Se reúne con el Papa la cúpula del Episcopado
Entre hoy y el sábado estará en el Vaticano
La cúpula del Episcopado encabezada por el cardenal Jorge Bergoglio iniciará hoy una visita al Vaticano que incluirá un encuentro con Benedicto XVI y reuniones en los principales dicasterios de la curia romana. La gestión, la segunda en el último lustro, fue promovida por la última asamblea de los obispos y apunta a hacer más fluído el vínculo con la curia vaticana.
Como de Roma viene lo que a Roma va, según dice el viejo dicho, los obispos argentinos cansados de intrigas, murmuraciones y maledicencias, se disponen a desbrozar esa comunicación y darle mayor fluidez. Bergoglio, los vicepresidentes, los arzobispos Luis Villalba (Tucumán) y José María Arancedo (Santa Fe), y el secretario general, Enrique Eguía, verán al Papa, hablarán con el secretario de Estado, el cardenal Tarsicio Bertone, y con otros cardenales.
Desde hoy la actualidad de la Iglesia estará sobre el tapete y más que eso los diversos modos y criterios del ejercicio de la colegialidad episcopal. La decisión del viaje brotó de la voluntad manifestada en la última asamblea plenaria y fue rubricada por el voto virtualmente unánime de los obispos. Tomar en cuenta ese origen y recordar que para la Conferencia Episcopal este es un año de cambio de autoridades, esclarecen sobre la importancia y el sentido eclesial del viaje.
En esa asamblea de noviembre, la disertación central confiada al arzobispo emérito de Resistencia, Carmelo Giaquinta sobre "El obispo: padre amigo y hermano de los presbíteros" creó el clima y las condiciones en las que alumbró la iniciativa del viaje de la Comisión Ejecutiva. Impostada en el Concilio Vaticano II, hondamente bíblica y teológicamente erudita, esa exposición y sus ecos orientan sobre el espíritu y contenidos de los diálogos que estos días se mantendrán en Roma.
Significativo es el acento puesto en la cuestión de la comunión y fraternidad entre los obispos, la colegialidad afectiva y efectiva. "Los obispos en general y los argentinos en particular hemos crecido en comunión", dijo Giaquinta, pero nunca podremos decir que hemos alcanzado la cima.
Hizo un llamado a evitar al máximo herir la comunión fraterna del colegio episcopal y consideró que a cualquier obispo "el ensimismamiento, el excluir a otros hermanos obispos, el prescindir de ellos, lo vuelven ?dominador', arrogante, obtuso, poco amable".
"Cuando entre los pastores no florece la corrección fraterna, -agregó- es fácil que donde pastan las ovejas crezcan malezas, incluso venenosas, la murmuración, la maledicencia, la calumnia, incluso la delación, vicio execrable, antiguo y muy frecuente en pequeños grupos de la Iglesia argentina que se erigen en jueces de todos ,de fieles y pastores". Y expresó su deseo de que así como pedidos de diversa naturaleza que llegan a Roma son derivados a los obispos correspondientes, el mismo procedimiento se siga en casos de denuncias contra sacerdotes y fieles.
"Es inútil que pidamos la reforma de la Curia romana, que se ajuste al Concilio y no suplante innecesariamente a la Iglesia local en el estudio y solución de sus conflictos, si no se arbitra algún medio que atienda los reclamos de los fieles, aun de los más difíciles".
Elecciones en la Conferencia Episcopal
El actual es también un año electoral para la jerarquía católica de nuestro país, ya que deberán elegirse nuevas autoridades de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) y el cardenal Jorge Bergoglio no puede ser reelecto porque ya ha cumplido dos períodos. En diciembre próximo, además, al llegar a los 75 años, el cardenal Bergoglio deberá presentar su renuncia a la arquidiócesis y si bien pocos creen que el papa Benedicto XVI la acepte rápidamente, hace tiempo ya que en medios católicos una y otra sucesión son motivo de variadas conjeturas y especulaciones.
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