¿Tyson-Holyfield? El detrás de escena de una pelea absurda y el gran ejemplo que pueden dar prescindiendo del negocio oportunista
El norteamericano Floyd Mayweather, ex quíntuple campeón mundial entre 1998 y 2015, con 40 años pudo sumar un centenar de millones de dólares a su cuenta bancaria por "trabajar y vencer" en sólo 27 minutos a un atleta marcial convertido en boxeador (Conor McGregor) en un ring de Las Vegas en 2017. Desde entonces, los creativos de esta industria redoblaron sus esfuerzos por reforzar desafíos de ese tipo y provocar noticias estrambóticas en base a prueba y error, pensando sólo en el rating consumista y los ingresos materiales. Prescindiendo de la credibilidad o calidad. Poco les interesó, y quizás les interese, el sentimiento y la plata del público, que pagando abonos o entradas a los estadios se decepciona cada vez más.
Siempre habrá cómplices y sospechosos en la expansión de estos anuncios rimbombantes donde se inmiscuyen pasantes fascinados, animadores de audiovisuales maravillados y figuras del deporte que sin inmutarse podrían explicar cómo sus músculos se fortalecen pese al transcurrir de los años. Lo cierto es que de cada diez "apasionantes historietas" de este calibre, no más de una alcanza algún mínimo porcentaje de veracidad.
El período de pandemia del Covid-19 bloquea al mundo informativo real y potencia la inventiva desenfrenada de los organizadores, que intercalan en sus planes a los atletas consagrados del pasado con las actuales figuras del profesionalismo. Tal si fuese una ficción en donde el reloj no avanza; contradictoria a la ley del boxeo, en donde el paso del tiempo es letal y decisivo.
En un video en Instagram, Tyson, de 53 años, seduce con una combinación de seis o siete golpes al cabo de cinco segundos. ¡La fotografía es fantástica! Sin embargo, nadie notó el ahogo que exhibió al tirar la serie de ganchos.
El norteamericano Mike Tyson es el foco central de todo esto. Volvió a escena a los 53 años con un video de Instagram en el que seduce con una combinación de seis o siete golpes al cabo de cinco segundos. ¡La fotografía es fantástica! Obtiene el propósito del mercado estadístico: millones de seguidores, centenares de opiniones intergalácticas y millares de comentaristas…¡que lo ven mejor que antes! Sin embargo, nadie notó el ahogo que exhibió al tirar la serie de ganchos, al igual que su asistente, que muy agitado se retiró de la acción.
Mike Tyson fue noqueado por rivales de segundo orden en sus últimos combates, como Danny Williams y Kevin Mc Bride, en 2004 y 2005, en espectáculos penosos que motivaron su retiro. Era por entonces un pugilista terminado y golpeado. Ello en boxeo certifica la jubilación. Y pasaron 15 años desde entonces.
Su vida transcurrió por un sinfín de deslices y le costó mucho hallar un objetivo para sobrevivir. Sus proyectos recientes estaban orientados a las plantaciones de marihuana y cannabis, para su industrialización y conmovían las remembranzas de su comportamiento sexual en su época de oro. Nada más ni nada menos.
Desde Australia, aparecieron las primeras ofertas que nadie legitimó. Para peleas, hacer exhibiciones o participar en actos de presencia. De mayor a menor.
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Ni lerdo ni perezoso apareció en el teatro de operaciones Evander Holyfield, con 57 años, retirado del boxeo en 2011 y con su licencia cancelada (por prescripción médica) en la mayoría de los estados norteamericanos. Holyfield, que mantiene una imagen inmaculada y muy requerida para eventos de empresas multinacionales, copió el guión de su viejo socio de carrera Tyson al subir a sus redes sociales una clase magistral de cómo pegarle a la bolsa. Pasaron 23 años desde aquel mordisco célebre que mutiló el lóbulo de su oreja derecha en 1997. Sin tapujos, dijo: "No es algo de vida o muerte poder hacer una exhibición de caridad con Tyson .Aunque la gente quiere vernos otra vez frente a frente. Y yo estoy dispuesto a hacerlo".
¿Se imaginan a estos cincuentones, con bastante grasa y barba blanca, frente a frente, hoy o mañana? ¿Qué sensaciones nos daría verlos moverse en el cuadrilátero, lanzando o asimilando golpes? ¿Festejaríamos o sufriríamos? El boxeo fue definido hace siglos como un arte y no como un morbo.
Mike Tyson podría hacer una exhibición con Tyson Fury, con fines caritativos. Pero con el quebranto de la economía mundial muy pocos pagarían 80 dólares de PPV para ver a un Tyson de 53 años
Bob Arum, el promotor de 90 años de edad, indicó: "Tyson podría hacer una exhibición si quiere con el campeón mundial pesado inglés Tyson Fury, con fines caritativos. Yo cooperaría con ello si es por una buena causa. Pero creo que con el quebranto de la economía mundial muy pocos pagarían 80 dólares de PPV para ver a un Tyson de 53 años".
En tanto, el inglés Eddie Hearn, director del streaming DAZN, declaró: "Tyson significa mucho dinero a ganar en muy poco tiempo, pero también hay una advertencia moral para quien contrate a un hombre de 53 años y lo meta en el ring. Merece respeto y análisis. Por momentos me entusiasma y por otros no".
Tyson y Holyfield tienen la oportunidad de ofrendarle una simpática exhibición sobre un ring a un planeta enfermo y en crisis. Sería un buen guiño para los espíritus afligidos de estos días. El modo y la forma de efectuarlo debe partir de la lógica del deporte prescindiendo de la ignorancia y la presión que gran parte de los propagandistas y usureros están ejerciendo.
Una generosa exhibición benéfica (5 o 6 rounds de 2 minutos) entre Tyson y Holyfield, para paliar las miserias sanitarias del mundo sería bienvenida. Debiera gestarse por sus propias iniciativas. Con un espíritu altruista que hasta el momento ninguno de ellos mostró ni ofrendó. Pensar en otro tipo de competencia sería absurdo y muy triste. Tan triste como el tramo que estamos afrontando.
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