El llanto de Delfina Pignatiello y la emotiva dedicatoria a su abuela, quien falleció la semana pasada
Cuando la cámara tomó a Delfina Pignatiello en el natatorio del Parque Olímpico y su imagen se reprodujo en la pantalla gigante, el público estalló en un aplauso demoledor. La joven nadadora de 18 años, que ya se había acercado al podio con los ojos húmedos, explotó en llanto y exhibió la palma de su mano izquierda escrita con la palabra "ABUELA" (sic) y un corazón dibujado al costado. Su abuela materna murió repentinamente en la noche del lunes de la semana pasada. Delfina lo cuenta a los periodistas, quienes, abarrotados, la esperan tras las vallas para hablar con ella. "Falleció mi abuela la semana pasada, así que esta carrera fue para ella", dice Delfi, que vuelve a quebrarse.
Pignatiello fue medalla de plata en los 800 metros libres de Buenos Aires 2018 con un registro de 8m32s/100, a cinco segundos de la húngara Ajna Kesely (8m27s60/100). La nadadora europea este año perforó todos los tiempos. El resultado de la carrera no fue una sorpresa. Pero sí lo es el estoicismo de Pignatiello, que avanza lentamente y responde una a una las preguntas de todos los medios. Llora y se abraza con la húngara, que la consuela y le sonríe, mientras las entrevistan la OBS, el canal oficial del COI. La vitorean desde la tribuna y quebrada, ensaya una sonrisa al público.
Mientras, Delfina continúa con su recorrido por la fila de micrófonos y grabadores que la esperan. Y entre lágrimas, intenta responder. Lo hace con una profesionalidad que asombra a pesar de sus jóvenes 18 años.
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