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PARANÁ.- Lo de ayer en el remozado autódromo de la capital entrerriana bien podría pertenecer al guión de una película 3D de Hollywood, protagonizada por Tom Cruise. Vuelta final. El chico que jamás había ganado aceleró rumbo a la victoria; su compañero marchaba segundo, conocedor de las dulces mieles de la victoria, pero necesitado de otra para poder clasificarse para la Copa de Oro que, paradójicamente, el líder ya tenía asegurada.
A dos curvas de la bandera a cuadros, Mauro Giallombardo (Ford), el puntero, levantó el pie derecho y con suma pena le dejó el triunfo a Néstor Girolami (Torino), que comparte el mismo equipo, aunque no coinciden con las marcas que representan.
El nerviosismo se contagiaba desde el box del GPG Competición. El nombre obedece a los apellidos Giallombardo-Ponce de León-Girolami, los tres pilotos que se habían quedado "de a pie" tras la exclusión del escribano Hugo Cuervo como propietario del ahora desaparecido Lincoln Sport Group. Los dos Ford y el Torino, en manos de un team que se autogestionó después de aquel cimbronazo (no corrió en Posadas; sólo Giallomabardo participó con un auto de Alifraco), bajo el nuevo nombre, pero muchos aseguran que desde el box, por vía telefónica, Sebastián Mouriño, el responsable del grupo, dialoga permanentemente con el sancionado Cuervo.
Ayer, las conversaciones se multiplicaron con las especulaciones que se barajaban en función de las clasificaciones para la Copa de Oro. Para pelear por la corona. Claro, el puesto 12° es el más dramático, el que pende de un hilo y el que varía según las posiciones de los candidatos en la carrera.
Faltaban dos vueltas para el final, y Norberto Fontana, que se aseguraba aquella posición en el campeonato, se retrasó, peleó una posición con Christian Ledesma, se engancharon y el Torino azul del arrecifeño terminó fuera de la pista.
Allí se agigantó la pequeña ilusión de Girolami, que marchaba segundo y necesitaba de la victoria, y de que Fontana no llegara entre los 10 primeros para clasificarse. Fontana perdió más posiciones y Girolami dependía de sí mismo. Giallombardo era inalcanzable, pero el ex piloto y actual director deportivo GPG, Fabián Acuña, dio la orden por la radio, y el chico de Bernal, de 21 años, acató.
Girolami ganó y se metió en el grupo de la Copa de Oro. Giallombardo, que ya tenía asegurada su posición en los playoffs, hacía fuerza para contener las lágrimas, que no coincidían con su decisión arriba del auto (o la orden enviada desde su box). Fontana llegó al parque cerrado y corrió enfadado rumbo a su trailer.
En definitiva, en una carrera que se había mostrado muy atractiva, debido a la ausencia de especulaciones porque la mayoría peleaba por algo importante (en gran parte de las otras pruebas no se dio esto y quizás haya sido la causa de la falta de espectáculo), se contrastó con la cesión del primer puesto de un piloto a otro. Al margen de la controvertida situación, el podio lo completó el siempre batallador Sergio Alaux, que en la primera vuelta estaba 9° y se mantuvo en una pista difícil, en la que algunos se despistaron y otros se tocaron, como Silva, Fontana, Falaschi, Aventin y Jalaf.
Tras el podio, en el parque cerrado, Giallombardo recibió el reproche de un grupito de hinchas de Ford, que le cuestionaron haber dejado ganar a un Torino. Mauro, que tiene mucho carisma, se acercó y dialogó con los hinchas, a quienes terminó firmando autógrafos. Una definición poco deportiva, pero que quedará en la memoria del TC y de los protagonistas. A fuego, por supuesto.
"El merecedor de la victoria es Mauro (Giallombardo). Aguantó a Fontana, al Pato Silva, y siempre trabajó en función del equipo. Ojalá pueda devolverle a él con la misma moneda. Llegué a esta carrera a 14,5 puntos de Fontana y tras la serie quedé a 15. Era muy difícil, pero no imposible. Por supuesto que le pagaré en algún momento este gesto; cuando se dé una oportunidad similar, no lo dudaré".
Néstor Girolami
"Fue la decisión más difícil de mi vida. Les pido disculpas a los hinchas de Ford. Tenía un compromiso con mi equipo. Fue una decisión del equipo, pero yo soy parte del grupo y soy yo quien acelera o deja de hacerlo arriba del auto. Dios dirá si hice lo correcto. Pero yo voy siempre al límite. Me toqué con Fontana, con Silva. La vida me devolverá esta decisión. Pero tampoco lo voy a obligar a Bebu (Girolami) a hacer nada por mí".
M. Giallombardo



