Estudiantes eliminó a Barracas Central por los goles de Carrillo y Correa y ahora espera al ganador del superclásico en las semifinales de la Copa de la Liga

Estudiantes superó con amplitud a Barracas Central y se metió en las semifinales de la Copa de la Liga. El 3-0, con dos goles de Guido Carrillo y uno del ingresado Javier Correa, agigantó la ilusión de un club que nunca se conforma. La Copa Argentina conseguida el año pasado, lejos de apagar su voracidad, lo potenció. El León platense se entusiasma con un nuevo título y está bien que así sea: el alto nivel que mostró en cuartos de final sostiene el sueño y ahora espera por el vencedor del Boca-River.

La previa contó con dos condimentos que llenaron de bronca al Pincha: primero los dichos de Pablo Toviggino, dirigente de la AFA y mano derecha de Claudio “Chiqui” Tapia, quien criticó a Juan Sebastián Verón por su intención de sumar capitales privados para el crecimiento de su club; y en segundo orden, la polémica designación de la cancha de Platense y la insuficiente cantidad de entradas que dispuso su público.

Con esos dos antecedentes cercanos, los hinchas de Estudiantes temían por el arbitraje. Esa era la mayor preocupación de sus simpatizantes. ¿Quién le puso un freno a todas las especulaciones? Guido Carrillo. El que hace cuatro meses hizo un gol que significó una Copa Argentina, el que hace un par de semanas convirtió por Copa Libertadores, el que hace unos días metió un doblete que representó la clasificación en la Copa de la Liga. Carrillo, siempre Carrillo.

Lo mejor del partido

El Pincha golpeó de entrada: menos de dos minutos tardó en ponerse 1-0. El delantero quedó bien posicionado después de un despeje fallido, tras un tiro libre de Fernando Zuqui, y definió con solvencia al segundo palo. Pero el equipo de Eduardo Domínguez fue por más…

Por eso no sorprendió que generara otras dos ocasiones de peligro antes de los diez minutos: un remate de Tiago Palacios que salió desviado, y un centro de Eros Mancuso que se cerró y pegó en el travesaño.

Después de media hora de supremacía absoluta del Pincha, Barracas tuvo el empate. Maximiliano Zalazar completó una excelente jugada individual y Ramón Ábila, en soledad, cabeceó por arriba del travesaño. Fue la única del conjunto de Alejandro Orfila en el primer tiempo.

Antes de eso pudo ampliar Carrillo, que no llegó a conectar un gran centro de José Sosa, y en el cierre de la etapa inicial Sebastián Moyano le tapó un potente disparo a Edwuin Cetré. Durante los primeros 45 minutos Estudiantes resultó el dueño del juego: por cantidad de situaciones de gol y también por la superioridad que exhibió en todas las líneas.

Al inicio de la segunda parte Barracas Central contó con una chance nítida: Lucas Brochero quedó de frente al arco, cerca del punto penal, y le pegó por arriba. De un lado, ineficacia. Del otro, Carrillo. El ingresado Pablo Piatti lo dejó solo y el atacante practicó su hobby: meterla en el arco rival.

En el último tramo el partido se abrió y se sucedieron las posibilidades claras. Pudo ampliar el Pincha (Mauro Méndez definió muy mal), anduvo cerca Barracas (tiro libre en el palo de Siro Rosané) y finalmente lo liquidó Estudiantes (toque certero de Correa).

La diferencia de 3-0 reflejó lo que se vio en la cancha: el equipo de Domínguez fue claramente superior, y durante todo el encuentro. Se adueñó del territorio, de la pelota y los goles resultaron una consecuencia.

Estudiantes está otra vez en la definición de un torneo. Y se lo merece. Por nivel colectivo y por jerarquía individual, el conjunto platense es de los mejores de la Argentina. Contra Barracas sobresalieron Carrillo, Palacios y Santiago Ascacibar, es cierto, pero todos los titulares estuvieron a la altura. Incluso, varios de los suplentes entraron bien.

Lo que viene, para el Pincha, no será para nada sencillo. El martes recibirá a Gremio de Brasil por la Libertadores y el próximo fin de semana jugará contra el ganador del superclásico por la semifinal de la Copa de la Liga. Una agenda cargada y repleta de lindos desafíos.

Estudiantes, hasta ahora, demuestra que tiene recursos como para ilusionarse. El equipo sabe a lo que juega y Carrillo hace el resto.