El día en que se reunieron los tres tenores

Fueron apenas 20 minutos, pero conformaron un encuentro inolvidable: tres generaciones de pura magia futbolera se conectaron como si allí hubiera una pelota rodando. El 11 de noviembre de 2009, el diario deportivo Marca efectuó en Madrid la entrega del trofeo que llevó el nombre de Di Stéfano. ¿El ganador? Leo Messi, designado mejor jugador de la temporada 2008-2009 de la liga española. El tercer hombre fue Diego Maradona, nada menos, por entonces director técnico del seleccionado argentino que buscaba la clasificación para el Mundial de Sudáfrica 2010.

En el momento de la presentación en el Hotel Mirasierra, la periodista Olga Viza, maestra de ceremonia, señaló: "Si existiese un ladrón del fútbol, aquí tendrían a mano su gran botín. Un Goya, un Van Gogh y un Picasso".

Luego, entre los tres se dio un constante juego de miradas cómplices, comentarios y chascarrillos. Un ida y vuelta constante. Pero aquel Messi de 22 años se mostraba especialmente conmovido entre las dos leyendas: "Estoy más orgulloso que nunca de estar al lado de Maradona y Di Stéfano y muy contento de que me hayan dado este premio". Enseguida, la Saeta Rubia pronunció suavemente cerca del oído de Messi: "Te lo mereces, chaval".

Los tres se reunieron en el centro para las fotos del cierre y los flashes enceguecieron. Si hasta Bilardo, ubicado en la segunda fila, hizo malabares para asegurarse la foto de los tres.

Di Stéfano, que hizo tentar de la risa a Diego varias veces, aún tenía algo más. Julio Grondona se acercó a saludarlo y le preguntó: "¿Cómo anda? Lo veo muy bien". La respuesta fue veloz: "Bien jodido". Al final, Maradona abrazó a Di Stéfano y Messi miró con admiración. Un instante único. ß