Cuáles son los temas más urgentes que esperan resolverse en AFA

"Termina la reunión de Comité y me voy. Por dos meses no me van a ver... ¡Arreglenselá!". El martes a la tarde, el tercer piso de la AFA explotaba de dirigentes. Julio Humberto Grondona estaba desencajado. Sentía que sus pares, ésos que lo elegían y reelegían sin tiempo, le habían fallado. Que no habían cumplido con nada de lo que les había pedido: ajustar las finanzas, controlar la violencia, impulsar el sistema AFA Plus, entre otras cuestiones.

"A Necochea... ¡Me voy a ir a Necochea!", respondió el presidente de la AFA cuando le preguntaron adónde iba a ir. Fue un momento en el que le reapareció la sonrisa pícara, que desde su regreso del Mundial había perdido. "Estaba muy amargado por el escándalo de las entradas en Brasil y con la manera en que la AFA organizó los chárteres para ver al seleccionado", contó un dirigente que habló con Grondona el martes. "Quería sanear a los clubes", agrega el informante. Minutos más tarde, en la reunión, les recordó (ordenó) a los dirigentes que no gastaran más de la cuenta. Miró a la cara a los representantes del ascenso para que no hipotecaran los clubes en busca de una categoría superior. Recordó las deudas del Estado por el Fútbol Para Todos y tuvo un comentario para la salida de Sabella como DT del seleccionado. "Ahora los técnicos se cansan... Trabajan seis meses... ¡Y se cansan!" No blanqueó la renuncia del DT mundialista. Tampoco, las gestiones con Martino. Era un Grondona en estado puro, al que muchos sabían leer entre líneas. Al hombre de Sarandí le aparecían aún muchas batallas por librar. Pero, algunas horas después, su corazón lo obligó a rendirse.

Las cuentas pendientes

La economía

Bajar las deudas

Cada vez que podía, Grondona les recordaba a los dirigentes que él había gestionado una moratoria de 120 cuotas ante la AFIP. Les pedía que pagaran las cuotas. E incluso los regañaba cuando se enteraba de que algún club se había retrasado. En el último tiempo, categorías como la C y la D lo habían consultado por la excesiva presión del gremio de jugadores. La C, por ejemplo, es profesional desde finales del año pasado, por lo que cada club está obligado a firmar 15 contratos por el sueldo mínimo ($ 6065): hace una semana, 17 de los 20 clubes de la C estaban inhibidos. Sumados otros gastos, el presupuesto mensual de un equipo de la cuarta categoría no baja de los $ 350.000. A medida que se asciende, el número aumenta. La próxima B Nacional será la más cara de la historia. El tercer piso de la AFA era el lugar en el que los directivos hacían fila para pedir plata. Grondona arreglaba todo con una llamada a la Casa Rosada. ¿Quién lo hará ahora?

La violencia

El futuro de AFA Plus

El sistema biométrico de acceso a los estadios era un viejo anhelo de Grondona. Quienes hablaron con él sobre el asunto creen que ahora quedará encajonado. Aunque las obras de los clubes de la Capital Federal están aprobadas, el sistema no despega. En los últimos días, se reportaron problemas con Telecom y con la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), los dos proveedores, necesarios para la instrumentación. Hace dos meses, Luis Segura, ahora presidente de la AFA, fue nombrado director general de AFA Plus.

El nuevo torneo

Las apuestas online

En los últimos días, a Grondona lo embargaba la preocupación por los escasos avances del nuevo sistema de apuestas deportivas. El Prode bancado era la llave para la reforma del torneo de primera, que a partir del año próximo tendrá 30 equipos. Además, las apuestas implican recursos extra, en tiempos en que las tesorerías de los clubes necesitan más billetes que nunca. "Está muy verde", dijeron cerca de Grondona, sobre el nuevo Prode.

Fútbol para todos

La actualización

¿Quién será el interlocutor de la AFA con el Gobierno? El usual acompañante de Grondona a las reuniones en la Casa Rosada era Miguel Silva, secretario ejecutivo del Comité Ejecutivo. Si el próximo presidente no es del riñón de la política, lo más probable es que sea Silva el encargado de mantener la relación. Le espera un trabajo arduo: lograr la postergada actualización del contrato.