La argentina Inés Garland ganó en Italia el prestigioso premio Strega de literatura infantil
La reconocida escritora recibió el galardón por “Lilo”, un libro para mayores de ocho años que fue traducido al italiano, en la Feria “Piú libri piú liberi” (”Más libros más libres”), de Roma, que reúne editoriales pequeñas y medianas
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ROMA.- Por su libro Lilo, la reconocida escritora argentina, Inés Garland, ganó este jueves la octava edición del “Premio Strega Ragazze e Ragazzi” dedicado a obras para chicos y adolescentes publicadas en Italia, que fue anunciado en la Feria “Piú libri piú liberi” (Más libros más libres) de pequeñas y medianas editoriales, que está teniendo lugar en estos días en Roma.
“Viajé especialmente para estar en la entrega de premios porque era finalista, pero sin saber que ganaba… Y la verdad es que nunca me espero nada, así que estoy muy contenta y emocionadísima”, dijo a La NACION Garland, sin ocultar su felicidad por este nuevo galardón. La autora, que también escribe para adultos, ya cuenta en su haber con otro prestigioso premio del género infantojuvenil: el alemán Deutscher Jugendliteraturpreis, que conquistó con Piedra, papel o tijera en 2014, cuando se convirtió en la primera autora latinoamericana en obtenerlo.
Tras recibir la noticia de este nuevo premio, anunciado en el auditorio de La Nuvola, el espectacular y modernísimo espacio para eventos diseñado por el arquitecto Massimiliano Fuksas en el barrio mussoliniano del Eur, en las afueras de Roma, en diálogo con LA NACION Garland destacó que para ella lo más impactante fue la participación de los chicos. “Aunque hay un jurado y ya estaba entre los cuatro finalistas, no sabía que al final los que votan son los niños, que lo hacen a través de un proceso que se da en los distintos colegios, de modo muy serio, con sobres que meten en buzones y todo”, contó. “Votaron 69 clases, cada chico votaba y la mayoría de votos a uno de los 4 libros era el resultado de esa clase. De 69 clases, Lilo ganó en 48″, precisó Gardland, asombrada y feliz.
“Además, cuando anunciaron el premio, en el auditorio había más chicos que grandes y eso fue lo más emocionante… Me quería morir de amor: todos los niños ahí, tan divinos, con esa frescura, esas caras… Yo escribo para niños y adolescentes y no deja de impresionarme mucho cuando los encuentro como lectores”, agregó.
La escritora argentina también quedó muy impactada por la visita que realizó por la mañana a la escuela Grassi de Fiumicino, en las afueras de Roma, donde los chicos habían leído Lilo, un libro considerado para mayores de 8 años que cuenta la historia de un perro llamado justamente “Lilo” que se siente inadecuado porque tiene cabeza grande y patas cortas, pero que huele las emociones y que gracias a esto y a su amor por el otro ya no se siente así. “La maestra, muy apasionada por el libro, hacía preguntas muy buenas y había hecho una lámina enorme con las emociones y como Lilo huele la tristeza o la alegría, algunos chicos habían por ejemplo asociado la felicidad con el olor de la pizza con mozzarella”, relató Garland. Entonces, como hizo también al recibir el premio, la escritora habló italiano, idioma que aprendió a los veinte años cuando viajó de mochilera a Italia, donde se quedó seis meses. “Hablo en italiano con errores, está oxidado, pero me encanta y me lo enseñaron dos amigos que trabajaban conmigo en un piano bar de la Piazza di Spagna donde cantaba a los veinte años”, reveló.
Lilo, que ya salió en España y en Alemania, en Italia fue publicado por Uovonero, una editorial muy chiquita de tres socios “que hacen libros preciosos, muy seleccionados y que están contentísimos con el premio”, subrayó.
Al recibir la distinción ante un auditorio donde también hubo presencia de funcionarios de la embajada argentina en Italia, Garland no sólo agradeció a esta prqueña editorial, sino también a Francesco Ferrucci, el traductor de la obra premiada. “No es fácil traducir, es difícil que te pesquen, es como una segunda escritura, como co-escribir y él lo hizo con una enorme sensibilidad”, remarcó.
Lilo, que cuenta también en su versión italiana con ilustraciones de la dibujante española Maite Mutuberria, es el tercer libro que Garland publica en Italia, después de Piedra, papel y tijera (Carta, forbice, sasso, por Feltrinelli) y Una vida más verdadera (Una vita piú vera, por Bompiani).
Garland, cuyo último libro es De la boca de un león, que es para chicos más grandes, el mes pasado terminó una nueva obra, esta vez para adultos, que saldrá el año que viene y que se titula Diario de una mudanza, según contó. “Tiene que ver con la mudanza de la casa, pero también con la mudanza del cuerpo, cuando el cuerpo de la mujer con la menopausa empieza a ser otro, cuando tus padres están grandes, tus hijos se van de la casa, que es lo que vive la protagonista”, adelantó.
Feliz por este nuevo e inesperado premio, la autora se quedará disfrutando de Italia unos diez días más: viajará a la Toscana, donde por primera vez irá a Pisa, ciudad que no conoce y cuna del traductor de Lilo, “un libro muy querido”.
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