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“No aguanto más las ganas de encontrarme con mis compañeros y el cuerpo técnico para empezar esta nueva etapa” dijo Lionel Messi en la conferencia de prensa de presentación en el PSG y, 24 horas después, pudo lograr su cometido.
En dos días que parecieron interminables, que incluyeron el mesiánico arribo de Leo a la capital de Francia con su familia, “La Pulga” disfrutó del recibimiento de hinchas, periodistas y dirigentes. Pero, sabemos, Messi ama al fútbol más que a nada, y lo que quería era tener contacto con la pelota, los jugadores y el vestuario.
Ese momento glorioso, íntimo y que parece sagrado, fue reflejado debidamente por las cuentas de redes sociales del club, que mostraron a un Messi relajado, distendido y en contacto con la constelación de estrellas que integran el vestuario del París.
A modo de corolario de su primera jornada de entrenamiento, Messi publicó una artística foto en blanco y negro con las camisetas titulares y suplentes del PSG desde los mismísimos camarines del club.
Como todo “posteo” en redes sociales, el fin de su divulgación, además de fortalecer el vínculo con la audiencia, tiene un objetivo comercial, en el marco del lanzamiento a la venta de las anheladas camisetas del jugador argentino de 34 años.
Tras la presentación de Messi, por lo pronto, en el club se agotaron las camisetas disponibles al liquidar los primeros 150.000 ejemplares en apenas siete minutos.
El número de remeras vendidas alcanza hasta el momento las 550.000, y su valor oscila los 97 y 185 dólares por unidad.