El VAR se estrenó con polémica en el Mundial y no ayudó al árbitro en España-Portugal

SOCHI.– Doble fallo (humano) del VAR, por omisión y mala interpretación. La tecnología que venía a poner fin a los errores arbitrales todavía deja flancos y no cierra las polémicas. Si el partido ya venía con muchos ingredientes previos, por la envergadura futbolística de ambos equipos y la esperpéntica situación de España de quedarse sin técnico 48 horas antes, el propio desarrollo le agregó un montón de condimentos más. Y bien pronto, no hubo que esperar, porque a los dos minutos ya hubo material que dio que hablar.

En los tres partidos anteriores del Mundial , el VAR había pasado inadvertido. No había hecho falta recurrir a él. En este cuarto sí que debió ser aplicado en el primer tiempo, y ni el árbitro italiano Gianluca Rocchi ni sus colegas encerrados en el estudio de Moscú se valieron de esa asistencia tecnológica para evitar dejar engañarse por la exageración en la caída de Cristiano Ronaldo : no fue foul de Nacho a Cristiano (él choca a un rival que ni cruza la pierna) en el penal que convirtió el capitán portugués. Pese a las protestas de los futbolistas de España (pueden ser amonestados si le exigen al árbitro la revisión de una jugada), Rocchi no recurrió al VAR ni desde los estudios le advirtieron de la simulación. Sí hubo falta (un manotazo a la altura del cuello) de Diego Costa a Pepe en la acción que precedió al primer empate español. En este caso, tras la consulta del juez italiano, se convalidó el tanto.

En el Mundial, el VAR ya demostró que no es infalible y no reduce el margen de error a cero, como ya ocurrió en la Bundesliga, en la Liga de Italia y en la recordada semifinal de Lanús-River por la Copa Libertadores.

En otra acción del primer tiempo, el volante Isco le preguntó a Rocchi si podía consultar al asistente de video de nuevo tras un remate de Andrés Iniesta, pero el italiano le indicó que habría recibido una señal en su reloj de la tecnología de la línea de gol que se usa cuando la pelota cruza la meta.

En definitiva, detrás del VAR sigue latiendo la pulsión humana de las compensaciones, como quedó demostrado en los dos primeros goles del partido.