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Viejas heridas, nuevas divisiones políticas y la arrogancia de sus seguidores harán que los vecinos británicos de Inglaterra apoyen en gran medida a Italia en la final de la Eurocopa el domingo, aunque muchos reconocen que les gusta el equipo.
Mientras localidades de toda Inglaterra estallaron de júbilo cuando la selección avanzó el miércoles a su primera gran final desde 1966, los aficionados al fútbol de Gales, Escocia e Irlanda del Norte se mostraron menos entusiastas. Suelen declararse partidarios de “cualquiera menos de Inglaterra”, reflejo de la profunda animosidad.
“Pedir a los aficionados de Gales que apoyen a Inglaterra es como pedir a los de Everton que apoyen a Liverpool o a los de Spurs que apoyen a Arsenal”, explicó el escritor de fútbol Tom Williams en Twitter. “En términos deportivos, Inglaterra es el archirrival de Gales. Sí, es un equipo que gusta, con un entrenador simpático. Pero no se puede apoyar activamente a los rivales”, agregó.
Una encuesta en línea realizada por el programa de televisión Good morning Britain reveló que 63% de los aficionados de Escocia, Gales e Irlanda del Norte respaldará a Italia. Los motivos de este sentimiento antiinglés suelen ser similares en las otras tres naciones que conforman Reino Unido.
“Gales ha soportado siglos de opresión a manos de Inglaterra y el gobierno de Boris Johnson trata a la nación como a algo secundario”, escribió una columnista, Laura Kemp, en Wales Online. “Y no hay que olvidar a los neandertales que destrozan bares y plazas allá donde van”, agregó en referencia a los hinchas ingleses. Éstos sostienen que se los juzga por su peor comportamiento y que los llaman “arrogantes” por intentar fomentar la autoestima de su equipo.
Por ejemplo, los aficionados ingleses cantan en cada torneo “Football’s coming home” (”El fútbol vuelve a casa”), grabada para la Eurocopa de 1996. Pero al cabo de 55 años sin que el conjunto blanco ganara un gran torneo, eso suscita críticas. “¿Inglaterra es dueña del deporte? No lo creo”, escribió el ex jugador escocés y leyenda de Liverpool Graeme Souness en The Times. Los aficionados ingleses insisten en que la canción no es más que un reconocimiento autocrítico y humorístico de su optimismo ciego ante la aplastante realidad.
Así como las cuatro naciones británicas alientan al Equipo GB cuando compite en los Juegos Olímpicos, su participación por separado en el fútbol pone de manifiesto los choques de identidad y las divisiones políticas dentro de Reino Unido. Recientemente las tensiones del Brexit han alimentado el impulso independentista en Escocia, que votó en favor de permanecer en la Unión Europea en 2016.
Para las naciones más pequeñas de Reino Unido, Inglaterra –donde viven 56 de los 66,5 millones de habitantes del territorio británico y sede del poder político– encarna el conservadurismo, el dominio colonial y siglos de opresión histórica.
Stuart Cosgrove, un locutor escocés, atribuyó una perspectiva sesgada a la concentración de medios de comunicación en Londres. “Todas las noticias son sobre Inglaterra. Da la sensación de que todas las noches se emite una versión de la historia de Inglaterra en la televisión, y es muy, muy frustrante”, afirmó.
También irrita “ver al primer ministro Boris Johnson allí, o a la ministra del Interior Priti Patel, ambos con camisetas de Inglaterra, cuando afirman ser un gobierno británico. Sospecho que no les importaría tanto si fuera Escocia el que llegó a la final”, agregó.
Más allá de eso, algunos críticos se han mostrado impresionados por el equipo dirigido por Gareth Southgate, que ha apoyado abiertamente causas consideradas progresistas, como la igualdad racial –arrodillándose antes de los partidos– y la igualdad entre sexos. Incluso el delantero Marcus Rashford obligó al gobierno conservador a dar un giro de 180 grados en la provisión de comidas escolares gratuitas a los alumnos más pobres.
“Esa versión del imperialismo que se golpea el pecho no tiene absolutamente nada que ver con este equipo de Inglaterra”, escribe Kemp. “Están desafiando al establishment al igual que quienes en Gales están hartos de los privilegios de la élite”, subraya.