Pechito y Canapino, con dos actitudes para destacar

LA PLATA.– No siempre el triunfo es lo más destacable de una jornada deportiva. También hay actitudes para resaltar que no necesariamente están vinculadas con el anhelado éxito.

Tras 24 vueltas de exigencia, en las que Emanuel Moriatis, José María López y Agustín Canapino lucharon sin descanso y se despegaron del resto del pelotón con una diferencia de 14 segundos, el toque, tan esperado por el público como factible debido a las ajustadas maniobras (especialmente entre Pechito y el arrecifeño, que alternaron el segundo y el tercer puestos) llegó en los metros finales.

En la última curva, Pechito López se tiró por el costado externo de la variante y superó la línea de Canapino. Ambos ingresaron en la recta principal y cuando la bandera a cuadros estaba por agitarse ante el paso de ambos, que luchaban por el segundo lugar, se engancharon los dos autos y el Chevrolet de Canapino salió hacia la banquina del costado derecho.

El coche quedó sobre el césped, a metros de la línea de llegada, por lo que Canapino puso la marcha atrás y así cruzó la meta. Sin embargo, no pudo evitar perder el tercer puesto, ya que Lionel Ugalde pasó antes que el Chevrolet.

Pechito López intentó avanzar siempre. Otros, en su lugar, hubiesen preferido la especulación y el conformismo, para no arriesgar. Pero el cordobés, fiel a su estilo que lo llevó a lo más alto del automovilismo argentino, buscó con insistencia. Y tuvo su premio en la maniobra final.

También fue destacable la actitud del chico de Arrecifes, que a los 19 años y en su temporada debut en la categoría, fue sincero y no se escudó en falsas acusaciones.

Inmediatamente después del roce, el despiste y el cruce de la línea de llegada, Canapino se bajó del auto y se sentó a su lado, y luego se acostó boca arriba, casi incrédulo por el desenlace de la carrera: "Fue una gran carrera. Me equivoqué yo. Por eso pido disculpas y va mi agradecimiento al equipo, que me entregó un auto fantástico. Fue terrible, por mi error nos tocamos y me despisté. Hasta podría haber ganado. Pero Pechito es un gran piloto, debe ir a la Fórmula 1. Todo esto me sirvió mucho para aprender. Toda la vida soñé con un triunfo en el TC y se me escapó. Por eso me tiré al lado del auto, por la angustia".

Los dos escoltas de Moriatis durante el 99 por ciento de la carrera se llevaron todos los aplausos. Y con razón.