Vidrieras vivas: una serie de performances que irrumpe en el paisaje de lo cotidiano
En un local vacío de Palermo, la actriz Inés Efrón acampa a la vista de todos; un formato artístico que se multiplica en otros barrios de la ciudad
Diálogo entre dos vecinos. Uno pregunta: "¿Qué es esto? No entiendo..." El otro, responde: "Yo tampoco. Ayer estaba lleno de gente y había otra cosa; ahora está esta chica. Yo te avisé por las dudas..." Y sin mediar muchas más explicaciones, el vecino uno entra a su departamento y deja al otro ahí, mirando. Eso sí, a los minutos, "por las dudas", vuelve a bajar.
El diálogo tiene lugar en la vereda de Honduras 3714. La chica que está acampando en ese local ante la mirada de los curiosos es Inés Efrón. La talentosa actriz de Arde brillante en los bosques de la noche, la obra de Mariano Pensotti que se presenta en el Teatro Sarmiento, es la impulsora, curadora y gestora de este proyecto que llamó Vidriera. También, claro está, es una de sus performers.
Vidriera ocurre en mínimo escaparate a la calle de un negocio vacío que ella descubrió mirando vidrieras. Lo alquiló por dos meses y, hasta fin de año, estará habitado por artistas plásticos, directores de cine y de teatro, actores, músicos y dramaturgos que se fueron sumando a esa idea: convertir esos microescenarios pensados para tentar y vender en espacios de estado contemplativo en medio del ritmo urbano.
Escribe ella: "La vidriera es un lugar adonde se puede contemplar eso que está ahí expuesto y que, en un proceso casi involuntario, eso que está del otro lado del vidrio se convierte en algo cautivante. De un instante a otro el estado de contemplación se convierte en deseo y necesidad. Vidriera va a hacer uso de todas esas miradas para poder mostrar algo que no se puede comprar".
Comenzó el martes. Eso fue noche de champagne, clima amistoso, gente que circula por ahí y otros que lograron sentarse en el cantero de un frondoso árbol justo enfrente al paño de vidrio. El escritor y artista visual David Nahón presentó Por ahora todo se parece un poco. En el "escenario vidriera", la artista Valentina Paulucci observaba el afuera mientras dibujaba sintéticos retratos de la gente que estaba en la vereda. A medida que avanzaba la acción, los iba pegando hasta cubrir casi todo el frente en una especie de situación espejo.
Al día siguiente, Inés Efrón acampó del otro lado del vidrio. Lo de "acampar" es literal: la mínima caja escénica está cubierta de pasto sintético, hay una carpa, una mochila, una silla plegable, un libro, comida de camping y ella en situación de acampe. En un momento escribe en un papel y lo pega en el vidrio. Dice: "Es la primera vez que me voy de viaje sola". También es la primera vez que se carga la mochila de un proyecto de este tipo, que cuenta con la complicidad de varios artistas de reconocida trayectoria.
Fricciones urbanas
La vidriera devenida espacio escénico entra en fricción con el paisaje urbano y tiene algo de trama, de red. A cuatro cuadras de Honduras, en uno de los dos escaparates del teatro El Camarín de las Musas, los martes de este mes se expone 80% off / Artistxs parcialmente liquidados. Desde las 18.30 hasta las 22.30 se despliega esta "máquina performática rotativa", así presenta este ciclo Verónica Dragui, coordinadora de un entramado de diversos proyectos. Durante esas cuatro horas, en medio de padres que esperan que sus hijos salgan del jardín de infantes que está al lado, del ruido del tránsito de la calle, de la gente que entra y sale del otro teatro que está a pocos metros, de la masa muscular en tensión de los crossfitters que trotan por ahí o del nene con su mochilita que se detiene a ver qué sucede, del otro lado del vidrio se arman y desarman siete inquietantes propuestas, muy diversas entre sí.
En la vereda de Honduras como en la de Mario Bravo se produce un hecho similar: al peatón que se acerca lo primero que le llama la atención es ver a otras personas observando. Recién después vendrá el objeto observado y más tarde aún la sorpresa, la irrupción de una ficción.
Como en un juego de plan táctico y estratégico de vidrieras tomadas, el miércoles próximo, el frente del bar cultural y restaurante Milion será intervenido por el artista Mariano Airaldi, que hará una instalación robótica en el marco del ciclo "Pase y cierre la puerta", que se realiza en esa bella casona.
En La Boca, 16 paños de vidrio con vista a la ciudad tienen otra reformulación. Es el hall del primer piso del Teatro de la Ribera, donde se encuentra el Espacio de los Ventanales, donde todos los sábados y domingos, a las 16, jóvenes coreógrafos presentan experiencias pensadas especialmente para ese lugar.
Aunque tiene en estos días su resurgimiento, el formato vidriera no es una novedad absoluta. En una rápida recapitulación vuelven a la memoria versiones anteriores, como La marea (2005): el director Mariano Pensotti montó varias escenas en locales comerciales rediseñados. En 2008, Diana Theocharidis presentó un espectáculo de danza en un local de muebles. En 2015, el dúo Mondongo copó la vidriera de su taller en Palermo que antes fue una casa de tortas. Y a los meses, allí mismo, se proyectó el documental Transiberiano, de Mariano Llinás.
Volviendo a la vereda de Honduras 3714, hoy, de 12 a 16, Inés Efrón volverá a acampar en ese local que no vende nada, que no está en liquidación, que no tiene ofertas bancarias. A las 16, seguramente, la cortinita de ese miniteatro se cerrará. Y abrirá otra vez a las 20. A partir de esa hora y hasta las 22, la artista visual María Sábato será la protagonista de un calendario erótico de sábado a la noche, en el que una mujer falsamente desnuda posa sobre un caballo. Mientras tanto, la bailarina y coreógrafa Celia Argüello Rena anda pensando qué hacer cuando habite ese espacio el mes próximo. Por allí pasarán, también, el director y actor Lisandro Rodríguez, que tal vez haga algo ligado a las artes visuales (lo llamará Lo que pinte); el poeta Juan Gabriel Miño, el actor Martín Piroyansky, Ariel Farace, Ignacio Sánchez Mestre y Denise Groesman..., y sigue la movida.
Este tipo de propuestas tiene un efecto residual inquietante: instala la pulsión de pispear los infinitos micromundos que hay detrás del vidrio como si se estuvieran buscando tesoros que el trajín cotidiano impide descubrir.
De frente
Una ruta por vidrieras y ventanales que actualmente funcionan como pequeños teatros informales para artistas de distintas disciplinas
Vidriera
Honduras 3714
Curado por Inés Efrón, la programación completa de este ciclo que continuará hasta fin de año se va actualizando en la cuenta de Instagram @esunavidriera
80% Off
El Camarín de las Musas Mario Bravo 960
Los martes, de 18.30 a 22.30, se presentan siete situaciones performáticas que se arman y desarman a la vista de todos
Pase y cierre la puerta
Milion Paraná 1048
El próximo miércoles, de 19.30 a 22.30, el artista Mariano Airaldi hará una instalación robótica en la vidriera de la vieja casona
Espacio de los ventanales
Teatro de la Ribera P. de Mendoza 1821
Los sábados y domingos, a las 16, jóvenes coreógrafos presentan obras de sitio específico, con entrada gratuita