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El partido entre la Argentina y Francia, por la final de la Copa del Mundo, estaba en tiempo suplementario y el resultado 3-3 era un hecho. En los últimos 15 minutos del alargue, el árbitro decidió que las acciones sigan 3 minutos más. En ese instante, los galos eran superiores y tendrían una situación de gol clara, nítida, para torcer un marcador que siempre le fue esquivo numéricamente y futbolísticamente.
En el primer minuto del adicionado, la defensa argentina achicó en el afán de reducir una nueva avanzada francesa, pero Nicolás Otamendi dejó un hueco donde el delantero Kolo Muani, con la camiseta 12, quedó mano a mano contra Emiliano “Dibu” Martínez con la pelota picando.
Con los corazones paralizados en Qatar y en la Argentina, el francés sacó un potente remate y “Dibu” Martínez, con unos pasos adelante de la línea de arco, le achicó la visión y con su pierna derecha evitó lo que hubiese sido un 4-3 que terminaría el encuentro.
Desde el banco de suplentes, donde se viven las emociones a flor de piel, la delegación de Francia observó esa situación y salieron disparados de sus asientos como para festejar un gol que fue evitado y derivó en que el encuentro final termine en los penales, donde Argentina celebró y se quedó con la ansiada Copa del Mundo.
“Un partido de sufrir otra vez. Lo teníamos controlado y con dos tiros nos levantan el partido. Era nuestro destino sufrir. Nos ponemos 3-2, casi nos meten dos goles, gracias a Dios por ese pie, y después lo que soñé, no pudo haber un Mundial que haya soñado tanto como este, no tengo palabras”, dijo El Dibu una vez terminado el partido.
“En los penales, tranquilo, es un momento que tengo claro. Otra vez que tiran tres veces y tres goles que podía haber atajado. El primero me tiré mal, después lo hice todo bien”, apuntó.