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BALCARCE.- El Dodge, averiado por el complicado dibujo que siempre propone el atractivo circuito emplazado en la sierra La Barrosa, de esta ciudad, se detuvo ante la atenta mirada de los curiosos. Las palmadas de felicitaciones se multiplicaban sobre la espalda de Ernesto Bessone, sonriente por su primera victoria del año en el Turismo Carretera, cuando, camino al podio, se le acercaron; le hablaron al oído y el rostro se modificó.
Si parecía que Tito, a los 43 años, se alegraba por el noveno éxito en la categoría, la nueva noticia lo catapultaba a la emoción desenfrenada: su hijo, Juan Pablo, de 17 años, había ganado en la Fórmula Renault en Paraná (ver página 15), al mismo tiempo que el apellido se agregaba en la lista vencedora del Juan Manuel Fangio de Balcarce.
Fue el día de los Bessone, un apellido que tiene su capítulo en el automovilismo argentino y que con esta coincidencia hará memorable esta fría jornada que unió a dos circuitos distantes entre sí por más de 1000 kilómetros.
"No sabés qué feliz estoy. No lo puedo creer. Lograr este triunfo es importantísimo para mí, pero que mi hijo gane en la Fórmula Renault es increíble. Y además que sea Juan Pablo. Porque en casa siempre se pelean con Ernestito, que ya ganó también en la Fórmula Renault y ayer largó primero. Ahora somos todos vencedores", exclamaba el ex campeón del TC 2000.
En casa, lo mejor. No es laprimera vez que Bessone vive una situación tan particular. Justamente el día que debutó en el TC, en diciembre de 1985, obtuvo la victoria y además compartió con su padre, don Ernesto, una carrera de Turismo, con un Alfa Romeo, en la que también ganó. "Ese día también fue muy especial para mí. No muchos debutaron con un éxito en el TC y además ese día gané otra carrera y con mi padre. Fue mucho", recordó mientras tenía en brazos a Valentino, el más pequeño de sus hijos, a punto de cumplir dos años.
En el momento justo. En Balcarce, Tito aprovechó un auto contundente cuando las posibilidades de pelear por el título expiraban: "Si no ganaba acá o en Paraná, perdía las posibilidades de luchar por el campeonato, ya que el auto se iba a poner muy pesado y se hubiese complicado alcanzar una victoria".
Mientras el intenso frío obligaba a buscar refugio ante un sol rebelde, Diego Aventín se imponía en la primera serie. Luego fue el turno de Fernando Iglesias y finalmente Bessone se llevó la tercera tanda. A medida que se completaban las pruebas, la pista mejoraba considerablemente, por lo que Tito tuvo la fortuna de largar primero.
"Tengo que provechar la potencia del auto en todo el circuito, principalmente debajo del puente, para llegar a la chicana con cierta ventaja, porque es ahí donde se me acercan", le confiaba Tito a La Nación antes de la final. Y así fue.
Varios accidentes . Si bien Bessone llegó a contar con una ventaja cercana a los 6s, favorecido también por la limpia lucha entablada entre Iglesias y Aventín, los accidentes atentaron contra el andar del ganador, por los reiterados ingresos del auto de seguridad como consecuencia de que los accidentes anulaban la ventaja.
Pero Bessone ya había marcado el camino; y no paró de festejar; y de hablar con el celular con sus hijos. "Ahora voy a luchar por el título y lo voy a ganar. Estoy muy confiado. Y voy a terminar el año con el Dodge, aunque construiré un Ford nuevo para volver a la marca con la que me identifico". Y siguió con el festejo...
BALCARCE (De un enviado especial).- Omar Martínez llegó aquí con un lastre de 177,5 kilos, el auto más pesado de la categoría. Sin embargo, el Ford preparado por Alberto Canapino llegó sexto, ubicación que le permite mantenerse al frente del certamen.
El Gurí es el gran candidato para llevarse la corona, según la mayoría de sus colegas. "El auto se adapta bien en todos los circuitos. Nosotros probamos antes con mucho peso en el auto previendo esta situación. Por suerte las cosas salen bien", comentó el entrerriano Martínez.


