudrillard entre la seducción y lo productivo. Lo masculino está en general más ligado a lo productivo y lo concreto. La seducción femenina, en cambio, está vinculada con el universo de lo simbólico. Por otra parte, la sexualidad en su aspecto más descarnado se agota en el goce y en el acto de reproducción: no tiene en cuenta el mundo de los símbolos. Hoy los medios venden imágenes más ligadas a lo productivo y a lo sexual.
Odile Baron Supervielle
(c)
La Nacion





