Ganen que todavía me quedan 50 cuotas de la TV

Todos esperaban otra cosa, algo diferente. Lo que empezó como una apuesta, se transformó en una ilusión y llevó a todo un país a pensar que se podía, que ahora sería un triunfo, después de tantas frustraciones. Sin embargo, lo que vimos nos dejó con un nudo en la garganta. ¿Y ahora qué va a pasar? ¿Quién nos salva de esto? Bueno, basta de hablar del gobierno de Alberto Fernández, concentrémonos en el Mundial.

Todo un país se levantó temprano y se planteó dos opciones: ir a trabajar o ir a la panadería. Por suerte había promoción en la docena de facturas, así que el gol argentino muchos lo gritamos mientras despegábamos un vigilante con membrillo del paquete. Después vino lo que suponíamos: algunas pequeñas desinteligencias, como Di María y Lautaro Martínez, que sacaron un crédito UVA y se compraron una casa en Orsai. No quiero detenerme en el VAR usado por la FIFA ni en las dudas a su alrededor. ¿Cómo vamos a dudar de una asociación tan transparente, tan noble, tan loable? Supo tener algunos problemitas de corrupción y al FBI allanando sus oficinas pero... ¿por una causa global de corrupción vamos a dudar de ellos? Para pensar...

Mientras tanto, todos los ojos están puestos en el sábado. Hay dos opciones: seguimos adelante y respiramos aliviados. O sufrimos un tropiezo y seguimos adelante con el pago de la tarjeta de crédito y las 50 cuotas del super Smart TV que en teoría nos iba a mostrar alegrías y ahora estamos rogando para que aunque sea veamos al sindicalista Víctor Santa María en Qatar clavándose una bondiola en el Fan Fest.

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