Murió un guapo de los tiempos románticos del boxeo: Abel Cachazú
El porteño Abel Cachazú fue campeón argentino welter e ícono de dos décadas brillantes del boxeo nacional (los 60 y los 70) y así será recordado tras su fallecimiento a los 78 años. Bautizado Abelardo Albino Cacaguí, debió cambiar su identidad cuando comenzó a ejercer el boxeo. Su apellido original podía convertirse en un centro perfecto para la ironía de la tribuna popular y entonces, por consenso amistoso y familiar, mutó en Cachazú.
Nació el 26 de octubre de 1940 en Capital Federal y debutó como profesional en 1962. Enfrentó a los mejores welter juniors y welter de su tiempo en base a un estilo forjado en el ataque pero con base técnica. Fue rico en sus artistas combativas. Formado por la dupla técnica de Rafael Nicotra y Osvaldo Cavillón, dio vida a clásicos locales que serán inolvidables. Peleó siete veces con Ramón La Cruz, quien fue su oponente caracterizado y recién en el quinto desafío pudo quebrar la racha adversa de derrotas contundentes.
Fue un atleta ejemplar que compartió el pugilismo con su trabajo en el Sindicato de Luz y Fuerza. Compartió el mameluco azul de su cuadrilla con el pantalón blanco de campeón argentino de los 66.678 kg.
Peronista de toda la vida, fue distinguido como partícipe de aquel vuelo histórico de 1973 cuando el General Juan Domingo Perón regresó a la Argentina. El expresidente lo abrazó y le dijo: "Viste Negrito. Al final llegaste". Junto al padre Carlos Mugica, animaron a sus compañeros de epopeya, como pocos lo hicieron en esa travesía.
Resultó buen probador de Nicolino Locche y áspero rival de Horacio Saldaño, en un período en el que los pesos welter se adueñaban del interés argentino. Todos combatían entre sí y repartieron victorias y derrotas, en peleas de ida y vuelta. Surgen los nombres de Miguel Angel Campanino, Esteban Osuna, Carlos Peralta, Anibal Di Lella y Mario Guilloti, entre otros.
Cachazú vs. Saldaño, en el Luna Park
Cachazú se retiró con el título en su poder el 17 de abril de 1974. Tenía 33 años y un récord de 48 victorias (26 KO), 16 reveses, 13 empates y un match sin decisión. Siguió trabajando hasta jubilarse. Creó, junto a sus hijos, una empresa de remises a la que denominaron "El campeón", que creció como nadie lo imaginó. Fue –también– un gran logro.
Bonachón como pocos, hace años fue misericordioso con un pedigüeño que, durante mucho tiempo, en los cambios de luces de los semáforos de Almagro aseguraba: "Soy Abel Cachazú y estoy en la ruina". En una oportunidad se encontraron, estuvieron frente a frente y el auténtico Abel le ordenó: «Si te va bien con esto, aprovechá la historia y guardá lo que recaudás»".
El KO de Cachazú a Campanino
Su última aparición pública fue durante la reubicación de los restos mortales de José María Gatíca en el responso organizado en la Federación Argentina de Box, en 2015. Emocionado nos dijo: "Superé un ACV que me tuvo al borde de la muerte. Pero el fallecimiento de mi esposa me está matando de a poco y vivo con una tristeza que no puedo dejar de lado". Ello determinó el principio de su fin.
Guapo, honesto y campeón. Eso fue Abel Cachazú, quien murió este jueves en el Hogar de Abuelos "Los Cedros", en la localidad bonaerense de Espeleta, donde estaba desde abril último.
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