Falleció el célebre novelista brasileño Jorge Amado
Su obra reflejó el alma del país vecino
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La literatura brasileña perdió a uno de sus más grandes y exitosos escritores, el bahiano Jorge Amado, fallecido ayer a los 88 años, por un paro cardíaco. Con él se fue también la pluma que recreó el alma contradictoria de los brasileños, que supo describir el espíritu lírico, trágico, sensual y místico de ese pueblo.
La noticia despertó ayer numerosas reacciones. Entre ellas, la del presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, quien calificó al autor de "Doña Flor y sus dos maridos" como "el mayor intérprete de Brasil". También el presidente de la Academia Brasileña de Letras, Tarciso Pardilha, y los escritores Augusto Roa Bastos, Alvaro Mutis y Pablo Armando Fernández expresaron su congoja.
Los restos del escritor serán cremados y sus cenizas serán esparcidas en el jardín de su casa, ubicada en el barrio de Río Vermelho.
En la literatura brasileña contemporánea ningún autor alcanzó la trascendencia internacional de Amado, cuya obra es un cóctel inigualable de crítica social, magia, humor y desenfado, servido por una voz y un estilo personalísimos.
En 1961, la propuesta de Bandeira obtuvo aprobación unánime y el escritor fue incorporado a la Academia Brasileña de Letras.
En su discurso de asunción, refiriéndose al extendido interés despertado por sus libros (más de 40 títulos, 20 millones de ejemplares vendidos, traducidos a 54 idiomas), dijo: "Si he tenido éxito en el resto del mundo (...), lo debo a la condición brasileña de lo que escribí, a la fidelidad mantenida hacia mi pueblo, con el cual aprendí todo lo que sé y de quien quise ser su intérprete".
Las tonalidades que más identifican a su país las absorbió Amado principalmente en Salvador de Bahía, misteriosa y heterogénea ciudad cuya fundación data del siglo XVI, en la que se unen los ritos africanos y católicos, los barrios exclusivos y paupérrimos, el exotismo y una casi instintiva inclinación por lo sensual, lo festivo y lo fantástico.
Allí fue a vivir, "para siempre", como definió él mismo, inmediatamente después de haberse recibido de abogado en Río de Janeiro, profesión que nunca ejerció.
Nacido el 10 de agosto de 1912 en la hacienda Auricidia, propiedad de su padre, el coronel Jo‹o Amado de Faria, pasó su infancia en Ilheus, viviendo de cerca la llamada guerra del cacao, alimentada por la permanente y desigual confrontación entre los terratenientes y los trabajadores rurales ( fazendeiros) del Nordeste.
La experiencia, que había conmovido su sensibilidad de niño y adolescente, lo llevó luego a unirse a las filas del PC brasileño, del cual fue elegido diputado en la década del 40. Encarcelado durante la dictadura de Getulio Vargas, después debió exiliarse en París ("mi segunda ciudad", la llamó siempre), Uruguay y la Argentina. En nuestro país, ejerció el periodismo en los diarios Crítica y El Mundo.
De 1931 -cuando sólo tenía 19 años- data su primera novela, "El país del Carnaval", y de 1934, "Cacao", en la que depositó sus vivencias de juventud y trató de formular un alegato que reivindicara una clase sojuzgada por intereses económicos.
En 1938 publicó su único libro de poemas, "La calle del mar"; en 1941 y 1942, dos biografías, y al año siguiente, "Tierra del sinfín", la más depurada de sus novelas "sociales".
Y después sobreviene la gran etapa de su literatura, cuando Amado descubre otro Brasil, sugerente, oculto y perceptible, todo a la vez, como en un sueño multifacético y denso. Es el tiempo en el que hace contacto con el candomblé y la macumba, con el mágico mundo de Bahía, poblado de vagabundos, prostitutas y marginales.
Su última visita a la Argentina fue en 1981. Sus problemas de salud comenzaron en 1992, con un infarto, y se prolongaron a lo largo de los últimos diez años. En junio último volvió a ser internado, como consecuencia de su diabetes. Pero se recuperó y volvió al hogar. Le había dicho a su mujer, la escritora Zelia Gattai (con la que tuvo dos hijos, Joäo Jorge y Paloma): "Quiero pasar mi cumpleaños en casa", dentro de tres días. Pero no pudo ser.
Datos de una vida singular
Origen: nació en la hacienda Auricidia, ubicada en Bahía, Brasil, el 10 de agosto de 1912.
Actividad: fue periodista, abogado, novelista y autor de memorias. En la Argentina trabajó para los desaparecidos diarios Crítica y El Mundo.
Obras: "Doña Flor y sus dos maridos"; "Gabriela, clavo y canela"; "Viejos marineros"; "Tieta do Agreste"; "Teresa Batista, cansada de guerra" y "Tienda de los milagros", entre otras.
Premios: recibió decenas de galardones en su país y en el exterior.






